Opositores a Policía Nacional denuncian las “lamentables” pruebas de Granada: “desorganización”, “personas orinándose encima” y “estrés”

Álvaro López

8 de marzo de 2021 13:28 h

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“Lo que vivimos fue lamentable”, cuentan decenas de aspirantes a Policía Nacional que se presentaron a las oposiciones para la escala básica que se celebraron en la Feria de Muestras de Armilla (Granada) el pasado sábado 6 de marzo. Los afectados describen episodios de “estrés”, “falta de organización”, “coacciones” y “personas orinándose encima y desmayándose”. Todo en unas pruebas teóricas atípicas, que dieron lugar a una jornada “infernal” para muchos de los opositores, especialmente porque se hicieron todas el mismo día debido a la pandemia de la Covid-19.

Ana y David –nombres ficticios- son dos de los opositores que han accedido a hablar con este medio y que temen dar sus nombres porque aún tienen que continuar con las siguientes fases del proceso selectivo. Los dos confirman lo vivido en primera persona y el testimonio de decenas de compañeros que fueron víctimas de un día tan largo y desorganizado que ha hecho mella en sus aspiraciones para acceder al Cuerpo Nacional de Policía (CNP). Con crudeza, relatan lo que les tocó padecer en estas pruebas de la oposición a la que se presentaron más de 1.600 aspirantes. Eso sí, respetando la distancia de seguridad entre pupitres gracias a las grandes instalaciones donde tuvieron lugar los exámenes.

“En Granada estuvimos desde las 9 menos cuarto que empezaron a llamarnos para entrar al pabellón hasta las 5 de la tarde, mientras que, en otras sedes de España, por no decir en todas, a las 1 y algo o como mucho 2 y media ya estaban fuera”, empieza contando Ana. En ese aspecto, en la duración total de la jornada, es desde el que parten los demás problemas. Para los opositores, la falta de organización derivó en unos exámenes que fueron “un suplicio”, sobre todo a la hora de poder controlar las emociones.

Sin poder ir al baño

Según los testimonios recogidos, los aspirantes a Policía Nacional tuvieron que aguantarse sus necesidades en muchos casos. “No nos dejaron ir al baño. Solo podíamos ir cuando nos repartían los exámenes, por lo que o bien tenías que no hacer el examen, como mucha gente hizo con el examen de inglés que era voluntario, o bien dejar preguntas sin contestar para poder ir”. Además, denuncian que fueron coaccionados en numerosas ocasiones por los examinadores. Había dos para controlar cada fila de exámenes en las que, a su vez, habían unos cuarenta aspirantes por cada una.

“No sólo es que nos dieran a elegir entre hacer examen o ir al baño, es que nos dijeron que si íbamos al baño y ellos pasaban a recoger nuestro examen y no estábamos sentados en nuestro sitio que no nos recogerían la prueba”. Esa situación provocó que hubiera personas que no pudieran aguantarse y se vieran forzadas a orinarse encima. Un joven incluso decidió hacerlo en un plástico en el que se guardan folios, ante el agobio de no poder ir a hacer sus necesidades.

Orden mal planteado

Por si fuera poco, David cuenta que el orden de estas pruebas estuvo mal planteado desde el principio: “No tiene sentido que los exámenes teóricos y de ortografía se coloquen los últimos del día, cuando llevamos arrastrando todo el estrés de la jornada”. Según su punto de vista, no es entendible que en una oposición especial como la del pasado sábado, en la que la pandemia obligó a condensar todos los exámenes teóricos en un solo día, las pruebas más exigentes y que cuentan para pasar de fase se pusieran cuando “la gente ya estaba agotada”. Sobre todo, porque el examen de ortografía es “muy exigente” y “a esa hora ya, y con poco tiempo, no es fácil saber si una palabra está recogida por la RAE o no y pueden hacer suspender a mucha gente que sí aprobase el temario”.

En total, los aspirantes a Policía Nacional de la escala básica tuvieron que hacer ocho exámenes repartidos en ocho horas. Desde las 9 de la mañana hasta las 5 de la tarde: tres psicotécnicos, un examen de inglés, dos exámenes de biodata, test de conocimientos y test de ortografía. Un horario que no fue tan largo en otras partes del país donde los examinados acabaron en la mayoría de casos sobre las tres de la tarde, según explican los opositores. “Entre examen y examen tardaban 20-25 minutos en recoger los exámenes, por eso aquí estuvimos tanto tiempo”, cuenta Ana. “En ese tiempo que nos tenían allí esperando, no nos dejaban ir al baño, ni comer, tanto que un chico se desmayó y tras eso ya nos dejaron comer, pero sobre las 12 o 1 de la tarde”.

Son varios los testimonios que recogen casos de personas que se desmayaron por diferentes motivos. “Nadie les preguntaba nada, ni les miraban. Solo los cogían y los apartaban”, protesta David. Al mismo tiempo que denuncia el trato desigual que sufrieron por parte de algunos de los examinadores. “Cuando hubo problemas, unos nos decían que no siguiéramos escribiendo, que se paraba el examen, y otros nos preguntaban que por qué parábamos, que no nos daría tiempo a acabar”. Y durante el examen de inglés, que es opcional, “la gente se levantaba continuamente para ir al baño y allí todo el mundo hablaba y se quejaba”.

Exceso de celo

Por su parte, fuentes de la Policía Nacional niegan que nada de esto ocurriera. “No nos consta que hubiera personas que se orinaran encima”. Sobre el orden de los exámenes y el horario indican que “se hizo igual en toda España, para cumplir con los mismos criterios”. Recalcan que si hubo algún problema fue por culpa del celo con el que se quisieron hacer las oposiciones para evitar grandes aglomeraciones en plena pandemia y que la gente que pudo sufrir desmayos fue atendida en todo momento. Una versión oficial muy distinta a la de unos opositores que esperan al 22 de marzo para saber si han conseguido aprobar pese a las dificultades de un día que califican como si de un “infierno” se tratara. Si logran pasar esta fase, aún deberán someterse a entrevistas personales y a un reconocimiento médico.