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Un padre de Granada sacude las redes por la “inacción” ante el acoso escolar: “Lo sabían y han mirado hacia otro lado”

Fachada del instituto en el que se están produciendo los casos de 'bullying'.

Álvaro López

Granada —
20 de abril de 2025 20:58 h

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“Lo sabían desde octubre. Se lo contamos todo: los insultos, las amenazas, los golpes. Nos prometieron que actuarían, pero los golpes siguieron”. José Miguel Pedrajas no necesita subir el tono para que las palabras que dice pesen con la gravedad de lo que transmite. Su hijo, que tiene apenas 12 años y es alumno del Instituto de Enseñanza Secundaria (IES) Severo Ochoa de Granada, sufre acoso escolar desde hace más de cinco meses. Y lo denuncia con nombres, fechas, partes de lesiones y varios escritos presentados ante el propio centro, la Delegación de Educación y la Policía Nacional, a las que ha tenido acceso este medio.

Lo que empezó como “empujones puntuales” se ha convertido, según cuenta, en agresiones físicas repetidas, burlas constantes en clase y una situación que ha afectado de lleno a la salud mental del menor. Tanto que en los últimos meses sus notas “han empeorado bastante y no quiere ir a clase”. Pedrajas no habla de un solo agresor, sino de “al menos tres compañeros” que llevan meses señalando y atacando a su hijo con la connivencia del silencio, según lamenta. “Lo sabe el profesorado, lo sabe la dirección y lo sabe la Delegación. Y han mirado hacia otro lado”, denuncia.

Todo se ha conocido después de que el padre publicase un vídeo en TikTok denunciando lo que su hijo y otro compañero de 1º de la ESO están padeciendo desde hace ya demasiado tiempo. Una denuncia pública que le ha servido para que la Delegación de Educación le haya recibido. “Nos han dicho que el agresor fue expulsado la semana pasada y que ya se ha iniciado su traslado a otro centro. Pero es mentira. Esa semana presentamos tres denuncias, un parte de lesiones y la rotura de las gafas. Es imposible que no estuviese allí. Se lo hemos enseñado todo y el delegado se ha quedado blanco”, cuenta.

La Junta habla de “un agresor”; las familias, de varios

La Delegación de Educación insiste en que ha actuado conforme a lo previsto. Según explican fuentes oficiales a elDiario.es Andalucía, el alumno “fue expulsado la semana pasada durante 29 días, que es la sanción máxima prevista en estos casos”. Aseguran también que la familia de ese menor ya ha sido informada de su traslado de centro, y que la Inspección Educativa tiene previsto reunirse con las familias de los menores afectados “para escucharles y seguir investigando”.

Pero esa versión, de nuevo, no encaja con los testimonios recogidos. Pedrajas asegura que la información que maneja Educación es incompleta. Y no es el único que denuncia lo ocurrido. Otra familia, la de otro menor que también estudia en el mismo centro, ha presentado quejas tanto ante el IES Severo Ochoa como ante la propia Delegación.

Su hijo, aseguran, también ha sido víctima de agresiones por parte de los mismos alumnos implicados. De hecho, a raíz de la publicación del vídeo ha habido una ola solidaria para acompañar a los menores víctimas del bullying porque otros padres están trasladando más casos similares de violencia no solo en este centro sino en otros de Granada.

“No estamos hablando de un solo chico problemático. Estamos hablando de una situación que se ha cronificado y que ha generado miedo en el aula. Y mientras tanto, los acosadores seguían allí, como si nada”, denuncia Pedrajas. En uno de los partes médicos, recogido en octubre, ya se especificaba que su hijo había sido golpeado por varios compañeros. Meses después, en abril, seguían las agresiones. “Hasta que no hemos explotado en redes, nadie ha querido actuar”, afirma.

El instituto evita entrar en detalles

El IES Severo Ochoa, por su parte, asegura que se han seguido “todas las actuaciones pertinentes desde principio de curso”, pero no concreta qué medidas se han aplicado ni cuándo. Preguntada por este caso, la dirección del centro se limita a responder por escrito que no entrarán en el “ruido” generado fuera del aula.

“No queremos entrar en la locura que suponen las redes sociales, donde se ha desinformado, se ha opinado sin conocer el caso ni el centro y se ha fomentado el odio e incluso la violencia. Los datos sobre el alumnado son sagrados”, apuntan.

Pedrajas responde: “Lo que se ha fomentado es el silencio durante meses. Si no llega a ser por el vídeo, esto sigue tapado. A mí me repitieron una y otra vez: «esto no es acoso, son conflictos puntuales». Lo repitieron tantas veces que llegué a dudar. Pero aquí están las pruebas, las denuncias, los partes. Y seguimos esperando”.

Mientras tanto, su hijo sigue yendo al instituto. “No quiere ir, pero va. Lo hace con miedo y con ansiedad. Tiene 12 años”, cuenta su padre. Ahora, al menos, el caso ha llegado al despacho de la Delegación de Educación. Y tras ver los documentos, asegura Pedrajas, han prometido actuar. “Ojalá no sea sólo una frase para salir del paso. Porque aquí hay niños que llevan meses sufriendo. Y familias que están hartas de que nadie las escuche”.

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