El pantano con más agua embalsada de Granada aún no ha entrado en servicio 20 años después de inaugurado

Álvaro López

11 de septiembre de 2022 20:55 h

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Cuando en 2004 el pantano de Rules, en Granada, se inauguró, el euro apenas llevaba dos años en circulación y la mayoría de las personas seguían contando sus compras en pesetas. Cuando el pantano de Rules se hizo realidad, la última sequía datada por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) había terminado en 2001 y en 2005 iba a comenzar otra que duraría hasta 2007. El embalse, que se planteó, además de para dar abastecimiento de agua a las poblaciones del litoral granadino, como solución para el regadío de la zona, sigue exactamente igual que entonces: no está en servicio. Con la diferencia de que desde que se inauguró, España ya ha vivido dos sequías y actualmente atraviesa una tercera.

“La piscina más grande de Europa”

El principal problema que hace que Rules no esté en funcionamiento es que carece de conducciones que lleven el agua embalsada fuera del recinto de la que algunos llaman con sorna “la piscina más grande de Europa”. Tampoco hay una central hidroeléctrica que aproveche esta infraestructura para generar energía en un momento en el que el precio de la electricidad marca hitos históricos. Si bien el Gobierno central ya ha terminado la redacción del primer proyecto de canalizaciones cuyas obras quieren iniciarse el año que viene, el escepticismo es mayoritario entre los regantes y los vecinos de la zona: “Cada vez que se acercan las elecciones parece que Rules va a entrar en funcionamiento”.

Mientras el nivel de agua embalsada en los pantanos de Granada apenas supera el 31%, en Rules esta cifra se dobla, llegando hasta el 66%. Aunque no tiene canalizaciones, parte del agua sí se “vacía” por evaporación, filtración y se desembalsa para asegurar la estabilidad arquitectónica de la presa, yendo a parar al río Guadalfeo que discurre junto a la misma, nutriendo así los acuíferos de los que luego se sirven los regantes para las plantaciones de esta zona costera, donde abundan las frutas tropicales como la chirimoya o el aguacate. Sin embargo, como el agua no se vacía de forma directa, parte de la misma se pierde y no es suficiente para llenar estos acuíferos naturales que, según los agricultores, llevan tiempo “prácticamente secos”.

El panorama que dibuja la sequía que atraviesa España es especialmente llamativo junto a la presa de Rules. Mientras los pantanos pierden agua por toda la geografía porque no llueve, en Rules se queda principalmente embalsada. Paradójicamente, su utilidad se limita a usos recreativos como kayak, embarcaciones de vela o incluso windsurf, especialmente en verano por estar enclavado en un valle en el que corre mucho viento en este periodo. Una realidad que no están dispuestos a asumir vecinos y regantes de la zona porque llevan dos décadas esperando a que el embalse entre en funcionamiento. Por eso, preparan una gran manifestación de cara al otoño para recordar la urgencia de las canalizaciones.

“Situación crítica”

Rules debe dar servicio a las más de 5.000 hectáreas de campo fértil que hay en la Costa Tropical, pero actualmente solo sirve para dar algo de agua a las conducciones que ya había por el río Guadalfeo en las cotas 100 y 200. Agua que, antes de Rules, ya discurría de forma natural gracias a este arroyo. En teoría, la construcción del embalse permitiría dotar de más agua no solo a esas dos cotas, sino elevarla a 300, permitiendo la instalación de otras 5.000 hectáreas de plantaciones en la Costa Tropical de Granada. Francisco García, agricultor de la zona de Almuñécar que planta pitaya, aguacate y chirimoya principalmente, sabe bien qué momento está atravesando el campo de la zona sin las conducciones de Rules: “Estamos fuera del tiempo de descuento. La situación es crítica”.

“Falta tanta agua en los acuíferos que la que hay está prácticamente salada y afecta directamente a nuestras plantaciones. Sin ir más lejos, la semana pasada visité una cooperativa de mangos y las hojas de los árboles estaban verdes, pero dos días después se habían secado y el árbol estaba amarillo”. Como no llueve y algunas comunidades de regantes no dejan de sobreexplotar los acuíferos con regadíos nuevos e ilegales, según reconocen los ecologistas de la zona, estos depósitos naturales de agua dulce están bajo mínimos. “Los niveles de cloruro están tan altos que hemos decidido hacer una circular para avisar a los agricultores y que sepan si les conviene regar sus plantaciones”, reconoce Francisco García. Cree que han llegado a este punto “por la ineptitud de todas las administraciones”. Como no hay agua, tienen que bombearla del subsuelo lo que aumenta el precio de la factura de luz que pagamos. “Hay estudios que aseguran que si hubiese ya canalizaciones, el país habría ganado con nosotros.

Con el abastecimiento humano asegurado porque, si hiciese falta, hay tuberías subterráneas que utilizan el agua del mar para dar servicio a las localidades de la Costa Tropical, la urgencia se sitúa en la economía agraria. “Llevamos mucho tiempo advirtiendo de que las canalizaciones eran urgentes”. Como dos décadas después aún no se han construido, los agricultores piden que se recarguen los acuíferos con agua dulce para evitar perder las cosechas por la salinización del agua. “No nos han querido hacer caso y ahora todos se llevan las manos a la cabeza. Nos da igual quién sea, si el PP o el PSOE, porque en los últimos años los dos han estado tanto en la Junta de Andalucía como en el Gobierno de España y no han arreglado el problema”, apunta García.

Si bien las canalizaciones corresponden al Gobierno central, que sufragaría parte del gasto cobrando un canon a las comunidades de regantes que se beneficiarán de ellas, los agricultores señalan a la Junta de Andalucía por no haber hecho nada de su parte para limitar la sequía. “La Junta no solo no recarga el acuífero, sino que tampoco quiere asumir como obra urgente la construcción de las canalizaciones y luego pasarle la factura al Gobierno”. Mientras que desde Madrid se sitúa en 2026 la fecha horizonte para que el primer proyecto de tuberías esté en marcha, los regantes no se lo creen. Consideran que es otro “engaño más” porque estamos en periodo entre elecciones. Desde la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía asumen que las canalizaciones no son de su competencia, pero que están “dispuestos a actuar hombro con hombro”. No responden sobre la recarga de acuíferos, pero sí añaden más variables al asunto: “Se han movilizado 141 millones por parte del Gobierno andaluz con los dos decretos de sequía, cuando tiene solo el 33% del territorio de cuencas (Mediterráneo, Guadalete-Barbate y Tinto-Odiel-Piedras), frente al Gobierno de España que con el 67% del territorio (Guadalquivir...) solo ha destinado 9,6 millones de euros para obras de emergencia en su cuenca”.

¿Otro lustro de espera?

El baile de cifras no convence a nadie, tampoco a los ecologistas. El secretario provincial de Ecologistas en Acción, Juan Antonio Martínez, que en su día también participó en el proyecto de construcción, cree que, “siendo muy optimistas”, las conducciones no estarán como pronto hasta dentro de “5 ó 6 años” y suponiendo que “no haya problemas de tramitaciones o alegaciones que retrasen la construcción”. Considera que es un asunto recurrente del que se hace mucha “demagogia” cada vez que PSOE o PP quieren sacar rendimiento electoral. Al mismo tiempo, apunta a que, como parte de la obra se sufragaría con fondos europeos, las comunidades regantes beneficiarias deben estar al día de sus obligaciones con Hacienda y la Seguridad Social. “La mayoría de ellas son morosas y eso retrasa cualquier posibilidad”. En todo caso, aunque desde el punto de vista ecologista la construcción de Rules “no gusta” porque supuso deteriorar un valle, el terreno es inestable y altera el curso del río Guadalfeo, “ya está hecho y es una reserva importantísima de agua que tiene que tener salida”.

Más ahora en plena sequía y cuando los regadíos ilegales no dejan de extenderse. Al mismo tiempo, “se teme que una vez estén hechas las conducciones, desde Almería y Málaga se pida que necesitan también esa agua”. De hecho, según cuenta Martínez, desde tierras malagueñas ya se han ofrecido a aportar fondos para las canalizaciones. “Hay agua de sobra, pero tiene que estar bien gestionada”. Con todo, la desesperación es palpable entre los regantes que no quieren que siga pasando el tiempo sin que haya una solución. Francisco García admite tal desesperación que necesita “que esté lloviendo un mes entero”. “Ha llegado un punto en el que prefiero que caiga una tromba y me rompa los caminos y los bancales, pero que se rieguen mis plantaciones”. Mientras tanto, Rules sigue siendo “la piscina más grande de Europa” y lo será, al menos, hasta 2026 cuando estima el Gobierno que acabará la primera fase de construcción de las canalizaciones.

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