Lo que hasta hace unos días parecían días de vino y rosas en el Partido Popular con el nombramiento de Marifrán Carazo como candidata a la alcaldía de Granada, se ha torcido. La renuncia del diputado provincial del PP, Fernando Pérez, que pasa al grupo de no adscritos de la Diputación granadina, hace emerger de nuevo la polémica en el seno de los populares y pone en el centro de la diana a su actual presidente, Francisco Rodríguez.
Pérez, que es uno de los cargos públicos más conocidos por los afiliados, deja el grupo provincial del PP asegurando estar “cansado” del “ninguneo” que ha sufrido en los últimos tiempos por parte del máximo dirigente del Partido Popular de Granada. El ya ex de los populares habla de “paralización absoluta” para referirse al modo en que Francisco Rodríguez dirige el partido en la provincia. Una paralización que ha provocado enfrentamientos internos con el diputado que ahora pasa a estar en el grupo de no adscritos.
“Es el único culpable de la deriva del partido”
Según explica en declaraciones a elDiario.es Andalucía, el principal motivo que ha distanciado a Fernando Pérez de la dirección provincial es la “inoperancia” en temas muy importantes para la Costa Tropical como las conducciones de la presa de Rules, esenciales, dice, para el futuro de la zona y especialmente los agricultores. “Nos jugamos los próximos 25 años y si no se hacen con fondos europeos, no habrá gobierno que pueda financiar este proyecto”, afirma Pérez. A pesar de la urgencia, el diputado cree que Rodríguez no ha atendido a las necesidades de la costa granadina y ha ignorado “sistemáticamente” a su representante en la Diputación provincial.
“Los problemas empezaron desde que Rodríguez asumió el cargo. Él es el único culpable de la deriva del partido en Granada, que vive de la inercia que llega desde Sevilla con los gobiernos de Moreno Bonilla”. De hecho, Fernando Pérez llegó a ser número seis en las listas con las que el PP alcanzó el Gobierno de Andalucía en 2018, por lo que ha vivido en primera persona el devenir de los últimos años. No obstante, Pérez lleva vinculado a los populares desde hace dos décadas, aunque es funcionario de carrera y dice no necesitar la política “para poder vivir”.
“Otros no pueden decir lo mismo y por eso hacen lo que sea para mantenerse”, dice el expopular sobre Francisco Rodríguez, presidente provincial del partido. Le critica duramente porque su inacción está “dañando” a la formación a todos niveles y solo la llegada de Marifrán Carazo permite vislumbrar un futuro más armónico entre los afiliados y cargos públicos. “Es cuestión de tiempo que Carazo se haga con el poder provincial y es algo que debe suceder”, entiende Pérez. Aunque mientras eso ocurre, tiene claro que los próximos meses hasta las elecciones municipales de mayo serán difíciles para el actual presidente del PP de Granada.
Meses “complicados”
Serán complicados porque “aún queda mucho tiempo para los comicios” y “pueden suceder muchas cosas”. De hecho, aunque dice no saber nada al respecto, fuentes internas del partido deslizan a este medio que la maniobra de Pérez puede ser utilizada por Marifrán Carazo para acelerar la salida de Rodríguez de la presidencia. Aunque desde el entorno de Carazo se esfuerzan por negarlo públicamente, la presidencia de Rodríguez le incomoda tanto que tarde o temprano tendrá que dejar el cargo. Sobre todo si finalmente la Diputación de Granada no cayese en manos de los populares, aunque en el seno del PP se confía en que los números den para hacerse con el ente provincial.
En todo caso, lo que pone de relieve la renuncia de Pérez es que el Partido Popular granadino tiene un problema con su máximo dirigente. Su estrecha relación con la alcaldesa de Motril, Luisa García Chamorro, investigada por utilizar dinero público para pagar una condena, pesa a todos los niveles. Pocos entienden los motivos que pueden llevar a que Rodríguez se muestre tan próximo a una regidora cuyo futuro político está hipotecado. Otras fuentes basan esa unidad en la amistad que les precede y que puede acabar con ambos fuera de la formación más pronto que tarde.
Por su parte, el partido prefiere guardar silencio al respecto de la renuncia de Fernando Pérez, lo que es llamativo. Según el propio Pérez, “nadie de la dirección” se ha puesto en contacto con él y mucho menos le han reclamado que entregue el acta ni se ha iniciado un expediente sancionador. “Lo normal en este caso y en cualquier otro es que la formación abra un proceso para depurar al político que renuncia, pero aquí no está sucediendo. Piensa mal y te quedarás corto”. Lo cierto es que, de momento, Pérez seguirá como diputado no adscrito hasta julio y su presencia en la Diputación será incómoda para un Francisco Rodríguez al que no terminan de salirle las cosas al frente del PP de Granada. “Yo voy a seguir trabajando por la Costa Tropical porque para eso me eligieron. Algo que no ha hecho el presidente del Partido Popular”, sentencia.
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