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Claves sociológicas de un vuelco electoral histórico: ¿por qué Andalucía giró a la derecha 36 años después?

Los andaluces giraron a la derecha el pasado 2 de diciembre. 36 años después, la suma de los votos de PP, Ciudadanos y Vox dan la posibilidad de un cambio de gobierno en la comunidad autónoma.

¿Cuáles fueron las razones? Hay muchas hipótesis de los motivos que pudieron llevar a los ciudadanos, once convocatorias electorales después, a variar el sentido de su voto tras años y años de mayorías socialistas. La mayor abstención, el hastío de los votantes de izquierdas, la desafección política, la cuestión catalana y la irrupción de la ultraderecha son solo algunas de las claves que pueden propiciar el cambio en Andalucía.

Según Carmen Ortega, directora del Centro de Análisis y Documentación Política y Electoral de Andalucía (Capdea), la participación ha sido “la segunda más baja” de la historia democrática en elecciones autonómicas, que son “de segunda importancia” (“los andaluces votan más en las generales”). “Lo que sí se ha producido esta vez es una desmovilización por parte de la izquierda, lo que corrobora que, cuando más alta es la participación, mejores son los resultados de la izquierda”, asegura acerca de esa “correspondencia”.

Ortega dice sobre el PSOE que lleva “casi 40 años en el Gobierno y eso provoca lógicamente un desgaste”, si bien califica de “curioso” y “paradójico” que en los estudios que han ido realizando, pese a las victorias del PSOE en anteriores elecciones, “la mayoría quería un cambio político”. Esa “necesidad de cambio ha llevado a una parte de la izquierda a quedarse en casa”, a lo que se añade el desencanto, los casos de corrupción y el papel de Susana Díaz en la salida de Pedro Sánchez del PSOE y “posibilitando el Gobierno de Mariano Rajoy”, asegura. “Traicionó a su electorado de izquierdas”, apostilla.

“El mensaje del miedo a la derecha no ha convencido porque, cuando Vox apareció en el CIS, se cambió la estrategia por parte del PSOE, pero no funcionó porque su propio electorado entiende que ella posibilitó que gobernase la derecha en España. Ese miedo para movilizar a los de izquierdas no ha valido ahora y la alternancia finalmente se ha producido”, recalca.

Acerca del descenso de apoyos a Podemos e IU, señala rotunda: “Catalunya ha estado aquí”. “A Podemos, su indefinición de la cuestión catalana le ha costado votos”, mientras que el electorado de IU “nunca ha sido proclive a seguir a su partido si se une a otra formación de izquierdas”, recordando el fracaso de la alianza PSOE-IU a nivel nacional en el año 2000.

La directora del Capdea, respecto a la llegada de Vox al Parlamento, opina que “también ha sido una apuesta por el cambio en general”. “A los nuevos los ven también ya domesticados: Ciudadanos había posibilitado la investidura de Susana Díaz y Podemos ya había dicho que iba a pactar con ella”, con lo que “ese deseo de cambio se ha canalizado por Vox”, a lo que añade “mucho descontento con el PP que ha dicho que ahora iban a votar el cambio, como así se ha producido”.

“Una de las particularidades de la nueva extrema derecha populista es que dicen que capan a la izquierda y a la derecha porque se mueven por atrás y recogen electorado de todas las clases sociales”, añade al respecto la también profesora de Ciencias Políticas de la Universidad de Granada.

“Desfase” entre PSOE y sociedad andaluza

A juicio del Manuel Pérez Yruela, profesor de Investigación de Sociología del CSIC en el Instituto de Estudios Sociales Avanzados (IESA) del que fue fundador, considera que “ha habido muchos votantes muy desencantados de la política y han encontrado en Vox una alternativa”, cuya irrupción atribuye a “antiguos votantes del PP pero también procedentes de la abstención”. “No tenían ningún partido y ahora lo tienen”, añade, señalando también que “se trata de gente preocupada por el descrédito de la política y que también han tenido ”muy presente“ la situación en Catalunya.

Respecto a la pérdida de votos en la izquierda, el también exportavoz del Gobierno andaluz achaca el descenso de apoyos a “la resistencia de los votantes de IU” a una coalición electoral con Podemos. “Ocurrió en 2016 y ha vuelto a pasar”, recuerda acerca de los votos recibidos por Unidos Podemos en las elecciones generales. “La historia se repite y ahora han perdido tres escaños en Andalucía”, añade.

“Y al PSOE le ha perjudicado la abstención, pero no sólo eso”, apunta respecto a los socialistas, señalando “el deterioro de mucho tiempo de gobierno o una campaña que no se conseguido activar a los suyos”. Yruela pone sobre la mesa otro aspecto que considera “muy importante”: el PSOE ha transformado Andalucía desde los orígenes de la democracia pero “quizás no se ha ido adaptando” al avance de la sociedad, resaltando “un desfase de complicidad y entendimiento entre el partido y la sociedad”. El sociólogo califica de “paradoja del destino” dicho desencuentro y señala que el PSOE se ha podido “quedar atrás” en ese sentido, apuntando en esa línea el “declive” de apoyos al socialismo “desde el año 2008”.

Pérez Yruela apunta “otras razones estructurales” que provocar la bajada de votos por parte de ciudadanos de izquierda. Por un lado, la más baja participación obedecería, como en otras ocasiones ha pasado en Andalucía, a la celebración por separado de las elecciones generales. Esa cuestión no ha evitado que se hablara mucho de la situación catalana, lo que ha provocado “que se abordaran menos los problemas de Andalucía”. “Los temas nacionales han contaminado la campaña y la izquierda ha sido incapaz de sacar a relucir los temas andaluces”, concluye.

Otra cuestión ha sido, como se ha venido apuntando en diferentes encuestas de los últimos años, que una mayoría de andaluces quisiera un cambio en el gobierno, si bien las mayorías socialistas se han venido repitiendo hasta ahora, como recogía el último CIS. El sociólogo plantea dos hipótesis al respecto: una aparente “incoherencia” de los andaluces o, como él sostiene, la posibilidad de que los ciudadanos “no querían un cambio de gobierno sino que el mismo gobierno hiciera las cosas de otra manera”. Esta falta de renovación en las propuestas socialistas complementaría el argumento de Yruela de una mayor distancia con su electorado, según su exposición de la situación.

“Bofetada a Pedro Sánchez”

Manuel Trujillo, coordinador de la Unidad Estadística del Instituto de Estudios Sociales Avanzados (IESA-CSIC), apunta “dos factores importantes: la entrada de Vox y la pérdida de votos en el PSOE”. En ese sentido, señala que “la sorprendente mayoría de la derecha” se explica por la bajada de un 5% en la participación respecto a las anteriores elecciones, incidiendo en que las personas que se han abstenido de votar han sido mayoritariamente “las que venían votando a la izquierda”.

A ese respecto indica que los barrios de clase media o media-baja “llevan tiempo dejando de votar de manera masiva en las elecciones precedentes”. “Cada vez votan menos”, sentencia el estadístico. ¿A qué se debe?: “Por un lado, puede que hayan dado por hecho que el PSOE seguiría consiguiendo la mayoría suficiente para gobernar. No había una sensación de 'que viene la derecha'. Por otro, han podido pensar que no se han hecho propuestas políticas a su favor, teniendo en cuenta que el paro o los problemas de la vivienda, por poner dos ejemplos, siguen estando ahí”.

Respecto al auge de los votantes de derecha, pese al retroceso del PP, “la clase media-alta ha votado en clave nacional y han querido dar una bofetada a Pedro Sánchez”, señala Trujillo, que incide que estos votantes han estado “muy movilizados, manteniendo una línea de los últimos años aunque no ha sido la mayor de la historia”. “Han visto la oportunidad de que le derecha termine gobernando”, añade.

En cuanto al “surgimiento relámpago” de Vox “en un mes”, el estadístico achaca su subida “instantánea” a su aparición en el últimos CIS, en el que se le daba un escaño, como una causa importante. Los votantes han podido encontrar “una brecha” en su discurso contra el independentismo catalán y “una expresión diferenciada” a las opciones hasta ahora existentes. “La encuesta del CIS rompió un muro invisible del voto útil y eso ha hecho que se disparen sus votantes”, concluye.

Una derecha fragmentada

Juan Montabes, catedrático de Ciencia Política en la Universidad de Granada, recuerda por su parte que en los comicios autonómicos de 2012 el PP obtuvo mayoría de votos pero no pudo formar gobierno, señalando que “todo cambió” a partir de las europeas de 2014 y las andaluzas de 2015 con la entrada de “dos nuevos actores, Podemos y Ciudadanos”, que originó la “fragmentación” de los apoyos, “mayor en la izquierda”.

“El gran elemento que nos ha sorprendido a todos y a ellos mismos ha sido Vox. La derecha nunca ha estado tan fragmentada como ahora, en tres partidos, y eso crea complejidad en la política de pactos”, asegura Montabes, que mira un poco más al futuro inminente en el ámbito político andaluz. “Desde el punto de vista de la gobernabilidad y la representatividad, se ha creado un escenario absolutamente distinto. Si el Parlamento de Andalucía fue pionero en 2015 al dar cabida a Podemos y Ciudadanos (salvo en Catalunya), ahora contará con un nuevo actor de la extrema derecha, algo que va a marcar posiciones que van a tener incidencia en próximas elecciones a nivel nacional y europeo”. “Habrá que ver en qué medida es pasajero este fenómeno que ha sucedido o viene para quedarse como ha pasado en el resto de Europa, excepto en Portugal. Me temo que esto no es pasajero”.

Acerca de las razones de los resultados definitivos señala, en primer lugar, que “Vox era un desconocido hasta hace 20 días. No se identificaba; incluso después de ser votado, buena parte de sus electores sigue sin saber exactamente lo que es. Ninguno de los estudios demoscópicos lo advirtió. La media que le daban era del 4,4% y ha resultado un 11%. Mi hipótesis es que, en bastante medida, el protagonismo que se le ha otorgado a Vox por parte de PP y PSOE, fundamentalmente, le ha hecho una campaña fácil. Nunca un asesor hubiera obtenido unos resultados tan buenos.