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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Una cadena humana pide la liberación de las mujeres retenidas en el Sahara

“Niegan que nuestras hijas estén secuestradas y retenidas contra su voluntad en los campamentos saharauis de Tinduf, pero Maloma y Koria fueron secuestradas por sus familias biológicas, y a Darya y Nadjiba les han confiscado su documentación”. Con estas palabras ha iniciado este lunes José Morales, el padre de Maloma, la española secuestrada por su familia biológica en el Sahara en diciembre de 2015, la lectura de un comunicado que ha puesto el epílogo a la concentración celebrada en la playa de Matalascañas para pedir “la libertad de todas las Malomas”.

Ha sido una acción reivindicativa en forma de cadena humana convocada por las familias adoptivas y de acogida de Maloma Morales de Matos, Koria Badbad Hafed, Darya Embarek Selma y Nadjiba Mohamed Belkacem, una parte de las 50 mujeres aproximadamente retenidas, según sus familias, contra su voluntad en los territorios de su origen, a pesar de haber expresado su voluntad de vivir libremente en España.

En el caso de Maloma se trata, además, de una mujer con nacionalidad española. Es, actualmente, el único caso de secuestro denunciado de una española en el extranjero.

Con unas 500 personas que han formado la cadena humana, la acción se ha iniciado a las 20:00 horas en el paseo marítimo de la playa onubense, con la participación de personas de toda España que pasan sus días veraniegos en esta zona del litoral andaluz, que han querido, sin conocerlas en persona en muchos casos, mostrar su apoyo a las familias de las chicas.

Un acto que, según José Morales -dando voz a todas las familias-, “pretende incidir en la situación de estas cuatro jóvenes de origen saharaui secuestradas y retenidas contra su voluntad por sus familias biológicas en los campamentos saharauis de Tinduf, en Argelia”. No tienen libertad, no tienen derechos, están allí por la fuerza, por decisión unilateral de padres y hermanos, que defienden que las mujeres son de su propiedad“, explica el manifiesto firmado por los afectados por estos casos de retención de personas o incautación ilegal de documentación.

“Basta ya. Es una violación de los derechos humanos”

Las familias han gritado “basta”, porque “privar a mujeres mayores de edad de su libertad es una violación de derechos humanos que no se puede permitir que se siga negando, ocultando y justificando”, lamentando que “el Frente Polisario es incapaz de imponer su autoridad para hacer cumplir sus propias leyes y la legislación internacional de derechos humanos”, pero “la causa política no puede ni debe seguir amparando actitudes de familias saharauis que secuestran y retienen a mujeres adultas impunemente”.

“Maloma ha cumplido 20 meses secuestrada y nadie hace nada. Toda España sabe ”'dónde está Juana', escondida en la casa de muchos ciudadanos... pero, ¿quién sabe dónde están Maloma, Darya, Koria y Nadyiba?“, ha expresado Morales, concretando que ”con esta cadena humana recordamos que la unión hace la fuerza, y que juntos, unidos y comprometidos, reivindicamos la libertad y los derechos de las mujeres retenidas contra su voluntad en los campamentos saharauis de Tinduf, sin excusas“.

En una nueva alusión a los responsables políticos de los campamentos, Morales ha dicho que desde el Frente Polisario “constantemente reclama para el pueblo saharaui la libertad, pero no se le reconoce a muchas mujeres jóvenes que han vivido más de una década en España. Siendo menores nadie les preguntó, y ahora, siendo adultas, tampoco”.

Ante el grupo de personas que han participado en la cadena humana y muchos bañistas que se han sumado a la lectura del manifiesto, los convocantes han lamentado que a las mujeres retenidas “se les impone una vida sometidas, obligadas, relegadas a los hombres de la familia, sin opciones. No hay derecho a que lo nieguen para proteger una causa política”.

Por eso, reclaman al Frente Polisario que traslade a las cuatro a la embajada española en Argel, para que expresen libremente “dónde y cómo quieren vivir sus propias vidas, sin coacciones, sin presiones, pero con seguridad y garantía de que podrán llevar a cabo su decisión, sea cual sea”, explica Morales, que acusa al Polisario y al Gobierno español de fallarles, y a este último le exige “que aparque ya el diálogo de negociación y pase a la acción. Que se expulse a los delegados del Frente Polisario en España, que vuelvan a los campamentos a vivir tan libres como nuestras hijas”.

Por último, un llamamiento a las jóvenes: “Que el miedo no las venza, ni les haga perder la esperanza. Esta cadena humana también es para recordarles a ellas que no están solas y que no pararemos hasta lograr su libertad”.