La portada de mañana
Acceder
16 grandes ciudades no están en el sistema VioGén
El Gobierno estudia excluir a los ultraderechistas de la acusación popular
OPINIÓN | 'Este año tampoco', por Antón Losada

Maloma, a sus padres adoptivos: “Tengo que hacer las cosas así. Otra manera no tengo”

“Tengo que hacer las cosas así. Otra manera no tengo”. Es, quizá, la frase más llamativa que se puede extraer de una de las conversaciones que Maloma Morales, la joven española de origen saharaui cuyo secuestro por su familia biológica fue denunciado en diciembre de 2015, tuvo con su madre hace unos días, y que pudo ser escuchado este jueves en una rueda de prensa.

Hartos de esperar que su hija vuelva a casa y de que ella responda con monosílabos cuando le preguntan sobre su situación en los campamentos de refugiados en el desierto, José Morales y Carmen de Matos, los padres sevillanos de la joven, comparecieron en el Ayuntamiento de su localidad, Mairena del Aljarafe (Sevilla), para pedir al Gobierno central una “acción contundente” para la liberación de su hija.

Sin que ningún representante político del Ayuntamiento les acompañase, aparte de otras cuestiones puestas sobre la mesa, ambos dieron a conocer las grabaciones de varias conversaciones entre ellos y Maloma, y en uno de ellos en concreto se la escucha decirle a sus padres que si no puede dar explicaciones sobre su secuestro o no les invitó a su boda fue porque “tengo que hacer las cosas así. Otra manera no tengo”, mientras que cuando le pregunta si quiere volver a España, ella responde: “Quiera o no quiera, ese es otro tema”.

La secuencia de algunas de esas conversaciones es la siguiente:

Padre: “¿Es normal que no avisaras de la boda?”

Maloma: “No es un tema simple, ni sencillo...”.

Padre: “Pero cuando me casé, quería tener a mi padre y mi madre al lado. Es que es absurdo”.

Madre: “Es que nosotros ya no somos sus padres. Nos ha dolido mucho lo que has hecho”.

Maloma: “No empieces tú ahora. Tengo que hacer las cosas así. Otra manera no tengo”.

Padre: “Vale, entendido”.

Padre: “¿Quieres volver?

Maloma: “Quiera o no quiera ese es otro tema. No estoy secuestrada, y el día que me quiera pues me voy a ir”.

Madre: “Eso es mentira, tú estás secuestrada. Y déjame hablar, porque ya me da igual lo que sea. Maloma, tú no sales sola, no tienes móvil, te han obligado a casarte... Tú estás secuestrada”.

Padre: “Te lo voy a repetir otra vez...”.

Maloma: “Ahora mismo no”.

Padre: “Vale, entendido”.

Son muchos los mensajes que sus padres han querido lanzar en esa convocatoria de prensa, aunque sobre todo, Morales asegura no entender “como es posible que mi hija lleve 17 meses secuestrada y que haya casos en los que se tarda una semana y en este ha fracasado el Gobierno”. Lo dijo en referencia a María Jimena Rico, la joven de Torrox (Málaga) que estuvo desaparecida en Turquía junto a su novia egipcia, Shaza Ismail. “Es increíble que en un país como ese se haya actuado tan eficientemente y no se sea capaz de intervenir en un lugar que ni siquiera es una nación”.

“Quiero saber qué van a hacer, lo exijo, y hace siete meses que le tengo pedida una reunión al ministro Dastis y no me atiende, porque quiero saber qué fuerza tiene el Frente Polisario para que España actúe en cualquier parte del mundo y no en el Sahara”, asegurando que “el Frente Polisario tardó 15 días en dar un permiso al cónsul en Argel, la máxima autoridad tras el embajador, para que le pudiese entregar un teléfono a Maloma”.

Con todo, hay muchas cosas que no le cuadran a la familia, que lamenta, entre otras cosas, que no haya dirigentes políticos en España, “en ninguna administración”, que se hayan mostrado abiertamente dispuestos “a liberar a una ciudadana española secuestrada”.

Y es que, mientras los padres de Morales hablaban ante la prensa de su hija secuestrada, el Grupo Socialista en el Senado se comprometía a trabajar en una serie de reivindicaciones que le hicieron llegar representantes del pueblo saharaui. Indigna especialmente a los Morales que se vaya a trabajar para “sacar adelante programas de Igualdad de género”, cuando “una mujer española está secuestrada, sin que a nadie le importe su derecho a la igualdad, y sin que nadie mueva un dedo por ella”.

Concentración nacional

La rueda de prensa de este jueves forma parte de una serie de acciones llevadas a cabo por las familias de adopción y de acogida de jóvenes españoles y de origen saharaui residentes en España retenidos en el Sahara, que el lunes día 22 de mayo se concentrarán en Madrid para pedir su liberación, en algunos casos sin haber tenido la posibilidad en varios años de regresar a sus casas.

La concentración ha sido organizada por la plataforma 'La Libertad es su derecho', que a nivel nacional defiende los intereses de familias que han denunciado en los últimos años que los jóvenes que convivían con ellos de forma estable han sido retenidos por sus familias biológicas cuando han ido a visitarles al Sahara, sin que les hayan permitido regresar.

El objeto de la concentración, según el escrito remitido a la Delegación del Gobierno en Madrid, que ya la ha autorizado, es “reivindicar la libertad y los derechos de dos ciudadanos españoles de origen saharaui y de casi medio centenar de residentes en nuestro país que actualmente se encuentran retenidos contra su voluntad por sus familias biológicas en los campamentos saharauis de Tinduf, en Argelia, privados de su libertad y sus derechos”.

El mismo escrito critica “la inacción de las autoridades del Frente Polisario y de los Gobiernos de España y Argelia, y se trata de un plante de familias para llamar la atención, de manera pacífica, sobre la situación de estas mujeres y hombres y para exigir al Ministerio de Asuntos Exteriores su intervención para la inmediata liberación y repatriación de cinco de ellos.

Entre estos casos sobresale el de Maloma. Muchos de ellos han sido denunciados ante las autoridades españolas y ante el Alto Comisionado de Derechos Humanos de Naciones Unidas, a través del Grupo de Trabajo de Detenciones Arbitrarias“.

Es por ello que la concentración se realizará frente a la sede del Ministerio, donde se leerá un manifiesto, con la previsión de una duración máxima de dos horas y una participación prevista de un centenar de personas.