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Human Rights Watch exige que se respete la libertad de Maloma en el aniversario de su secuestro

Ni la cultura ni las tradiciones están por encima de los derechos humanos. Así lo recuerda la organización internacional pro derechos humanos Human Rights Watch (HRW) en el aniversario del secuestro en el Sáhara de la ciudadana española Maloma Morales.

“Ha pasado un año desde que una joven decidió visitar durante una semana a su familia en un campamento para refugiados saharauis en Argelia y, desde entonces, según reportes, no la han dejado regresar a España”, indica la ONG en un comunicado al que ha tenido acceso eldiario.es Andalucía.

Maloma Morales de Matos, nacida Maaluma Takya Hamda como recuerda HRW, es una ciudadana española de origen saharaui. Tras pasar una década acogida en una familia española de Mairena del Aljarafe (Sevilla), decidió que quería ser adoptada por ésta cuando cumplió la mayoría de edad. Cuando obtuvo la nacionalidad y el pasaporte español, Morales viajó a los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf (Argelia) con su padre adoptivo, José, para visitar a su familia biológica. El último día de la visita, su familia la introdujo a golpes en un coche y la secuestró, según el testimonio de su padre adoptivo.

Según señala Human Rights Watch, la familia biológica de Maloma “asegura que ella desea quedarse con ellos en el campamento. Sin embargo, Morales no ha podido llegar a una zona neutral para manifestar allí libremente su preferencia”.

La autoridad gubernamental que gobierna los campamentos de refugiados es el Frente Polisario. La organización carga con dureza contra ellos porque, aunque “ha asegurado reiteradamente que está trabajando para resolver el problema, ”hasta ahora no ha tenido ni la capacidad, ni la voluntad política para garantizar que esta mujer sea libre de elegir si quedarse o irse“.

La “incapacidad” del Frente Polisario

A lo largo de este año, los dirigente saharauis han insistido en que se trata de un asunto “puntual, entre dos familias” o “una guerra entre dos familias”, tratando así de limitar su responsabilidad en este caso o los de Koria, Darya y Nadjiba, a cuya liberación el Congreso de los Diputados español acaba de dar su primer respaldo.

La organización afincada en Nueva York critica la “incapacidad que ha demostrado (el Frente Polisario) para poner fin a situaciones similares que han vivido, por lo menos, otras dos mujeres saharauis con residencia legal en España y cuyas familias en los campamentos de refugiados se han negado, durante casi tres años, a dejarlas salir. Se trata de Darya Embarek Selma, de 27 años, y Nadjiba Mohamed Belkacem, de 25. Cada una confirmó recientemente a Human Rights Watch su deseo de regresar inmediatamente a España”.

La ONG recuerda que el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, abordó este año el tema de las retenciones ilegales de estas mujeres con el fallecido secretario general del Frente Polisario, Mohamed Abdelaziz y que su sucesor, Brahim Ghali, imputado por genocidio por la Audiencia Nacional, habló hace más de dos años con HRW sobre otra mujer secuestrada cuando éste era embajador en Argelia.

“Ghali expresó que si bien el objetivo es que la mujer pueda tomar la decisión, la ”sociedad patriarcal“ saharaui con sus ”tradiciones“, ”cultura“ y ”lazos familiares complejos“ hacen necesario abordar la situación con extremo cuidado”, señalan.

Sarah Leah Whitson, responsable de Oriente Medio en la organización, concluye que “las tradiciones y la cultura merecen respeto, pero no cuando permiten que una familia retenga a un adulto contra su voluntad. La falta de acción efectiva del Polisario en estos casos pone en tela de juicio su proclamado compromiso con la igualdad de derechos de la mujer”.