Para finales del presente mes de noviembre se ha convocado una movilización cuanto menos llamativa en el ámbito educativo, destinada a protestar contra la cantidad de deberes que los niños llevan a sus casas cada día cuando salen del colegio. La convoca Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA), y pretende reivindicar la recuperación del tiempo libre de los alumnos y su familia, e incluso pedir su eliminación total.
De entrada, la CEAPA se siente arropada por sus miembros, e incluso por algunos profesores, pero no hay unanimidad en sector, como refleja la carta que una maestra de un colegio de Ayamonte (Huelva), Fátima Javier, ha escrito para expresar el sentir de muchos docentes no solo ante la convocatoria de la huelga, sino ante la situación global de la educación.
Y es que esta maestra, como ha explicado a eldiario.es/andalucia, no es que esté acuerdo o en desacuerdo con la convocatoria, sino que entiende que la CEAPA está perdiendo oportunidades preciosas para aprovechar su potencial como nexo entre la comunidad educativa y los padres del alumnados.
Por eso, la encabeza diciendo: “Me gustaría mucho que la CEAPA tuviera a bien leer este escrito que realiza desde el desconcierto una maestra de escuela, porque me encantaría apuntarles otros motivos para hacer huelga”, como señala en las redes sociales en las que la ha publicado.
Reclama que se convoque una huelga “por favor, para que de una vez por todas se prohíba que cada partido político que alcanza el poder cambie de sistema educativo y vuelva loco a docentes y alumnos” o “porque en este país nuestro tan extravagante suban el PIB del 4 al 8 por ciento, que es lo que hacen en países nórdicos como Finlandia, pues invertir dinero es hacerlo en calidad educativa”.
Cobertura de bajas y mejor material
Reclama la misma docente que se convoca una huelga “para que se cubran las bajas de los maestros cuando nos ponemos enfermos, y así no haya que repartir alumnos por todas las clases, con la sobrecarga educativa que eso supone. Hagan huelga, les suplico, para que las aulas estén dotadas de material tecnológico adecuado, pues, de cada diez, sólo dos disponen de pizarras digitales y (oh) maravillas tecnológicas que usamos en las casas con naturalidad, como ordenadores y tablets”.
“La pizarra verde y la tiza tienen una estética romántica adorable, pero queda obsoleta en relación a cómo avanza nuestro mundo”, señala la misiva, que reclama otra huelga “para que en las clases de lugares como Andalucía no se asen de calor los niños y niñas, pues muchas aulas no disponen de aire acondicionado y lo pasan realmente mal”, así como “para que la ratio, que es la relación numérica entre alumnos y profesor, sea de 15 niños y no de 25, y que se instaure de manera eficaz la figura del maestro de apoyo, tan necesaria para el avance del alumnado con dificultad”.
Una vez enumerados los motivos que, según Fátima Javier, deberían hacer que la CEAPA diese el paso adelante para convocar una huelga, la misma maestra ayamontina dice que si se convoca un paro por los motivos que resume, “para mí tendrá sentido lo de los deberes y podré reconciliarme con la idea de que el maestro en España es valorado. Mientras, pensaré que, en líneas generales, somos lo que parecemos ahora mismo: personas impresionadas por esa huelga que nos pone en el punto de mira, como si fuéramos muñecos a los que hay que derribar en un puesto de feria”.