Las direcciones andaluzas de IU y de Podemos, lideradas por Toni Valero y Martina Velarde, van a aprovechar el próximo 28 de febrero (28F), día de Andalucía, para lanzar el nuevo nombre de la confluencia -Unidas Podemos por Andalucía- que sustituirá a la marca Adelante Andalucía, con la que concurrieron a las elecciones autonómicas de 2018, confirman fuentes de IU y de Podemos a este periódico. Será el primer acto político en el que empiecen a operar bajo las mismas siglas que la coalición estatal.
El siguiente paso será reclamar a la Mesa del Parlamento andaluz la sustitución también del nombre del grupo parlamentario Adelante Andalucía, aprovechando un artículo de la futura reforma del reglamento de la Cámara, que acaba de iniciar su tramitación parlamentaria por la vía urgente. La reforma, muy discutida por los letrados del Parlamento que ven visos de inconstitucionalidad, tiene aún que ser debatida en comisión y en Pleno, recoger las aportaciones y enmiendas de los grupos, y previsiblemente será aprobada en el mes de abril.
El artículo que se adapta como un guante a los planes de Podemos e IU para desmarcarse definitivamente de Teresa Rodríguez y los Anticapitalistas es el punto ocho, que emana directamente del Pacto nacional Antitransfuguismo: “En el supuesto de que temporal o definitivamente se produjera la usurpación parcial o completa de la denominación de un Grupo Parlamentario, este podrá instar a la Mesa del Parlamento a que reconozca su cambio de denominación mientras la usurpación se mantenga”, dice el citado artículo.
Fuentes de IU y Podemos coinciden en que “por ahora” la nueva marca estará en sus actos políticos públicos, y que “la pretensión” es cambiar también el nombre del grupo parlamentario, pero que esto “se abordará cuando esté aprobada la reforma del reglamento de la Cámara”. Se cumple así el vaticinio que hizo Valero hace ahora un año en Antequera (Málaga), durante la asamblea anual de balance de IU en Andalucía, cuando advirtió de que “Adelante Andalucía es de todos, o no es de nadie”. El mensaje era una alusión directa a Teresa Rodríguez, que acababa de abandonar la dirección regional de Podemos e iniciaba el viraje político de la confluencia sin el consenso del otro socio fundador.
28F, punto de inflexión
El del 28F será el primer acto político en el que los partidos fundadores de Adelante Andalucía entierren su nombre original -en disputa judicial con la ex líder regional de Podemos, Teresa Rodríguez- para seguir funcionando bajo la marca de la coalición estatal: Unidas Podemos. “No renunciamos a la marca Adelante, pero ese asunto está en los tribunales y no sabemos cómo se va a resolver. No podemos avanzar con esa incertidumbre, sin tener claro si nos la quedaremos nosotros o ellos. Si hay un adelanto electoral en Andalucía tenemos que estar preparados. Hay que dejar atrás la crisis de ruptura que hemos vivido con Rodríguez, dejar de hablar de nuestros problemas, y abrir un nuevo tiempo”, explican fuentes de la dirección de IU.
Desde ambas formaciones insisten en subrayar que la decisión de empezar a funcionar como Unidas Podemos por Andalucía “no significa necesariamente que la marca electoral sea ésta si las autonómicas no se adelantan y se celebran cuando tocan, en diciembre de 2022”. “No renunciamos a la marca Adelante y tampoco a incluir a otros actores políticos y sociales en la confluencia, pero tras las catalanas, los siguientes comicios, antes o después, serán las andaluzas, y hay que engrasar el proyecto político”, advierten.
La federación de izquierdas sigue acusando a Rodríguez y a los Anticapitalistas de haber “usurpado” la marca Adelante Andalucía, tras inscribirla en el registro de partidos políticos del Ministerio de Interior “con la excusa de que no se la apropiasen los errejonistas en las generales de 2019”, y negarse a darla de baja después de los comicios. Fue uno de los motivos de la ruptura política, no el único. La antigua dirección de Podemos Andalucía quiso usar el nombre de la confluencia en las últimas generales, en contra de Unidas Podemos, y sus socios de IU se negaron rotundamente.
El otro motivo, de más peso, es que Unidas Podemos terminó formando un Gobierno de coalición con el PSOE -avalado por las bases de Podemos e IU- y el círculo de Rodríguez rechazaba rotundamente esta fórmula. La gaditana siempre ha defendido que este veto a los socialistas formaba parte de la idea original de Adelante, que así lo defendió también en campaña el ex líder regional de IU, Antonio Maíllo, y que quienes viraron el rumbo político fueron sus socios, no ella.
Maíllo recordaría tiempo después que aquella estrategia formó parte de un momento político concreto, dirigido en exclusiva contra el PSOE de Susana Díaz -que había expulsado a IU de un Gobierno de coalición en 2015-, pero que no fue extrapolable a las municipales, donde sí hubo pactos con los socialistas. El ex coordinador andaluz dejaríay clara su ruptura política definitiva con Rodríguez en un contundente artículo en eldiario.es, en el que acusó a la gaditana de querer “construir un partido nacionalista al estilo de las CUP catalanas, controlado por Anticapitalistas”: “Evidenciamos cómo un grupo minoritario –amparado en una mayoría de parlamentarios que fueron elegidos gracias a las siglas de Podemos- pretende vampirizar un patrimonio común que principalmente se ha levantado con la mano de obra militante de IUCA y Podemos y con los recursos económicos de ambos”, escribió el ex coordinador andaluz.
El grupo Adelante Andalucía, con los 17 diputados que lograron en las urnas en 2018, quedó dinamitado definitivamente cuando IU y Podemos impulsaron una iniciativa en el Parlamento para expulsar a Rodríguez y a otros ocho diputados acusándolos de “tránsfugas”. Detrás quedaban meses de roces, disputas, discrepancias políticas y personales, desencuentros en los que la gaditana minusvaloró el poder real de sus socios. Entonces, Rodríguez ostentaba el control absoluto de Adelante, abrió la puerta al partido al que ella y los suyos emigraron tras dejar Podemos -Anticapitalistas- y suscribió en nombre de la confluencia un manuscrito que vetaba cualquier tipo de pacto de Gobierno con los socialistas.
El diálogo nunca fraguó positivamente y todo desembocó en la implosión del grupo: una minoría de diputados (seis) expulsó a una mayoría (nueve; y dos críticas independientes quedaron dentro), en el marco de un nuevo Pacto Antitransfuguismo que calzaba como un guante en la situación de Rodríguez y de su círculo próximo. El Parlamento tramita ahora esa reforma exprés en su reglamento, con el apoyo de todos los grupos de la Cámara. Los expulsados -ahora no adscritos- han recurrido la decisión ante el Tribunal Constitucional por vulneración de sus derechos de representación política.
El acto político de Unidas Podemos por Andalucía, el próximo 28F en Sevilla, será un evento limitado por las condiciones de reunión de la pandemia, pero que contará con la participación de Valero y Velarde, y previsiblemente del ministro de Consumo y coordinador federal de IU, Alberto Garzón, que ya estuvo el año pasado. Tradicionalmente las formaciones a la izquierda del PSOE siempre han celebrado el 28F al margen de las efemérides organizadas por la Junta, y sumándose a las manifestaciones reivindicativas que protestan por los déficit endémicos de Andalucía: paro, pobreza, falta de inversión estatal...
Este año, como consecuencia del coronavirus, no tendrá lugar la manifestación, pero Podemos e IU han querido usar el 28F como plataforma para lanzar su nueva (vieja) marca, como punto de inflexión para un nuevo tiempo en la confluencia, tras la guerra vivida con Rodríguez y Anticapitalistas. La semana anterior, el martes 23 de febrero, tendrá lugar una “reunión ampliada de las direcciones” de Podemos e IU Andalucía para conformar los órganos de coordinación a escala regional, provincial y municipal. Con este paso, la confluencia andaluza se mimetiza con la estatal, que lidera Pablo Iglesias y forma parte del Gobierno de coalición con el PSOE. El matiz de diferencia es que los contrapesos entre ambas formaciones están invertidos en Andalucía, donde la federación de izquierdas tiene más peso y arraigo territorial que el partido morado.