El debate de investidura de Juan Manuel Moreno (PP) como presidente de la Junta de Andalucía está siendo una basa de aceite, y no sólo por su apabullante mayoría absoluta de 58 diputados. El ambiente está mucho más relajado que hace tres años y medio, cuando se presentó por primera vez, muy alejado de la crispación que lo impregnaba todo ante una legislatura en la que Vox iba a marcar el paso. Hoy esa mayoría absoluta ha condenado a la irrelevancia parlamentaria a la formación de ultraderecha, y eso (en contraste con la situación meteorológica) ha rebajado la temperatura política varios grados. Eso se vio en las intervenciones de Adelante Andalucía (grupo mixto) y Por Andalucía, que si bien hicieron una enmienda a la totalidad a las políticas del candidato, le tendieron la mano para llegar a acuerdos que, sobre todo, permitan combatir la pobreza.
Ambas formaciones no hicieron pinza, pero tampoco se lanzaron reproches y coincidieron en varios aspectos, básicamente en la reivindicación de los servicios públicos y en la crítica a la política fiscal del PP y su apuesta por el sector privado. Todo ello en un tono moderado y (aunque las hubo) casi sin puyas políticas, pero sin aspavientos ni voces en alto, dejando los dramatismos a la entrada del salón de plenos. Eso sí, le recordaron a Moreno que el pasado 19 de junio tuvo mucho prestado, básicamente porque los andaluces entendieron que era la mejor manera de cerrarle la puerta del Gobierno a Vox.
Como el debate está ordenado para que los grupos intervengan de menor a mayor, la primera en tomar la palabra fue Teresa Rodríguez, que volvía a la tribuna de oradores y a interpelar al presidente después de su defenestración como portavoz de Adelante Andalucía en 2020 y de la expulsión de su grupo bajo la acusación de ser una tránsfuga. Hoy Rodríguez abandera otra Adelante Andalucía, que logró dos diputadas el 19J, y encaró a Moreno instándole a desengañarse porque “el milagro económico andaluz sólo existe en su cabeza”. De paso, le recordó el incumplimiento de muchos de sus compromisos en la anterior legislatura, sobre todo los relacionados con la economía y la regeneración democrática.
Beneficios “a los más ricos”
Rodríguez intentó llevar a Moreno a un debate de blanco o negro, con varias preguntas retóricas que podrían resumirse en si “va a ser el presidente de las pymes o de las grandes empresas”. Cargó sobre todo contra la rebaja fiscal anunciada por Moreno en su discurso de investidura, que “beneficia a la población más rica y le va a costar a la Junta 620 millones de euros, lo que supone que ”vamos a recaudar menos en un momento que necesitamos apostar más“ ante una inflación desbocada.
Entre los muchos puntos de coincidencia que hubo entre Adelante Andalucía y Por Andalucía destacó el de la lucha contra la pobreza, ya que las últimas estadísticas apuntan a que casi un 40% de la población andaluza está en riesgo de exclusión, una situación alejada de “los mundos de Yupi” que, según Rodríguez, dibuja Moreno. Para empezar a caminar en este sentido, la portavoz de Por Andalucía, Inmaculada Nieto, pidió al candidato del PP un plan para ayudar a las familias andaluzas ante el encarecimiento de todo por la inflación. “Sería una buena manera de arrancar la legislatura”, apostilló.
Y si Rodríguez presentó varias propuestas que va a entregar por escrito a Juan Manuel Moreno, Nieto apeló a que “el disenso honesto puede abrir camino a consensos robustos”. Eso sí, lamentó la situación de la sanidad (“que se refleja en el crecimiento del sector privado”) y la educación privadas, arremetiendo también contra una política fiscal que presentó como un “dumping fiscal” contra el que se posicionó en su día el Parlamento andaluz con el voto del PP. “La base ideológica de la fiscalidad es la justicia”, subrayó.
“Sacar a Queipo de Llano de la Macarena”
Nieto anunció que pondrá el foco sobre todo en cuestiones como los fondos europeos, la financiación autonómica y la fiscalidad, aunque le hizo a Moreno una petición muy concreta: “Elimine de inmediato el teléfono de violencia intrafamiliar, ya no necesita hacer juegos florales” para contentar a Vox. Y reclamó también el desarrollo de la Ley de Memoria Democrática porque “hay muchas personas que sufren con esto y las víctimas merecen reparación”, una reivindicación que resumió en que “hay que sacar a Queipo de Llano de la Macarena”.
Y a todo esto, ¿cómo respondió Juan Manuel Moreno en este primer debate con las formaciones de izquierda? Pues agradeciendo el tono “correcto” y el ofrecimiento de acuerdos, insistiendo de paso en que no hará uso de su mayoría absoluta. “Intentaré mantener una relación lo más fluida, honesta y respetuosa posible”, le dijo a Teresa Rodríguez pese a reconocer la gran distancia que les separa. “Previsiblemente coincidimos en el diagnóstico de los problemas de Andalucía”, pero en la búsqueda de soluciones contrapuso su “posición ideológica poética” con la “cruda realidad”. “Hace falta rigor, pragmatismo y cercanía”, incidió.
Un Moreno “sin tutela de Madrid”
Y si Rodríguez anunció que abandera un “andalucismo verdaderamente libre”, Moreno le reprochó su “monopolio del sentimiento andaluz, yo defiendo Andalucía tanto como usted”. Eso sí, le hizo un guiño al apuntar que “los dos únicos grupos en esta Cámara sin tutela de Madrid son el suyo y el mío”, con lo que de paso le lanzaba una andanada a PSOE, Vox y Por Andalucía, de hecho a Inmaculada Nieto le reprochó que algunos de sus argumentos eran “un eco del Gobierno de España” cuando su grupo siempre había tenido independencia. También alardeó de que en su mandato no se ha hablado de corrupción, “señal de que la regeneración se ha hecho bien”, e insistió más de una vez en la necesidad de medidas para afrontar el cambio climático: “Creo profundamente que hay cambio climático, es una evidencia científica, y la acción del hombre lo ha acelerado”.
El candidato del PP insistió en que su modelo es “más libertad”, y sobre todo se parapetó en una avalancha de datos con los que contrarrestaba todas las críticas de ambas formaciones. Unas cifras, en algunas ocasiones replicadas por Rodríguez y Nieto, según las cuales todo ha mejorado en Andalucía gracias a la gestión del Gobierno de PP y Ciudadanos: el empleo, el número de autónomos, la inversión en sanidad y educación, el número de profesionales en estos sectores... “Es evidente que el sistema ha mejorado en los últimos tres años”, aseguró. Trufó también sus intervenciones de críticas y ataques a la gestión del Gobierno central, la mayor autocrítica que asumió es que “la sanidad es mejorable” y defendió su política fiscal por mucho que las tachen de dumping: “No pienso subirle los impuestos a los andaluces por mucho que me lo diga la señora Montero [ministra de Hacienda], no voy a renunciar a mi autonomía fiscal”.