Juan Espadas: “El PP está intentando hacer del PSOE, pero no cuela porque Moreno es muy de derechas”
El candidato del PSOE asegura que a su partido “le hacía falta volver a la calle y escuchar a la gente con humildad”, recuerda que el proyecto del actual presidente andaluz “no lo votó la gente” y se define como un moderado “radical en políticas sociales”
La entrevista tiene lugar en su autobús de campaña, en el trayecto entre los municipios granadinos de Baza y Guadix. Juan Espadas (Sevilla, 1966), secretario general del PSOE de Andalucía, lleva a gala que es el único candidato que está haciendo una campaña electoral de verdad, como las de toda la vida, con una cascada diaria de actos que le está pasando factura sobre todo a una garganta a la que intenta ayudar a base de propóleo. Cree que es un candidato que gusta “mucho” a sus militantes y reconoce que el PSOE se desconectó como partido de la sociedad andaluza, aunque insiste en que ahora puede ganar el 19J y en que se lo recordará a los que le auguran un desastre. “Y lo haré con una sonrisa”.
En primer lugar hicimos, por primera vez en el PSOE de Andalucía, un proceso de verdad de unas primarias en las que la organización tuvo que decidir sobre la continuidad de un proyecto político. Esto no se había hecho en el PSOE de Andalucía desde el Gobierno de la Junta porque es difícil. ¿Por qué? Porque cuando estás gobernando el partido está, digamos, subordinado al respaldo y al apoyo a lo más importante, que es el propio Gobierno.
Pero la maquinaria tardó en arrancar.
Es que todo esto no ha sido fácil, y más teniendo en cuenta que el que asumía la candidatura a la Presidencia de la Junta era el alcalde, nada más y nada menos, que de la capital de Andalucía. Entonces yo no podía dejar esto en dos semanas de aquella manera, tuve un trabajo hasta diciembre muy duro porque coincidió con todos los procesos orgánicos y llegué exhausto. Pero ya ahí comencé un proceso de participación abierta, de escucha activa. El PSOE de Andalucía hacía muchísimo tiempo que como partido, no desde el Gobierno, no tenía una metodología y una estructura de trabajo coordinado, por ejemplo, entre alcaldes y alcaldesas.
¿El PSOE había perdido la conexión con la ciudadanía?
Es que el partido, cuando gobierna, se reduce al mínimo. Para bien o para mal, el PSOE claramente no tenía una estructura de partido, era una maquinaria muy interna que no estaba a disposición de la gente sencillamente porque entendemos que es el Gobierno el que tiene que resolver los problemas. Luego, cuando estás en la oposición, tienes dos posibilidades: o te deprimes y te metes en la sede y las casas del pueblo, o sales a la calle y te conviertes en un dinamizador. Eso me permitió ponerme cara a cara frente a los problemas y sobre todo hacer autocrítica y, de manera humilde, pedirle el voto a gente que discrepaba de nuestras últimas decisiones en el Gobierno para recuperar esos votantes y esa confianza. La gente me dice que le gusta este modelo de partido, porque es más abierto.
Y además del modelo de partido, ¿a los militantes les gusta su candidato?
Yo creo que mucho.
¿Aunque sea un candidato que no levanta precisamente pasiones? Porque su perfil es más de gestor.
Es que ahí es donde realmente se está produciendo ese cambio interno en la organización, que es el cambio tranquilo, que a mi juicio es el cambio que genera sedimentos que van a ser una base sólida de este PSOE ganador y de este PSOE del tiempo que nos ha tocado vivir. A veces los hiperliderazgos son los perfiles que pueden venir muy bien para determinadas etapas, pero no son los mejores para otras. Eso, por ejemplo, es lo que le pasó al Churchill de la guerra y al de después. Al PSOE andaluz le hacía falta volver a la calle y escuchar a la gente con humildad. ¿Hay que reconocer que no se hizo a la altura de lo que esperaba la gente, que los años de gobierno te anquilosan? Las cosas son así, por eso soy un firme partidario de la limitación de mandatos.
A veces los hiperliderazgos son los perfiles que pueden venir muy bien para determinadas etapas, pero no son los mejores para otras
Aquí todo el mundo asegura que abandera el cambio. Si Moreno Bonilla dice que él es el cambio, ¿usted es el cambio del cambio?
Pero es que el cambio de Moreno Bonilla no lo votó la gente, vamos a decir las cosas por su nombre: perdió las elecciones y sacó 26 diputados. Moreno Bonilla es el resultado de una carambola en la que tres partidos se ponen de acuerdo para que el partido más votado no gobierne y porque decidió que su investidura era más importante que cerrarle el paso a la ultraderecha, que nadie esperaba en el Parlamento andaluz tan fuerte y decisiva. Él fue el que abrió la puerta a la ultraderecha en España para ser decisiva a la hora de gobernar. La foto está ahí, ya no puede decir que no ha pactado con Vox.
Pero tras 37 años en el Gobierno, ¿cómo puede presentarse el PSOE como un cambio?
Pues porque somos el proyecto que necesita Andalucía en 2022, sobre todo después de tres años y medio de la derecha. Esto no es un proyecto socialista de continuidad, es el cambio de verdad que en este momento necesita Andalucía. Y ahora mismo el ciudadano puede decidir mucho mejor, porque la derecha ha gobernado. Ese factor va a ser el que nos dé la victoria, y eso no sale en las encuestas. Por eso hago tanto hincapié en que estamos en la orilla, Moreno Bonilla sabe perfectamente que no va sobrado como para ganar las elecciones al PSOE.
¿En estas elecciones el PSOE compite con el PSOE?
No, en absoluto. El PSOE combate contra el desencanto ante la política, contra la baja participación en la que nos hemos instalado en democracia. Combatimos la preocupación de la gente por la crispación y por la conflictividad, por la falta de acuerdo sobre cuestiones que los ciudadanos quieren que los grandes partidos se pongan de acuerdo. Todo eso es lo que combate el PSOE, pero no al PSOE.
Si baja de la cifra del millón de votos que logró el PSOE en 2018, ¿el responsable sería usted o Pedro Sánchez por elegirle como candidato?
Las responsabilidades son del que se presenta, evidentemente, y de la organización, porque yo no puedo pedir el voto a todos los ciudadanos de Andalucía en todos los rincones del territorio. Yo se lo he trasladado muy claro a los alcaldes y a los secretarios generales de cada una de las agrupaciones del partido: esto solo lo podemos ganar si, como decimos los socialistas, en cada baldosa tú haces todo lo que esté en tu mano para que los votantes progresistas no se queden en casa. Por tanto, toda la organización tiene una responsabilidad, pero el candidato el que más.
Tengo absoluta autonomía para hacer lo mejor para Andalucía. Siempre primero Andalucía, y luego mi partido, algo que respalda Pedro Sánchez
A propósito de Sánchez, se ha dicho de usted que es su vasallo y su lacayo, que el PSOE andaluz no tiene independencia con respecto a Madrid.
Eso son cosas absurdas que se dicen sencillamente para despreciar al adversario político, no hay ni que tenerlas en cuenta. Somos compañeros de partido y trabajamos ambos por lo mismo, que es por lo mejor para los españoles y para los andaluces, el que quiera buscar en eso una pérdida de autonomía mía o del PSOE de Andalucía se equivoca. Yo tengo una magnífica relación con Pedro Sánchez, el presidente del Gobierno que más responsabilidad se ha echado encima en el peor momento que ha tenido la historia reciente de España, y se le está tratando de manera injusta y despreciable por la derecha de este país. Pero como todo en la vida, al final la historia pondrá a cada uno en su sitio. Me siento orgulloso de ser secretario general del PSOE andaluz y tengo absoluta autonomía para hacer lo mejor para Andalucía. Siempre primero Andalucía y luego mi partido, algo que respalda Pedro Sánchez.
¿No contempla la posibilidad de un resultado peor que el de 2018?
En ningún caso, va a ser bastante mejor que el de 2018, o va a ser el que esperábamos en 2018 y nos dimos cuenta de que no. Ese diferencial lo voy a recuperar, ya lo verá.
Pero una cosa es mejorar el resultado y otra muy distinta tener la opción de gobernar.
Si entramos en escenarios de gobierno, yo lo digo claro y sincero: quiero gobernar como lo hice en el Ayuntamiento de Sevilla, voy a ir a un Gobierno en solitario. Hablaré con las fuerzas políticas de izquierda y les plantearé un acuerdo programático. Ya veremos, en función de las fuerzas de cada cual, si efectivamente es un acuerdo programático o se plantea la entrada en un Gobierno. No he hablado de esto con nadie, porque hay que esperar a que hablen los andaluces y luego actuar en consecuencia. Ahora, el que no habla de eso es Moreno Bonilla. Él aspira a algo legítimo y humano, que es gobernar en solitario aunque no tenga mayoría absoluta. Sí, pero ¿en quién se va a apoyar usted? ¿Como en esta legislatura, como ya ha dicho? Es que este hombre tiene la sinceridad de los niños, que se le escapa, ha dicho que con acuerdos puntuales con Vox como en este mandato. ¿Pero usted cree que Vox le va a apoyar solo con puntuales acuerdos? Vox ahora mismo después del Gobierno de Castilla y León, en donde el PP le ha dejado entrar, está en condiciones de echarle un pulso, porque gobernar con el PP en Andalucía para tener opciones de Gobierno en España. Y Moreno Bonilla lo sabe, y Feijóo lo tiene pactado con Abascal. Lo que pasa es que están engañando a los andaluces, haciendo como que se presentan solo con el moderado. Y Olona es la que se encarga todos los días de decir la verdad, de llamarle socio, aliado, hasta vicepresidente.
El cinturón de protección social es lo que de verdad la gente vota cuando vota socialdemócrata. En las políticas sociales soy radical, en eso no soy un moderado
Habla de que Moreno Bonilla se presenta como un moderado, pero usted también está haciendo lo mismo. ¿Se considera más moderado que de izquierdas?
Yo me considero un buen gestor, creo que lo he demostrado porque soy una persona que se centra mucho en los problemas y en cómo abordarlos para resolverlos. ¿Lo hago desde una ideología concreta? Claro, lo digo y lo repito, para mí el eje es buscar siempre las soluciones que mejoren la igualdad de oportunidades en Andalucía, esa es una seña de identidad socialista. Segundo, yo tengo que priorizar las decisiones que ayuden a los que más necesitan un Gobierno; y tercero, y eso me puede diferenciar de la extrema izquierda, creo que hay que generar riqueza para poderla distribuir. A veces la extrema izquierda piensa que no hay que desarrollar económicamente nada, que no hay que crecer... Eso es repartir miseria. Yo creo que hay que generar riqueza, eso es la socialdemocracia, pero el factor y el valor de la socialdemocracia es que la distribuye de manera más justa y, sobre todo, que genera un cinturón de protección social, que es lo que de verdad la gente vota cuando vota socialdemócrata. En las políticas sociales soy radical, en eso no soy un moderado. Creo que hay que ayudar a la gente, pero no de boquilla, de verdad.
¿Y eso cómo se hace?
Por lo pronto, hay que detectar dónde están los problemas estructurales. Le pongo un ejemplo: ahora tenemos un problema estructural con la juventud, no estamos abordando bien las estrategias para poner todo ese talento, en el que hemos invertido en formación lo más grande, a disposición de lo que necesita el mercado laboral, con el sinsentido de que hay puestos de trabajo que se quedan vacíos. Luego tenemos que los proyectos empresariales viables no necesitan ayuda pública, pero hay situaciones de crisis en las que un pequeño apoyo permite reflotar, como ha hecho el Gobierno de España con los ERTE por primera vez en la historia. Esto es a lo que tiene que estar atento el Gobierno andaluz, lo que pasa es que ha demonizado el apoyo a las empresas que daba el PSOE, ha dicho que eso es despilfarro e inviable económicamente y que no interviene. Eso ha llevado a lo paradójico de que por no poner un aval de 20 millones de euros Abengoa esté como está, eso es paradigmático.
Moreno Bonilla asegura que el PP es el partido que más se parece a Andalucía, uno de los lemas que históricamente ha utilizado el PSOE.
El PP está intentando hacer del PSOE, pero no cuela porque Moreno Bonilla es de derechas, y muy de derechas. Le han construido un relato y un personaje, pero viene de donde viene y ha hecho lo que ha hecho. Cuando con Rajoy tuvo una responsabilidad de gestión, lo único que hizo fue hacer políticas de derechas. Ahora, como presidente de la Junta, que Moreno Bonilla se presente como un político socialista es de risa. A mí me viene hasta bien, porque como nos falta el respeto diciendo eso, un socialista no se ve reflejado en ese señor y por tanto inmediatamente piensa que le está tomando el pelo.
Moreno Bonilla engaña con esa falsa moderación en la que con una sonrisa y un gesto con una mano dice una cosa y con la otra pacta con Vox
Entonces, ¿cuando les pide el voto está engañando a los militantes socialistas?
Yo creo que nos toma por tontos, pero esto va de acción y reacción. Cuando alguien te toma por tonto en un caso como este, generalmente tu reacción es que si puedes votarías dos veces al PSOE. Mire, a mí hay dos cosas que me están ayudando en la campaña de movilización. La primera son esas cosas que dice Moreno Bonilla, de engañar con esa falsa moderación en la que con una sonrisa y un gesto con una mano dice una cosa y con la otra pacta con Vox. Es que no se puede decir el mismo día que el Gobierno de Mañueco con Vox es fantástico y pedirle su voto a los socialistas.
¿Y lo segundo?
La aparición en escena de un Vox que dice alto y claro lo que quiere, y eso no me lo invento, yo no estoy diciendo “ojo, que viene la ultraderecha”. Lo que dijo el otro día Olona en el debate asusta a la gente, porque nos retrotrae a la España del franquismo, del ordeno y mando, de la dictadura y del NODO.
Pero eso de insistir en que viene el lobo de la ultraderecha no parece que les esté funcionando mucho, ¿no?
Si funciona o no, lo veremos, pero yo no me puedo callar ante eso. Yo tenía que haber cortado todas y cada una de las barbaridades que dijo esa señora, pero entonces no hubiera habido ni debate. Nosotros no estamos faltando a la verdad diciendo que hay una amenaza, es que la amenaza es cierta.
El PP se está jugando su futuro político, se va a diluir en Vox. ¿Por qué el Partido Republicano tiene un problema? Porque no supo parar a Trump. El PP no está sabiendo parar a Vox, y Vox se comerá al PP
¿Andalucía le ha perdido el miedo a la ultraderecha?
¿Pero cómo le va a perder el miedo Andalucía a eso? Hablamos de una persona que te dice a la cara que el 28 de febrero se lo carga el primer día y pone el 2 de enero, eso no es cuestión de un día de fiesta, es que está en el Estatuto de Autonomía. ¿Qué queremos, un Gobierno que se cargue el Estatuto de Autonomía? Lo dijo el otro día Olona, que quiere que se gobiernen desde España las cosas importantes: la sanidad, la educación y los medios de comunicación, con un único elemento de información, una televisión española, como el NODO, que diga “Esto es lo que hay y aquí no se mueve nadie”. Entonces, ¿cómo el PP no reacciona? El PP se está jugando su futuro político, se va a diluir en Vox. Esto es lo que en Estados Unidos pasó con Trump. ¿Por qué el Partido Republicano tiene un problema? Porque no supo parar a Trump. El PP no está sabiendo parar a Vox, y Vox se comerá al PP.
Habla mucho de su experiencia como alcalde, pero su periodo en el Ayuntamiento de Sevilla lo empezó con cuatro años de oposición tras una derrota muy dura ante el PP de Juan Ignacio Zoido. Ahora todas las encuestas también le mandan a la oposición, ¿es usted un experto en travesías del desierto?
Insisto en que las perspectivas no se van a cumplir y como al 19 de junio ya le queda poco, tendré la oportunidad de recordarles a todos y cada uno de los que solo ven ese escenario que se equivocan. Y lo haré con una sonrisa. Además, yo no soy un experto en oposición, solo he estado cuatro años de mi vida haciendo oposición, el resto siempre he colaborado y trabajado en gobiernos. A partir de ahí, creo que supe hacer oposición al PP porque la mayoría absoluta más grande de la historia de Sevilla, que nos doblaba el número de concejales, la desenmascaré en cuatro años con los mismos argumentos con los que estoy desenmascarando a Moreno Bonilla. A Zoido no le votó la gente porque entendió lo que yo le decía, que no había hecho nada. Al final era un señor de derechas que hacía políticas de derechas, lo que estoy intentando demostrar con Moreno Bonilla. Es falso, no es un señor moderado, es un señor de derechas que hace políticas de derechas. Y las políticas de derechas jamás se hacen para las personas que más lo necesitan, jamás.
Si soy presidente, sacaremos de inmediato el reglamento famoso que se quedó en el cajón de desarrollo de la Ley de Memoria Histórica para sacar a Queipo de la Macarena
Hablando de su etapa como alcalde, ¿si es presidente de la Junta hará lo que no hizo entonces, que es sacar los restos de Queipo de Llano de la basílica de la Macarena?
No tenga la menor duda de que los sacaré, no yo, sino quien tiene que hacerlo en este caso. Si soy presidente, sacaremos de inmediato el reglamento famoso que se quedó en el cajón de desarrollo de la Ley de Memoria Histórica, que es el que esperaba la hermandad para que hubiera una decisión avalada jurídicamente. Así podrá hacerse si no avanza el proyecto de ley de modificación de la Ley de Memoria Histórica a nivel nacional, que está atrancado en el Congreso.
¿No habría que esperar entonces a la ley estatal?
He estudiado el tema, y con el reglamento de la Junta de Andalucía habría la posibilidad ya de hacerlo. No lo ha hecho el PP, como era evidente, porque está en modificar la Ley de Memoria Histórica o en rechazarla cuando pacte con Vox, sería la que caería después de la de violencia de género. Pero evidentemente yo haría el reglamento para tener la cobertura legal y no necesitar el cambio de la Ley de Memoria.
Cuando Moreno Bonilla me reprocha que trabajé con Chaves y con Griñán, digo que claro que sí, y a mucha honra
También de pasado, y tras unos años sin querer saber nada, en esta campaña se está reivindicando con orgullo la gestión anterior del PSOE en la Junta. ¿Qué es lo que ha motivado este cambio?
Bueno, si quieres un partido fuerte y unido lo primero que tienes es que ser coherente con lo que ha representado el PSOE de Andalucía a lo largo de 40 años de trabajo. Y yo creo que quizá en determinados momentos no hemos sabido combatir la censura, el descrédito, la calumnia en la que el PP nos ha metido. El PP ha querido asimilar PSOE a corrupción, y eso es falso. Es un relato de la vergüenza construido desde la derecha, para intentar que los andaluces se olviden de que todo lo que se ha hecho en Andalucía lo han hecho gobiernos socialistas. Y eso es injusto. Y como detrás de eso ha habido muchas personas que se han dejado la piel en hacer lo mejor para Andalucía, lo honesto era recuperar la dignidad y la honorabilidad de todo eso. Algo por cierto de lo que me considero parte. Por eso, cuando Moreno Bonilla me reprocha que trabajé con Chaves y con Griñán, digo que claro que sí, y a mucha honra.
Pero el PSOE tiene cosas en este pasado que son para avergonzarse...
Mire, aquí hay una frase que dice un socialista veterano como es Felipe López, que es que el honor no se pierde cuando se equivoca uno, se pierde cuando se mete la mano, en este caso en la caja. Los presidentes socialistas no han metido la mano en la caja, por tanto no han perdido el honor. Trabajaron por y para Andalucía. Si se cometieron errores a la hora de controlar determinados procedimientos que llevaron a que personas concretas hubieran podido malversar o corromperse, los tribunales serán los que delimiten esa responsabilidad y la exijan. Y además, las conductas particulares en situaciones como la de los prostíbulos son absolutamente deleznables. Ningún socialista ha defendido y desde luego va a respaldar nada de esto. Lo que no se puede es querer contaminar por una manzana a todo el cesto.
A la vuelta de las elecciones vuelve el caso de los ERE, se activará el de la Faffe. ¿Cuánto tiempo va a estar pagando políticamente el PSOE esta factura?
Es que aquí como los procedimientos judiciales se eternizan, pues depende de lo que quieran los tribunales, está todo pendiente de decidir. Curiosamente en el PP hay muchas cosas ya decididas, con sentencia firme y gente en la cárcel, pero aquí de lo único que se habla es de la corrupción del PSOE, que no ha sido condenado por corrupción.
Pero por ahí también se fueron muchos millones.
Primero, a ver si podemos conseguir introducir en este relato que esos 700 millones fueron a pagar indemnizaciones y jubilaciones anticipadas de trabajadores de empresas en crisis, y que siguen cobrando esas cantidades. Y segundo, Moreno Bonilla y los señores de Vox han votado tres presupuestos donde esas cantidades se han pagado y se siguen pagando a estos trabajadores. ¿Qué pasa, que también ellos son corruptos?
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