El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) cuenta con 24 institutos o centros de investigación -propios o mixtos con otras instituciones- tres centros nacionales adscritos al organismo (IEO, INIA e IGME) y un centro de divulgación, el Museo Casa de la Ciencia de Sevilla. En este espacio divulgativo, las opiniones de los/as autores/as son de exclusiva responsabilidad suya.
¿Y si el fraude fiscal fuese un problema de imitación?
El fraude fiscal constituye un problema grave para muchos países, en particular en el Sur de Europa. Las estimaciones relativas al año 2013 apuntan a que en España la economía sumergida constituye casi el 25% del Producto Interior Bruto (Hacienda 2014). Se trata de una cifra muy elevada si la comparamos con la media europea (alrededor del 15%). Los españoles, de hecho, opinan mayoritariamente que el fraude fiscal constituye uno de los principales problemas del país (Alvira Martín et al. 2000: 185-205; Centro de Investigaciones Sociológicas 2014).
Al respecto, se ha llegado a mantener que existirían áreas geográficas o sectores económicos donde el impago de los impuestos casi constituiría la norma y no la excepción. Pero, ¿existen semejantes “bolsas de fraude”? ¿Y por qué? Si se diferencia por sectores económicos, parece que existen explicaciones bastante obvias, como la (relativa) facilidad con la que ciertos tipos de empresas pueden eludir el pago de los impuestos, debido a factores como la estacionalidad de la actividad económica (ej. agricultura, construcción, turismo) o la falta de coordinación en la regulación internacional (ej. finanza, grandes corporaciones, paraísos fiscales).
Sin embargo, existe también una explicación sociológica del fenómeno basada en la imitación del comportamiento de los demás y la colaboración (Elster 1991: 240-245; Ostrom 2000). Así pues: si tú piensas o ves que todos los demás pagan sus impuestos, es más probable que des por sentado que eso es lo correcto y probablemente es lo que harás tú también. En cambio, si piensas o ves que los demás no lo hacen, pensarás entonces que eso es lo correcto. Al mismo tiempo, si tus conocidos son evasores, es más probable que te convenzan o ayuden a hacerlo. Por tanto, la probabilidad de que tú seas un evasor no es independiente de tu entorno social.
Ciertas evidencias corroboran este dato. Si analizamos el siguiente gráfico, que muestra los datos relativos a la opinión de los españoles para el periodo 2001-2010 observamos que existe una relación entre el número de evasores conocidos y la probabilidad de pensar que el fraude fiscal no es algo malo. Es decir, que a medida de que aumentan los casos de evasión fiscal conocidos, mayor es la justificación moral del fraude. En el pasado, se obtuvo un resultado parecido a este en encuestas realizadas en Suecia (Vogel 1974) y en Estados Unidos (Spicer y Lundstedt 1976).
En conclusión, la probabilidad de detectar un evasor fiscal será mayor si se sabe dónde mirar, por ejemplo “tirando de los hilos” conocidos (técnica “bola de nieve”). Si se llegara a demostrar cómo funciona el mecanismo social de imitación y colaboración, se podría proporcionar una ayuda importante a la Hacienda pública para el control tributario.
El fraude fiscal constituye un problema grave para muchos países, en particular en el Sur de Europa. Las estimaciones relativas al año 2013 apuntan a que en España la economía sumergida constituye casi el 25% del Producto Interior Bruto (Hacienda 2014). Se trata de una cifra muy elevada si la comparamos con la media europea (alrededor del 15%). Los españoles, de hecho, opinan mayoritariamente que el fraude fiscal constituye uno de los principales problemas del país (Alvira Martín et al. 2000: 185-205; Centro de Investigaciones Sociológicas 2014).
Al respecto, se ha llegado a mantener que existirían áreas geográficas o sectores económicos donde el impago de los impuestos casi constituiría la norma y no la excepción. Pero, ¿existen semejantes “bolsas de fraude”? ¿Y por qué? Si se diferencia por sectores económicos, parece que existen explicaciones bastante obvias, como la (relativa) facilidad con la que ciertos tipos de empresas pueden eludir el pago de los impuestos, debido a factores como la estacionalidad de la actividad económica (ej. agricultura, construcción, turismo) o la falta de coordinación en la regulación internacional (ej. finanza, grandes corporaciones, paraísos fiscales).