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Icebergs: las rutas del hielo en el mar

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Los icebergs son enormes masas de hielo que se mueven por los océanos, y por lo general dan cierto pavor al asociarse al archiconocido hundimiento del transatlántico RMS Titanic. Cuando tuve la suerte de estar cerca de estas masas gigantescas no me resultaron tan amenazadoras. Me dio la sensación de estar contemplando un dinosaurio majestuoso, herbívoro, que se movía lentamente sin percatarse de la existencia de nuestro buque y que no nos iba a molestar mientras nosotros hiciéramos lo mismo. Me resultó llamativo el olor a “vegetal” casi a pepino que había en cubierta de nuestro barco. Ese olor se debe a que los entornos de los icebergs son lugares de productividad marina muy alta, donde algas unicelulares como las diatomeas encuentra los nutrientes y las condiciones ideales para su desarrollo. Y es que, en general, se nos olvida que los icebergs juegan un papel fundamental en la transferencia de masa, energía y nutrientes desde las costas heladas del Ártico o de la Antártida hasta el océano. Los icebergs son como enormes contenedores que transportan agua dulce y fría cargada de minerales hasta el océano abierto que es casi un desierto, desde el punto de vista de la vida marina, hasta que llegan los aportes del deshielo de los icebergs.

Las aguas dulces y frías del deshielo no solo afectan a la productividad marina, también controlan la formación de aguas profundas y por tanto la circulación thermohalina global que regula la temperatura del planeta. Las aguas profundas se renuevan cuando aguas en la superficie del océano alcanzan una mayor densidad (asociada a una mayor salinidad y/o menor temperatura) que las aguas que se encuentran bajo ella, y acaban “hundiéndose” desde la superficie hasta llegar incluso a las profundidades abisales. En la zona donde los icebergs sufren un mayor deshielo será más difícil generar aguas profundas, por lo tanto, las variaciones en la zona de deshielo provocaran alteraciones en la circulación thermohalina del planeta.

Sedimentos reconocibles

¿Y cómo podemos saber si la zona donde se deshielan los icebergs ha cambiado en el pasado? Pues los icebergs no solo están compuestos por hielo, también arrastran rocas, arenas y sedimentos finos que arrojan al fondo del mar cuando se derriten. Esos sedimentos desprendidos del iceberg son en ocasiones fácilmente reconocibles, en la actualidad son rocas del continente de la Antártida y de Groenlandia principalmente, que acaban enterradas juntos a sedimentos marinos de composición y tamaño muy diferente. Las cuencas marinas van preservando y acumulando a lo largo del tiempo estos sedimentos y al final se convierten en un archivo, en una especie de libro donde cada capa es una hoja. Simplemente estudiando el tamaño de los sedimentos marinos se puede saber si estaban llegando rocas y arenas arrastradas por los icebergs y por tanto podemos saber si estamos ante una zona de deshielo preferencial o no.

Pues bien, en un testigo marino recuperado cerca de la costa de Suráfrica se ha recuperado un registro de los últimos 7 millones de años que ha permitido reconocer cuando los icebergs se estaban derritiendo en su entorno. El testigo se encuentra a miles de kms de la Antártida pero los sedimentos asociados con los icebergs son abundantes justo antes del comienzo de una época glacial, esos períodos fríos que de tanto en tanto se establecen sobre nuestro planeta. Se conoce desde muchas décadas atrás que las épocas glaciares se producen cuando la órbita del planeta Tierra provoca que llegue menos energía del Sol, pero con este nuevo estudio se ha observado que un paso clave para que comiencen esas etapas frías es la llegada de icebergs hasta la zona al sur de Suráfrica. Comparando los datos obtenidos con lo que ocurre en las latitudes más septentrionales, los investigadores han concluido que estos icebergs desprendidos de la Antártida pero que llegan tan al norte, acaban afectando a la circulación termohalina de todo el Atlántico y favoreciendo el crecimiento de los casquetes polares en las altas latitudes del planeta.

Actualmente el calentamiento progresivo de los océanos provocará también cambios en las zonas de deshielo de los icebergs que sin duda van a provocar grandes cambios en algunas regiones y que puede tener consecuencias para la circulación termohalina global y por tanto afecta al clima de la Tierra.

Los icebergs son enormes masas de hielo que se mueven por los océanos, y por lo general dan cierto pavor al asociarse al archiconocido hundimiento del transatlántico RMS Titanic. Cuando tuve la suerte de estar cerca de estas masas gigantescas no me resultaron tan amenazadoras. Me dio la sensación de estar contemplando un dinosaurio majestuoso, herbívoro, que se movía lentamente sin percatarse de la existencia de nuestro buque y que no nos iba a molestar mientras nosotros hiciéramos lo mismo. Me resultó llamativo el olor a “vegetal” casi a pepino que había en cubierta de nuestro barco. Ese olor se debe a que los entornos de los icebergs son lugares de productividad marina muy alta, donde algas unicelulares como las diatomeas encuentra los nutrientes y las condiciones ideales para su desarrollo. Y es que, en general, se nos olvida que los icebergs juegan un papel fundamental en la transferencia de masa, energía y nutrientes desde las costas heladas del Ártico o de la Antártida hasta el océano. Los icebergs son como enormes contenedores que transportan agua dulce y fría cargada de minerales hasta el océano abierto que es casi un desierto, desde el punto de vista de la vida marina, hasta que llegan los aportes del deshielo de los icebergs.

Las aguas dulces y frías del deshielo no solo afectan a la productividad marina, también controlan la formación de aguas profundas y por tanto la circulación thermohalina global que regula la temperatura del planeta. Las aguas profundas se renuevan cuando aguas en la superficie del océano alcanzan una mayor densidad (asociada a una mayor salinidad y/o menor temperatura) que las aguas que se encuentran bajo ella, y acaban “hundiéndose” desde la superficie hasta llegar incluso a las profundidades abisales. En la zona donde los icebergs sufren un mayor deshielo será más difícil generar aguas profundas, por lo tanto, las variaciones en la zona de deshielo provocaran alteraciones en la circulación thermohalina del planeta.