El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) cuenta con 24 institutos o centros de investigación -propios o mixtos con otras instituciones- tres centros nacionales adscritos al organismo (IEO, INIA e IGME) y un centro de divulgación, el Museo Casa de la Ciencia de Sevilla. En este espacio divulgativo, las opiniones de los/as autores/as son de exclusiva responsabilidad suya.
¿Pueden las encuestas predecir el futuro? Elecciones europeas 2014
Las encuestas son una de las herramientas que los científicos sociales usamos para describir la realidad.
A veces, una encuesta bien diseñada nos permite no solo describir sino también comprender algún fenómeno social novedoso. Por ejemplo, el IESA hizo una encuesta postelectoral tras las municipales de 2011 que permitió entender la pequeña revolución electoral que se produjo en Córdoba, con la emergencia de una candidatura populista como segunda fuerza política y el hundimiento de IU. En una línea parecida, las encuestas postelectorales del CIS permiten alimentar esta interesante colección de libros que nos ayuda a entender mejor las dinámicas que operan a la hora de orientar el voto en las principales elecciones españolas.
En tanto que “fotografías” de la realidad, las encuestas nos permiten conocer mejor una sociedad en un momento determinado. Aunque raramente una encuesta predice el futuro, hay situaciones excepcionales en que ese milagro se produce. Por ejemplo, las encuestas mundiales de Inglehart en los 70 hicieron visible una nueva preocupación (que él llamó “postmaterialista”) y que desembocaría en un cambio real poco después: la aparición de los partidos verdes, que ofrecieron un discurso vinculado a esa demanda no cubierta y que se consolidaron como parte de la representación parlamentaria estable en muchos países.
Una encuesta de 2011 podría también anticipar algo de lo que está ocurriendo con las candidaturas presentadas a las europeas. De hecho, esta encuesta ya permitía captar la demanda de “democracia real ya” que reflejó el movimiento 15M que estallaría pocos meses después. Si el “mercado electoral” español se pareciese al diagnóstico que apuntábamos analizando dicha encuesta en este post, habría un importante desajuste entre oferta y demanda electoral. Además del clásico eje izquierda-derecha, incorporamos otro eje que pretende captar quién se desea que tome las decisiones políticas: los políticos o la ciudadanía. Como refleja el gráfico, la mayoría de la población reclama un sistema con más voz para la ciudadanía y ninguno de los partidos existentes parece recoger de forma suficientemente clara esta aspiración. La aparición reciente de nuevas ofertas electorales (Podemos, Partido X, Equo, Ciudadanos…) que, con todas sus diferencias, comparten la idea de incorporar elecciones primarias y renovar la vida política, sería un intento de cubrir ese desajuste, de dar respuesta a esa demanda electoral insatisfecha.
Probablemente en mayo veamos que los mercados no son muchas veces lo que parecen. Entonces, nuevas encuestas podrán ayudarnos a analizar si el “no nos representan” que popularizó el 15M –y que se plasma en ese eje de quién queremos que tome las decisiones– se traduce en apoyo a nuevas candidaturas, abstención electoral o en incrementos de voto a alguno de los partidos tradicionales.
Las encuestas son una de las herramientas que los científicos sociales usamos para describir la realidad.
A veces, una encuesta bien diseñada nos permite no solo describir sino también comprender algún fenómeno social novedoso. Por ejemplo, el IESA hizo una encuesta postelectoral tras las municipales de 2011 que permitió entender la pequeña revolución electoral que se produjo en Córdoba, con la emergencia de una candidatura populista como segunda fuerza política y el hundimiento de IU. En una línea parecida, las encuestas postelectorales del CIS permiten alimentar esta interesante colección de libros que nos ayuda a entender mejor las dinámicas que operan a la hora de orientar el voto en las principales elecciones españolas.