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La obra de Irene Mala: burlarse de la adversidad... y de la obsesión por la felicidad

La creadora Irene Mala, una de las ilustradoras más destacadas del panorama nacional, expone Pensamiento positivo (Zunino Gallery, c/ Albareda, 11, Sevilla) desde el pasado sábado 25 de marzo hasta el próximo 4 de abril. 

Son doce obras, pinturas acrílicas sobre lienzo y papel así como dibujos en grafito sobre papel, que apuestan por la ironía ante lo trágico. Y, rizando el rizo, ironizan también con la obsesiva búsqueda de la felicidad. “Yo ahora estoy, un poco, en busca de la felicidad” -declara y ríe-. “Bueno, es el objetivo, ¿no? Y eso se refleja en las obras. Pero detrás de ello hay sorna, juego... Porque ¡nos pasamos con la obsesión de estar bien! No nos concedemos tiempo para el duelo que a veces necesitamos para superar el dolor, las decepciones. Forzamos demasiado las tuercas”.

De ese análisis nació la obra Estoy bien, con una mujer de exagerada sonrisa ante un volcán en erupción. “Hay que estar bien de verdad”, remacha Irene Mala, quien en la jornada de clausura mantendrá un encuentro con el público. 

“No será -explica la comisaria de la exposición y creadora de la galería, Anabel Zunino- una visita guiada tradicional, que nos parece demasiado formal, sino un aperitivo a las 19h con charla con la autora, para que todos los interesados en la obra sacien su curiosidad”.

En la carrera que Irene Mala inició hace dieciocho años han sido protagonistas los personajes cuyo ecosistema natural son los márgenes de “la normalidad”. Seres solitarios, inquietantes, en una tensa calma que emana lucha interna. Frágiles escindidos entre el vacío interior y la inclemencia externa. En esta colección parece que esos hombres y mujeres -incluida una mujer barbuda- viven su choque con el contexto a través de nuevos cauces y actitudes. Desafiando a la adversidad con la risa, disfrutando el placer de tumbarse en la hierba, de chupar un helado con ligereza naif.

“Busca en tu interior -dice Mala del cuadro en que una mujer se mete la mano boca adentro- nació porque me vino el título y automáticamente la imagen. Pero otras veces pienso en la obra a partir de una canción o la veo sin más”.

Irene Mala ha desarrollado una trayectoria como escritora-ilustradora en solitario (de libros infantiles como El tesoro, Birdgi, la niña pájaro… y Lauro y Mediatinta) y mano a mano con colegas como Raquel Díaz Reguera, con quien comparte el álbum para adultos Diario de un despecho.

“Pero, además de grandísima ilustradora -remacha Anabel Zunino- es, sobre todo, una de las artistas con más personalidad de Sevilla. Por la profundidad y el sarcasmo que impregnan cada obra y su exquisita manufactura”. 

Zunino Gallery, creada hace año y medio “fundamentalmente como galería on-line”, organiza “eventos y exposiciones como la actual para que el público tenga oportunidad de ver las obras físicamente y admirar así la factura de cuadros como este Crudivegana, con la exuberancia de color en las frutas que a mí me remite a una moderna Carmen Miranda”.

Mala, presente en citas como la Feria de Arte Emergente Blur Fair, es autora de vídeo-creación expuesta en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo y el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona, ganadora del X Premio Nacional de Artes Plásticas de la Universidad de Sevilla y de Artes Plásticas de la UNIA. “Aunque el súper-mega reto de todo artista contemporáneo es vivir de esto, sobrevivir en el arte”. 

Eso, “sin olvidar el pensamiento positivo” -añade, cerrando el círculo sobre el giro temático en su carrera. Un giro con doble relación con la maternidad. “Tanto porque la falta de sueño y el agotamiento o lo aderezas de positividad o no se puede aguantar, como porque desde que nació mi hijo, hace dos años y medio, lo que yo siento no recae ya sólo en mí. Así que mejor que sea agradable... aunque sin caer en el ridículo. De eso va esto” -dice con un gesto que abarca los cuadros, la sala y la vida más allá.