Aunque últimamente se califica de “histórico” a todo, desde una victoria deportiva a una erupción volcánica, parece que a la Ley del Flamenco le va bien ese adjetivo, toda vez que promete –al menos sobre el papel– marcar un antes y un después en la gestión del fenómeno por parte de la Junta de Andalucía. El amparo de los artistas, la enseñanza del arte jondo en las escuelas y la regularización del tejido asociativo son algunos de los puntos centrales de un ambicioso articulado que empezará a debatirse en el Parlamento andaluz las próximas semanas, una vez que el Consejo de Gobierno ha recibido el primer borrador y realizado las oportunas enmiendas técnicas.
Detrás de los 34 artículos de la Ley está el trabajo del Consejo Asesor, presidido por el cantaor y exdirector del Centro Andaluz de Flamenco (CAF) Calixto Sánchez, e integrado por los periodistas Manuel Curao y Marta Carrasco, el catedrático Rafael Infante y Concha Prieto en representación de las peñas, que se reunieron en Mairena en intensas sesiones de trabajo. Ellos han sido los encargados de dar forma al citado borrador con el objeto de abarcar todo el espectro del flamenco actual, desde la formación al campo profesional, pasando naturalmente por el aspecto artístico.
“El Flamenco es una expresión cultural y una manifestación artística plural, símbolo de la identidad de Andalucía, en donde la comunidad gitana y la influencia histórica de otras culturas desempeñan un papel primordial tanto en su origen como su evolución”, comienza el texto de la Ley, que como se ve no olvida mencionar el papel relevante de los gitanos en la génesis y desarrollo de este arte, pero elude darles –como sostienen algunos estudiosos– un protagonismo exclusivo.
Objetivo: las peñas
Junto con la alusión a “la conservación, protección y difusión del legado material e inmaterial del flamenco; la custodia, conservación y puesta en valor de los fondos documentales del flamenco; o el impulso y la adopción de medidas para la profesionalización de los distintos sectores de actividad relacionados con el flamenco”, el primer punto sensible que se señala es el referido a las Entidades, en particular, las peñas. Un tejido enormemente vulnerable desde múltiples puntos de vista, que viene arrastrando serios problemas financieros y estructurales de difícil abordaje.
“Es un problema latente, aunque se están dando ya pasos en la buena dirección, porque si seguimos como vamos…”, comenta Calixto Sánchez. “Yo soy muy partidario de las peñas, he actuado en muchísimas, son el lugar donde los artistas pueden actuar ante una afición que los escucha. Pero todos los dineros que una institución como la Junta puede aportar hay que justificarlos, y eso requiere reestructurar todo”.
“Los tiempos en que yo cantaba, me daban el dinero y me lo metía en el bolsillo, se han acabado. Pero va a costar trabajo y tiempo hasta que todo el mundo entre en vereda. Todo es lento y hay que convencer todavía a mucha gente”, añade Sánchez. Cabe recordar en este sentido la polémica que saltó hace unos meses en torno a las peñas, con acusaciones de que en algunas se contrataba a artistas en régimen de camareros.
Flamenco en las aulas
En cuanto a la enseñanza, la Ley dispone que “la Administración educativa impulsará la presencia y el conocimiento del flamenco en las distintas etapas de la enseñanza no universitaria, mediante la inclusión de contenidos curriculares y el desarrollo de actividades relacionadas con el flamenco”. Un sueño que lleva tres décadas acariciándose, y en el que el propio Calixto Sánchez estuvo involucrado.
“Hace tiempo llegué a impartir clases en los Centros de Formación del Profesorado, preparando a maestros para enseñar flamenco. Pero el proyecto quedó ahí, se olvidó. Y hace unos años Manolo Herrera, el guitarrista José Antonio Reyes y un maestro de Los Palacios desarrollamos una programación de Primero a Sexto de Primaria, que se publicó en Octaedro. La Junta lo corrigió con las tonterías que hay ahora, nos dijeron que en vez de ”niños“ hay que decir ”niños y niñas“ y que no se podían meter letras alusivas a la muerte… Pero de nuevo se quedaron sin dar el paso definitivo”.
Para Sánchez, como para otras fuentes consultadas por elDiario.es, las grandes incógnitas son quién impartirá esa materia, y qué peso tendrá en el currículum escolar. “Por ahora hay una hora de música a la semana, a veces compartida con otras actividades. Pero cada colegio hace lo que le parece, sin orden ni nada… Veremos hasta dónde se puede llegar”.
Artistas en positivo
La Ley se completa con otros dos aspectos relevantes: la adopción de “cuantas medidas resulten necesarias para la protección del Conjunto Patrimonial del Flamenco, sin perjuicio de aquellas medidas que puedan adoptar otras administraciones públicas en ejercicio de sus competencias”, destacando que “los bienes tanto inmuebles como muebles que integran el Conjunto Patrimonial del Flamenco se podrán inscribir en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, de manera individual o colectiva”; y el apartado de la difusión, tanto en lo que respecta a “la promoción del flamenco fuera del territorio andaluz, tanto en el ámbito nacional como internacional y a la difusión del mismo en los medios de comunicación social”, como “la difusión del flamenco mediante las tecnologías de la información, con la indicación de que se promoverá la reproducción y difusión de creaciones, espectáculos y otras actividades relacionadas con el flamenco en plataformas digitales, redes sociales y otros soportes y tecnologías de la información”.
Las reacciones en el mundillo flamenco están siendo todavía tibias, ya sea porque de la Ley apenas se ha tenido noticias en los medios de comunicación, ya porque el habitual escepticismo del sector no permite todavía muchas alharacas. Sí se ha manifestado, en representación del colectivo de artistas Unión Flamenca, su nuevo presidente, Antonio González Pulido, para quien “todo lo que sea proteger al flamenco y al artista, que es quien lo hace posible, nos parece bien, y más si viene de la mano de una ley pionera en el mundo”.
Lo que lamenta González Pulido es que “en la mesa de trabajo no se haya contado con Unión Flamenca. Hemos hecho algunas alegaciones, pero sin poder ver el texto completo. Y una ley que no cuente con los artistas…”, comenta el representante de un sector que “viene de una situación crítica, pero que empieza a ver la luz con la recuperación del aforo al 100 por 100”.
“Nosotros siempre propondremos en positivo y por el flamenco, para sumar, pero sí nos preocupa un poco que no se cuente con nosotros. En todo caso, estamos en la segunda vuelta de la Ley y nos reuniremos pronto con la consejera”, apostilla el presidente de Unión Flamenca.