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Soleá Morente: “Las condiciones laborales en la música a veces son inhumanas”

Soleá Morente: "Las condiciones laborales en la música a veces son inhumanas"

Miriam Lorenzo

Una voz ronca y entrecortada se escucha al otro lado del teléfono. A solo cuatro días de su actuación en el festival Monkey Weekend en El Puerto de Santa María (Cádiz), Soleá Morente (Madrid, 1985) pasa las horas en su casa de Granada a base de antihistamínicos para atajar los efectos de una severa alergia primaveral –es alérgica a las gramíneas y al olivo- que la mantiene “acatarrada y congestionada”. Confía en estar cien por cien recuperada para el festival.

La cantante, que vive a caballo entre Madrid y Granada y que ahora recorre España a golpe de concierto -“mi madre se queja de que solo me ve por las redes sociales”-, lleva el arte por linaje: bisnieta de artistas, nieta, sobrina, hija (sus padres son el fallecido cantaor de flamenco Enrique Morente y la bailaora Aurora Carbonell), hermana de Estrella Morente… en fin, “he nacido en una familia de artistas y ante eso era difícil no dedicarme a ello”. “No llegaba al micro cuando mi padre ya nos sacaba al escenario o nos llevaba de gira, como en el caso de la promoción de Omega”, recuerda, “pero en mi casa no solo se escuchaba flamenco. Había todo tipo de música porque a mi padre, que tenía la mente muy abierta, le gustaba escuchar rock, pop, indie…”.

Así que la hija mediana de los Morente creció con el cante jondo de Manolo Caracol o La Niña de los Peines pero también con las canciones de Frank Sinatra, David Bowie o el jazz de Billie Holiday y Nat King Cole. “Mi padre nos ha formado musicalmente y éste es el resultado”, dice una artista que se define flamenca pero a la que le gusta la fusión con otros géneros musicales como el rock o el pop. La cantante se encuentra en la actualidad de gira con su segundo disco, “Ole lorelei”, un trabajo en el que explora el indie de la mano de la banda granadina Napoleón Solo. “Me encuentro en un proceso de investigación. El flamenco es mi raíz, algo genético. Es sagrado pero también es lo que me da alas para seguir experimentando”. Tras su paso por el festival Monkey Weekend, Soleá Morente tiene conciertos programados en Sevilla (4 de julio, Centro Andaluz de Arte Contemporáneo) y Málaga (5 de julio, Teatro Cervantes) y sigue cerrando actuaciones para el verano. “Estoy dispuesta a hacer todos los kilómetros que haga falta”, asegura, “hay que picar piedra. Este oficio es muy sacrificado pero te subes al escenario, cierras los ojos y se olvidan las fatigas y los kilómetros que lleves encima”.

“Una mano a la profesión”

La cantante critica la precariedad del sector de la música donde “se cobra poco y a veces no se llega a fin de mes. Tienes que cantar, viajar, pagar sueldos y hay muchos a los que no les llega para vivir profesionalmente de esto”. “A los agricultores y a los artistas hay que tratarlos bien”, defiende con vehemencia. “En el caso de los agricultores porque cultivan la tierra y en el caso de los artistas porque alimentan el alma”. Así que lanza una petición al nuevo Ministerio de Cultura: “Que nos eche una mano para que podamos trabajar a gusto porque el arte es la herramienta más necesaria para lograr un mundo mejor”.

La hija de Enrique Morente explica que en el sector de la música las condiciones laborales son precarias, “a veces inhumanas”. “Hay mucho grupo emergente que necesita cuidados porque es muy difícil trabajar en estas condiciones”. Soleá hace así suya una insistente queja de los músicos, un sector laboralmente muy desprotegido, donde lograr un trabajo estable es prácticamente imposible y donde no hay tarifas económicas reguladas por las que regirse.

Además de la gira para presentar su último disco, la artista acaba de participar en la campaña Gitanas En Estéreo, puesta en marcha por la Fundación del Secretariado Gitano, que busca convertirse en un movimiento de apoyo y reivindicación por la igualdad de las mujeres gitanas. Una campaña, protagonizada por Soleá Morente y Marina Carmona, que pretende recaudar fondos para apoyar el trabajo con niñas y mujeres gitanas y centrada en la educación, el empleo, la lucha contra la desigualdad y la discriminación. “Cuando me llamaron me pareció muy interesante”, asegura, “me dan mucho coraje e impotencia las injusticias”.

La cantante, que proclama su apoyo a “las mujeres y hombres de todas las razas”, cree que es necesario visualizar más a la mujer en el sector de la música, un sector masculinizado donde la ausencia de mujeres es palpable. Algunos estudios cifran en solo un 10% el número de conciertos protagonizados por mujeres y programados en festivales de música en directo. Y la cifra de mujeres que trabajan detrás de los escenarios también es ínfima. Llegados a este punto, la pregunta por el nuevo Gobierno de España parece ineludible, el gobierno más feminizado del mundo, según lo han definido medios internacionales.

“Parece que se va avanzando, sí. Estamos asistiendo a una revolución y eso es bueno”. Una revolución que, a juicio de Soleá Morente, debe extenderse “a todos los oficios”. “Hay que luchar porque la mujer tenga los mismos derechos y las mismas oportunidades que los hombres. No es justo que existan esas diferencias. Así no llegaremos a una sociedad más libre”, concluye una mujer que se crió en un ambiente “abierto y de respeto”, en el que “nunca nos obligaron a hacer nada que no quisiéramos” y que hoy lucha por afianzar su sitio en el mundo de la música.

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