Es probable que cuando Ángeles Reiné y Antonio Prieto escribieron el guión de ‘Héroes de barrio’ no pensaran en el jugador del Real Betis Joaquín Sánchez como parte del reparto. O quizás sí. Lo que seguro no sabían es que su participación en esa cinta iba a ser el despegue definitivo para que el carismático centrocampista gaditano se convirtiese en una estrella televisiva.
Eso sí, Joaquín no aparece más de dos minutos en la película, y el resto de la acción queda para actores consagrados como Antonio Pagudo o Lisi Linder, o legendarios de lujo como Antonio Dechent y Álex O’Dogherty. La niña Luna Fulgencio completa casi un elenco que lanza un mensaje por la igualdad a través la historia de una niña que sueña con jugar en la Selección Española de fútbol.
Ángeles Reiné llegaba esta semana a la sección Talento Andaluz del Festival de Huelva de Cine Iberoamericano para presentar su película. Ahí compite por el Premio Juan Ramón Jiménez, que premia a la mejor cinta andaluza del último año, y ahí presentó “una historia llena de magia y de realismo porque es importante darle a los niños este tipo de mensajes”.
Futbolista por encima de todo
Paula quiere ser futbolista. Es el argumento general de una cinta que ahonda no solo en la lucha por la igualdad en ese sentido, sino en los problemas para sostener un equipo femenino, por la falta de apoyo en todos los sentidos que tiene, o incluso aporta una llamativa visión de cómo mantener una buena relación de pareja con una hija como nexo cuando llega una separación entre dos personas.
Pero, además, es un paso adelante para otros conceptos: “Las mujeres de mi generación no podíamos pensar a lo grande, eso está cambiando y me parecía que era importante contarlo”, dice la realizadora andaluza, que entiende que “el cine no solo tiene el poder de hacer denuncia social sino también de lanzar mensajes desde la ilusión.
“Es importante que haya un cine que denuncie dramones pero creo que los cineastas tenemos que ser responsables de sacar historias desde la luz y desde la esperanza”, dice.
Para Ángeles Reiné, por cierto, no es una sorpresa el éxito de Joaquín en la pequeña pantalla, “porque es un comunicador nato”, y explica que que trabajar con el jugador gaditano fue muy sencillo, y que es “tal como lo ves en la tele, humano, divertido, un hombre muy familiar”, que “al rodaje iba con su mujer y sus niñas, y se veían que había mucho amor en esa casa”.
Cómo rodar con un paisano
Lisi Linder, protagonista de la película y paisana del jugador al ser ambos de El Puerto de Santa María, ha recordado que sus familias tenían cierta relación, porque “mi padre trabajó con su familia, y por fin nos conocimos, y fue una sorpresa que él siguiera mi carrera y tuviera ganas de conocerme”.
Sobre la película, su directora ha dicho que “entretiene, te lleva a la emoción, transmite valores a los niños y a algunos padres también”, para entender que “podría haber hecho mejor taquilla, pero está el problema de que la gente no va a salas”.
Lisi Linder se ha felicitado del trabajo realizado, que le supuso “volver a mi tierra a trabajar, y fue un regalo de esta profesión trabajar con una paisana gaditana”, indicando que aceptó el proyecto enseguida, porque “tenía un mensaje bonito, luminoso y positivo”.
Con todo, dice que ‘Héroes de barrio’ es “un canto a la vida y a la alegría”, y estás más que contenta por haber tenido “la oportunidad de hacer cine” de la mano de una directora como Reiné y con “un discurso tan inclusivo e igualitario”.
El “amigo” de Joaquín
La cinta se adentra en una historia cuyo motor es el amor de un padre por su hija. ‘Héroes de barrio’ cuenta la historia de Paula, una niña que juega en un equipo de fútbol infantil femenino y pide a su padre, Luis, que le traiga a final de temporada al jugador del Betis, Joaquín, de quién éste finge ser un buen amigo. Luis se apoya en su padre, un ex boxeador, y en su amigo Lito para intentar recuperar el amor de su mujer, que ahora vive con una nueva pareja.
‘Héroes de barrio’ es la segunda película de Ángeles Reiné tras ‘Salir del ropero’ (2019), película de la que habla con especial cariño, por ser la última interpretación de Rosa María Sardá.