La Junta fulmina el departamento de publicaciones y exposiciones del Centro de Estudios Andaluces

Alejandro Luque

16 de diciembre de 2020 13:33 h

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El Centro de Estudios Andaluces (CENTRA), dependiente de la Consejería de Presidencia de la Junta de Andalucía y dirigido actualmente por Tristán Pertínez Blasco, comunicó este martes el despido de la periodista Mercedes de Pablos, exdirectora de dicha institución y responsable del servicio de publicaciones, así como de su equipo, integrado por la gestora cultural Coral Márquez y Santiago Campuzano.

Mientras que Márquez ocupaba un puesto de técnico superior, Campuzano figuraba hasta ahora el único museógrafo del CENTRA, que gestiona el Museo de la Autonomía y la Casa de Blas Infante. Fuentes de Presidencia han explicado que los despidos responden a la “vuelta a los orígenes” que los responsables del Centro emprendieron a partir del año 2019, “incrementando paulatinamente la actividad investigadora propia, la cual, en el año 2021, tiene que consolidarse de manera definitiva”.

“En la última década, en la práctica, la fundación estuvo más orientada hacia la producción de productos culturales -exposiciones, publicaciones y ediciones de libros- que de su labor investigadora y de fomento de los estudios sociales”, aseguran las citadas fuentes. “En este sentido, la Fundación está preparando y acometiendo tanto los cambios organizativos internos -organigrama- como legales -modificaciones en sus estatutos- donde quede reflejada esta orientación de la entidad. Así, en su labor de difusión de las investigaciones, necesita canales de comunicación científica propia, ya sean de historia e investigación, en los que no tiene cabida, por falta de objeto, un departamento de publicaciones y actividades externas”.

“Divulgación por propaganda”

Por su parte Mercedes de Pablos confiesa que se sentía “incómoda desde hacía tiempo” por los cambios emprendidos en el Centro, “y sospechando que esto podía ocurrir, pero tal vez el coronavirus lo había aplazado”. En concreto, esain comodidad derivaba de la presencia en el CENTRA de “personal de Presidencia dando directrices, cuando esto es una fundación pública, sí, pero jurídicamente independiente”. También le inquietaba lo que a su juicio era “un nuevo modelo en el que se cambiaba la divulgación por la propaganda, donde la investigación es solo demoscopia y se limita a hacer convenios con los sociólogos de cabecera del nuevo Gobierno autonómico, para que sirvan a sus intereses”.

“En la carta de despido se nos venía a decir que con técnicos que corrijan los textos de los investigadores es suficiente. ¿Todo lo que hemos venido haciendo, entonces, no es divulgación?”, se pregunta De Pablos, quien primero como directora del CENTRA y luego como responsable de publicaciones y exposiciones ha defendido “que este era un centro que no podía hacerle la competencia a la Universidad, sino servir de puente entre ésta y los ciudadanos, desarrollando al mismo tiempo actividades paralelas”.

Entre las publicaciones que se han impulsado en los últimos tiempos, De Pablos destaca títulos como La cara oscura de la imagen en Andalucía, de Alberto González Troyano, Días de viejo color de Fran G. Matute, Los García, una familia para el canto de Andrés Moreno Mengíbar o Recuerdos de viaje. Historia del souvenir en Andalucía de Rocío Plaza, así como la suscripción de convenios con editoriales como Comares, Renacimiento o la Fundación José Manuel Lara. De hecho, hay dos títulos por salir producto de estos empeños: uno sobre Semana Santa y política a cargo de César Rina, y una biografía de Plácido Fernández Viagas. También estaba en proceso la reedición de Forjar Andalucía, de Manuel Clavero Arévalo.

Exposiciones en el aire

Si bien a De Pablos se le puede achacar un perfil político, no es el caso de los otros dos despedidos. “Entré en 2008 por convocatoria pública, como Santiago, a través de un proceso de selección. Lo que me llama poderosamente la atención es que se despida al personal del área de publicaciones y exposiciones de una institución que tiene un Museo de la Autonomía y un bien de interés cultural como la Casa de Blas Infante, de cuya museografía me encargué”, lamenta Coral Márquez.

“Lo que es seguro es que no hemos sido sectarios en absoluto, nunca. Hemos trabajado con los ayuntamientos de todo signo político”, subraya De Pablos, quien también se pregunta qué va a ser del Museo de la Autonomía “si han quitado al único museógrafo de la casa. ¿Van a dejar de hacer exposiciones? ¿Las van a externalizar? ¿Harán concurso público, o las asignarán a dedo?”     

En conclusión, De Pablos cree que “no pasa nada por hacer equipos de confianza: yo también hice el mío. Pero cuesta mucho trabajo generar un prestigio y traspasar las fronteras del conocimiento para que este no sea privilegio de unos pocos. Esta reestructuración, como ellos la llaman, hiere de muerte el alma del centro”, apostilla.