Lecciones sobre el origen del flamenco para políticos despistados
Entre el sarcasmo, la perplejidad y la indignación ha sido recibida en el mundo flamenco la noticia de que una diputada del PP en la Asamblea de Madrid, Almudena Negro, ha aseverado que este arte nació en la capital de España, y que “el 95% de los artistas flamencos españoles hoy salen de Madrid”. Afirmaciones que han provocado la reacción incluso de algunos compañeros de partido, como el propio presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, que en su cuenta de Twitter replicaba así: “El Flamenco es patrimonio de toda la Humanidad. Y nace dentro de cada uno, eso es el duende. Todo el mundo lo sabe y no hay discusión. #Andalucía fue su cuna y desde aquí se hizo universal”.
Pero, ¿realmente lo sabe todo el mundo? ¿Es cierto que no cabe la discusión? elDiario.es se ha puesto en contacto con algunos expertos en la materia para consultarles al respecto. “No sé ni qué decir”, se encogía de hombros Manuel Bohórquez, uno de los decanos de la crítica y la divulgación flamenca en España, premio Nacional de Flamencología y Premio Internacional del Flamenco, además de director del portal Expoflamenco. “Me mandaron el artículo, y como últimamente están saliendo tantas tonterías y disparates, creía que era una coña. Me dormí la siesta y ahora, al releerlo, no sé si me he despertado o todavía estoy soñando”.
“No puedo creerme que haya alguien medianamente sensato que piense esas cosas. El parto no sabemos muy bien dónde fue, pero vamos, señalar Madrid como la cuna de lo jondo solo puede ser calificado como disparate”, agrega Bohórquez.
“El flamenco es universal, o como dijo Morente, la Humanidad es patrimonio del Flamenco”, comenta Mari Ángeles Carrasco, ex directora del Instituto Andaluz del Flamenco. “Pero tiene cuna y es Andalucía. Presumir de flamenco en la capital me parece estupendo, y si lo cuidan y ayudan, mejor. Las tesis antropológicas mejor dejarlas para los estudiosos, hágame caso, es un consejo”.
Una lenta cristalización
En efecto, no existe un certificado de nacimiento exacto del flamenco, que fue generándose por el desarrollo de muy diversas músicas y bailes tradicionales, para cristalizar entre el siglo XVIII y XIX y tomar la forma que hoy conocemos. Ni siquiera hay consenso en torno a la etimología del término 'flamenco', y mucho menos sobre sus raíces más profundas, que han dado pie a todo tipo de teorías: desde apuntar a las bailarinas del Gades romano como antecesoras de las modernas bailaoras, a afirmar que los cantos sinagogales o la música andalusí prefiguraron el cante jondo.
Aunque entre los expertos haya algunas controversias en este campo, parece haber un acuerdo bastante general a la hora de señalar el triángulo formado por Cádiz, Jerez y los Puertos, y Sevilla y Triana, como focos principales junto a Huelva, Córdoba y Granada, así determinadas áreas de Extremadura y Murcia. Ello no ha impedido, naturalmente, que en otras zonas de España como Madrid o Barcelona haya arraigado la afición flamenca, aportando grandes figuras e incluso promoviendo nuevas formas evolutivas.
Otro Premio Nacional de Flamencología, Juan Vergillos, crítico de Diario de Sevilla, introduce no obstante un curioso matiz: “En mi último libro, Nueva historia del flamenco, de reciente publicación, sostengo que el término ‘flamenco’ se usó, aplicado a músicas y bailes, primero en Madrid. En concreto, tenemos un primer documento de 1847 y a lo largo de la década de los 50 encontramos otras notas de prensa en la capital de España mientras que en Sevilla localizamos el primer documento a finales de esa década. Pero todas estas noticias de prensa se refieren a músicas y danzas que ya existían con anterioridad con el nombre de cantos y bailes nacionales, andaluces o del país y que son, lógicamente, andaluzas. De la misma manera, todas las noticias mencionadas se refieren a artistas andaluces, aunque de paso o asentados en Madrid. La cuna del flamenco es por tanto Andalucía aunque la denominación se usó primero en Madrid. Y desde luego, en Madrid nacieron grandes intérpretes de este arte como Ramón Montoya, Angelillo, Faíco, Serranito y un largo etcétera. Pero estas danzas y músicas tienen su origen en Andalucía”.
¿Japón, cuna de lo jondo?
“¿No hay nadie en el PP que le diga a esta señora que sólo un necio puede creer que la realidad no empieza en un presente desprovisto de la memoria del pasado?”, clamaba en sus redes sociales Manuel Martín Martín, crítico del diario El Mundo, mientras que la catedrática de Antropología Social Cristina Cruces cree que las declaraciones de Almudena Negro “demuestran un total desconocimiento de la Historia, de la cultura y del arte, además de una osadía imperdonable en una representante pública”.
“Con esto hay que ser breve, porque a esta señora tan ignorante no se le puede dar publicidad gratuita”, comenta por su parte Fermín Lobatón, crítico flamenco de El País. “La afirmación de esta diputada es sencillamente una demostración de que la ignorancia no es solo osada, sino muy osada. Solo desde el desconocimiento más absoluto se puede decir eso. Una afirmación inexacta e irreal que se impugna solo viendo los lugares de nacimiento de los artistas que han viajado a Madrid desde sus muchos lugares de origen: Andalucía, Extremadura… Aunque en Madrid se haya visto y oído muy buen flamenco, esto es como decir que el 95 % del pescado de España se pesca en la capital. En el Manzanares para ser exactos”.
Por último, una veterana periodista japonesa, Kyoko Shikaze, corresponsal de la revista nipona Paseo Flamenco, prefiere tomarse el asunto con humor. “Yo diría que esa señora está equivocada, porque el flamenco nació en Japón”, sonríe. “Ya sabes que Pericón decía que hubo un barco que llegó a Cádiz con las partituras originales del flamenco, y que las partituras buenas se quedaron en Cádiz y el resto fue en parte a Jerez y en parte a Sevilla. Pues bien, yo creo que ese barco vino de Japón”.
“Bromas aparte, creo que es una demostración de ignorancia total”, concluye Shikaze. “Pero si lo que quiere decir es que todo lo bueno viene de Madrid, por lo menos que valore el flamenco”.
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