Fahmi Alqhai es uno de los mejores violagambistas del mundo y con su grupo Accademia del Piacere ha tocado en medio planeta con un enfoque muy peculiar de la música antigua, un poco heterodoxo, que le ha llevado a trascender ese mundillo y donde, por ejemplo, han llevado a cabo proyectos con Arcángel o Rocío Márquez premiados en la Bienal de Flamenco de Sevilla. Su último proyecto es un CD que supone un intento de incrementar el repertorio solístico de la viola da gamba con música a solo de Johann Sebastian Bach original para otros instrumentos. De hecho, es la primera vez que se graba su célebre chacona para violín en viola da gamba.
¿Por qué decidió especializarse en un instrumento como la viola da gamba?
Pues en un principio por mero accidente del destino. De adolescente quise estudiar guitarra eléctrica en el conservatorio, y el jefe de estudios me dijo, y esto es literal, que allí no se estudiaba “ningún instrumento que se enchufe”. Justamente por entonces se implantó el instrumento en el conservatorio de Sevilla, había plazas libres, y ahí que me metí. Luego me enamoré de su sonido y sus posibilidades, enormes, y ya no deseé nunca dedicarme a otro.
De su nuevo trabajo, se ha destacado sobre todo el reto de la chacona, ¿qué le ha supuesto?
Muchísimo trabajo. Como se diría ahora, he tenido que salir de la zona de confort, pero no de la mía solo, sino de la del instrumento. Por desgracia la viola da gamba ha tenido una imagen, incluso entre sus propios intérpretes, de instrumento limitado, que sonaba flojito y que sólo podía tocar cosas de una dificultad baja y media. A mi generación le toca expandir el repertorio y las posibilidades técnicas, y obras como esta exigen ese esfuerzo. Conste que no pretendo con ello colgarme una medalla: esta dificultad técnica es normal para cualquier concertista profesional de piano o de violín, en cuyo repertorio habitual hay obras terriblemente complicadas. Simplemente en el repertorio de la viola da gamba no las ha habido, y luego se ha huido de esas dificultades, imagino que por comodidad.
Para que la gente tenga constancia del reto, ¿había transcripciones para ello? ¿cuánto tiempo ha trabajado en esto?
Si había alguna grabación previa en la viola da gamba, yo no la he encontrado. Sí había una transcripción editada, pero tiene muchos pasajes totalmente intocables, imposibles, de modo que empecé mi propia transcripción desde cero, en otra tonalidad. Eso, y la dificultad de convertir una música tan perfectamente escrita para violín a la afinación y los recursos de la viola da gamba, me ha llevado más de un año de trabajo, prácticamente diario, sólo para esta obra. Y naturalmente en el disco hay muchas más…
¿Se le podrá oír algún día en un concierto esta pieza?
Ya tengo algunas propuestas, así que espero poder hacerla pronto en directo. Tengo una ganas enormes de que forme parte de mi repertorio habitual, tanto la chacona como el resto del programa.
¿Qué público adquiere un CD de este tipo? ¿Qué espacio ocupa la música antigua hoy día?
Por el perfil un poco peculiar de nuestro grupo tenemos, afortunadamente, un público en concierto más joven del habitual en la llamada música antigua o en la música clásica. Otra cosa es la venta de CD, que es ya una antigualla como fue en su momento el LP (aunque ahora lo rescaten algunos modernos). El CD tiene ya un público limitadísimo en España. En países como Alemania o Japón sí seguimos teniendo muy buenas ventas, probablemente entre gente más mayor.
En un momento de consumo cada vez más masivo por internet, ¿cuál la relación con la red de profesionales como usted? ¿Podemos encontrar a su grupo en iTunes o Spotify por ejemplo?
En iTunes sí, claro, y en Spotify están algunos de los discos de Accademia del Piacere, el grupo que dirijo desde que empecé en esto. Pero por desgracia aún no se ha encontrado el modo de que plataformas como Spotify paguen dignamente a los músicos ni a las productoras. Me temo que estamos en la misma pelea que el periodismo, por adaptarnos a este nuevo entorno, y aún no se halla el modo de rentabilizar las grabaciones, o al menos de no perder dinero con ellas, cuando antes eran un negocio millonario.
Han actuado por España y por todo el mundo. Próximamente lo harán en la Elbphilharmonie de Hamburgo. ¿Se aprecia su trabajo igual en todas partes? ¿Hay algún destino especialmente destacado para este arte?
Sin duda en Centroeuropa, y en especial en Alemania, tenemos una magnífica recepción. No es que nos quejemos, ni mucho menos, de nuestra carrera en España, cuyos mejores escenarios hemos recorrido ya por los cuatro puntos cardinales, pero en Alemania sonamos mucho en las radios y hemos tocado en las mejores salas: el Konzerthaus de Berlín, la Philharmonie de Colonia, ahora la de Hamburgo… son salas míticas en este mundillo. También hemos actuado recientemente en el Konzerthaus de Viena, en Tokio para la NHK, EEUU... Y tenemos mucho recorrido por delante.
Sin embargo, España puede presumir de tener ahora los mejores profesionales del ramo...
Seguimos en una posición muy minoritaria respecto al apoyo del público, pero en cuanto a prestigio profesional se ha subido muchísimo en la última década. Hace 15 años podían contarse con los dedos de una mano los músicos y grupos españoles de música barroca de renombre europeo, y sin embargo ahora nos codeamos en igualdad con británicos, alemanes o italianos, y además creo que tenemos cosas diferentes que decir.
¿Cuál ha sido el momento más gratificante de su carrera?
He tenido suerte y he vivido bastantes momentos bonitos, pero recientemente recuerdo la primera vez que toqué, precisamente, la chacona seguida, del tirón como decimos nosotros, en la intimidad de mi estudio. Después de tantísimo esfuerzo y con una música tan increíblemente buena me resultó muy emocionante sentir que esa obra, de alguna manera, ya era mía, ya estaba en mis dedos.
El grupo que dirige se dedica a la música antigua pura con instrumentos originales, pero también se han metido en proyectos más innovadores, ¿podemos llamarlo fusión?
La palabrita esa de fusión no me hace mucha gracia… está muy desprestigiada porque se ha asociado a muchas chapuzas musicales del tipo toca tú un rato, luego toco yo y al final tocamos todos juntos un par de piezas, y a cobrar… Cuando nos hemos subido al escenario para sumar la música barroca con el flamenco, por ejemplo, como con Arcángel en Las idas y las vueltas, lo hemos hecho desde unas bases musicales compartidas y con mucho trabajo detrás para encontrar un terreno común que llevara a algo nuevo, inexplorado, que no fuese una mera yuxtaposición. El acierto ya debe juzgarlo el público, aunque tanto con Arcángel (con el que seguimos actuando) como ahora con Rocío Márquez fuimos muy reconocidos por la crítica.
¿Y otras fusiones que le estén tentando?
Preparamos un nuevo proyecto de música renacentista española y música árabe, y ya estamos planificando viajes y reuniones, con muchos meses de antelación y sin todavía fechas de estreno.
Cambiando de tema, es hijo de dos pueblos muy sufridos, uno históricamente como es el palestino, y otro reciente, en el caso del sirio, ¿eso marca?
El recuerdo familiar está ahí, desde luego, y se tiene siempre muy presente, aunque por fortuna no he tenido que sufrir en primera persona los avatares de los que allí quedaron.
Pasó su infancia en Siria, ¿ha vuelto alguna vez?
No, nunca desde que me marché de Homs siendo casi un adolescente, y evidentemente ahora es imposible volver. De hecho la ciudad tal y como la viví prácticamente ya no existe. Está destrozada por años de combates en las calles.
¿Cómo ve la crisis de los refugiados y el absoluto desentendimiento de Europa?
Lógicamente con mucha tristeza. Cuando pasen los años mucha gente en Europa se arrepentirá de haber mirado para otro lado mientras inocentes se congelaban varados en caminos y verdaderos campos de concentración. Tal vez la empatía no funciona cuando ves a esas personas como lejanas, pero quien los conoce como gente corriente que tenía una vida hecha en sus ciudades, como tú y como yo, y ahora los ve bombardeados y tirados por carreteras embarradas…
Para un europeo con sus raíces debe ser especialmente difícil de entender.
Claro. Yo he sido durante mi infancia uno más allí, y sé además que les han montado una guerra importada, con combatientes extranjeros que han usado a la población como moneda de cambio. Ni siquiera se les ha dado la posibilidad de sobrevivir con una huida digna. Se siente impotencia.