Entrevistas a triple pantalla y desde sus habitaciones, así son los tiempos de la Covid-19 donde las redes acercan a escasos centímetros a Isabel y María, integrantes de Las Dianas. El TikTok, los girasoles de sus primeras imágenes promocionales, ese toque que canta a la cotidianidad muestran los esfuerzos de este grupo granadino que se está abriendo camino a pasos agigantados en la escena musical. Comenzaron a subirse a los escenarios en 2019 y, ahora que la minoría de edad quedó atrás para casi todas, planean con mimo su próximo gran proyecto: el primer disco.
Isa Torres va con los teclados y voz, María Arias a la guitarra junto a Laura Torres, que canta; Paulina Martín lleva el bajo y voz y Ana Torres le da el redoble de tambores a la batería. Y, entre tanto pentagrama, también hay que buscar hueco para los apuntes que se desperdigan y organizan con los últimos exámenes de la universidad y el instituto. “No tenemos tiempo, lo sacamos de debajo de las piedras, y más en verano por los exámenes; además, hay menos conciertos y coger el local de ensayo es más complicado por el horario”. El último esfuerzo académico las amenaza con devorarlas, pero no se dejan: “Intentamos no morir en el intento”.
Todo surgió gracias a un taller de música que se organizaba entre el CEIP Luis Rosales y el IES Francisco Ayala. Bajo la batuta de Arturo García, padre de algunas de las integrantes y cantante del grupo Cecilia Ann, se dio el primer chispazo de conexión. Luego, el nombre fue cuestión de tiempo: “Al principio hacíamos versiones de Los Flechazos y así se le ocurrió a nuestro profesor el nombre de Las Dianas. Después, a la gente le gustó y nos iba conociendo, por lo que no era plan cambiarlo”, y se ponen a enumerar referencias como la diosa griega Diana, a Lady Diana o a la diana misma cuando tratan de hacer puntería hacia el éxito.
Tienen la vista puesta en sus próximas actuaciones en el Festival Brillante '21 en Madrid y las Estaciones Sonoras de Navarra, donde comparten cabeza de cartel con artistas de reconocido prestigio como Los Planetas, Sen Sera, María Arnal, el Kanka o León Benavente. “Estamos flipando, hace nada estábamos haciendo versiones en un garaje y ahora nos da cosilla; sabemos ya toda esta gente lo va a hacer mucho mejor que nosotras, así que lo que vamos a hacer es ir a pasarlo bien”, comenta Isa, que intenta rebajar expectativas y disfrutarlo.
“Ver a alguien como tú para motivarte”
Cuando se echaron a la carretera por primera vez sí que hubo algunos problemas, tanto por la edad como por que fueran cinco mujeres que daban rienda suelta a su talento. “En los últimos sitios ha habido algún comentario fuera de lugar, pero cada vez se está normalizando más y saliendo más bandas solo de chicas, lo que es importante”, añade María. Nombran a Cariño, las Ginebras, La Bien Querida, a Lisasinson, Tash Sultana, las Hinds y tantas más que servirán como referentes a las actuales generaciones de adolescentes.
“Ya tocaba vivir ese relevo. Entendemos que tiene que haber un hueco para la gente de 50 años, pero también tienes que dar oportunidad a la gente joven que está saliendo; no hay suficiente ni se les dan tantas ayudas, como nos pasó a nosotras cuando hace nada teníamos todas 16 años”, reflexionan. La escala asciende desde Ana, la más pequeña con 16 años, luego, Isabel y María que tienen 19, Paulina con 20 y Laura de 21. “La cuestión es ver a alguien como tú para motivarte y decirte a ti misma que tú puedes hacer eso”.
“Siempre vamos a intentar ir a mejor, con toda la gente que nos está ayudando y apoyando, y aunque a veces nos rayamos, sí que nos viene a ver gente, ¡llevan pancartas y todo!”, ríen. Más allá de que sus amistades se aprovechen del pase para pedirles alguna que otra caña, el fenómeno empieza a engendrar a sus primeros dianers en las redes sociales. “En Twitter ha habido un subidón de seguidores [más de tres mil] y por Instagram no nos da tiempo a responder a todo el mundo, pero siempre somos simpáticas”, incluso cuando les tuitean que confunden su nombre con diarrea, los haters asoman a la vuelta del TL.
“Nos lo tomamos con filosofía y no nos suele afectar; con eso mismo nos hemos reído”, dice Isa. Y María le responde: “Yo creo que lo ha dicho de verdad, sin mala intención, respóndele con el emoticono de la caca con ojos”. Buen rollo ante todo. Y si hablan de serotonina musical utilizan plataformas como Spotify, TikTok, Instagram para encontrar las novedades de la escena musical, al estilo de la tienda de discos o las salas con programación pujante precovid: “Estamos enganchadas a lo nuevo de Trashi y Fresquito y Mango”.
Aviones, exámenes y estrés para el primer disco
Con canciones como “Te quiero (lejos)”, su posterior remix “Te quiero (aún más lejos)” y “Yo soy libre”, adaptación del clásico de Alex Chilton “Free Again”, se le añaden los singles “Olvídame”, “Las mentiras”, “Leggins rotos” y una versión del himno “Me voy” de Julieta Venegas. “Nos gusta escribir sobre lo que nos pasa, lo que sentimos en este momento; tampoco hay una profundidad tremenda, sino que siempre escribimos desde el aquí y ahora”, remarcan. “Somos cinco y sentimos y vemos desde diferentes puntos de vista, lo que nos da diversidad mientras intentamos no caer siempre en lo mismo”.
Una familia bien avenida, y lejos de los roles que asumieron las Spice Girls, sí que se conocen tan bien como para describirse entre ellas: “Somos muy diferentes, aun así encajamos muy bien; Ana diríamos que es la graciosa, Paulina como la más centrada; Isa es la trabajadora, sin duda; María es la relaciones públicas del grupo, le sale solo; y Laura… Laura es surrealista, un poco la loquilla”. Entre ellas hay entendimiento y trabajan en este sentido, a pesar de que la pandemia retrasara sus planes o les mermara la inspiración que reciben de sus experiencias diarias.
En el futuro hay muchas encrucijadas, entre ellas, la dedicación total o parcial a la música. Isabel estudia Física y María dedica sus horas al Marketing e investigación de mercado, Paulina va a tope con Psicología, Laura está con Bioquímica y Ana, cómo no, en Bachillerato. “Siempre hay que tener estudios, por si acaso, y nuestras familias siempre insisten que es lo primero y cada una tiene sus prioridades, aunque si nos proponen una gira mundial…”. Todo se irá viendo. Ficharon por el sello Casa Maracas, que está detrás de Los Planetas, No sé a quién matar o Fuerza Nueva con el Niño de Elche, por lo que las exigencias pasan a otro plano: “Esto es algo serio, hay gente detrás que nos está metiendo caña, y esperamos que el primer disco esté para otoño de este año”. Aceptan sugerencias para el título.
De repente, se encontraron entre la espada y el micrófono. “Cuando nos quisimos dar cuenta, ya teníamos el disco”, recuerdan, “hemos tenido un poco de prisa al grabar este primer disco y nos ha coincidido con pruebas y, al final, hemos hecho muchas cosas por separado. Por ejemplo, Isa tenía un examen e íbamos las otras cuatro, o Laura, que está de SICUE (el Sistema de Intercambio entre Centros Universitarios Españoles), se pillaba un avión para venir, grabar e irse de nuevo”. Lo califican como “caótico, y nos da pena que haya sido todo tan rápido, pero es lo que había que hacer”, aunque se nota a la legua lo orgullosas que están de haberlo finalizado. Con un toque pop-rock que combinan con tonos indie harán su puesta de largo, aunque aclaran que no quieren encasillarse: “Igual mañana estamos haciendo otro estilo”.
Dar conciertos, sacar el disco pronto, que la gente disfrute... sus metas son sencillas. “Intentamos no tener expectativas a la vez que queremos que la gente se sienta reflejada y comprendida con nuestras letras porque son cosas que les pasa a todo el mundo, y que se lo pasen bien”, dicen María e Isa, ahora solo queda esperar.