El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) cuenta con 24 institutos o centros de investigación -propios o mixtos con otras instituciones- tres centros nacionales adscritos al organismo (IEO, INIA e IGME) y un centro de divulgación, el Museo Casa de la Ciencia de Sevilla. En este espacio divulgativo, las opiniones de los/as autores/as son de exclusiva responsabilidad suya.
¿Qué hace una arqueóloga como yo en un sitio como este?
Sobre este blog
El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) cuenta con 24 institutos o centros de investigación -propios o mixtos con otras instituciones- tres centros nacionales adscritos al organismo (IEO, INIA e IGME) y un centro de divulgación, el Museo Casa de la Ciencia de Sevilla. En este espacio divulgativo, las opiniones de los/as autores/as son de exclusiva responsabilidad suya.
Aunque habitualmente mi papel como divulgadora está ligado a la difusión del conocimiento en torno a Tarteso, y más concretamente a los resultados alcanzados en la excavación e investigación del yacimiento protohistórico de Casas del Turuñuelo (Guareña, Badajoz), la historia que hoy les traigo no tiene como objetivo presentar los resultados alcanzados en algunas de las líneas de investigación a las que dedico parte de mi labor profesional como investigadora del Instituto de Arqueología (CSIC-Junta de Extremadura). En esta ocasión, me gustaría aprovechar estas líneas para dar a conocer una de las grandes oportunidades que nos brinda la carrera de investigación, que no es otra que la posibilidad de viajar a diferentes rincones del mundo, con el enriquecimiento personal y profesional que eso conlleva.
Junto a nuestra capacidad de producción científica y de liderazgo, la internacionalización es uno de los pilares fundamentales dentro de una carrera de investigación; una palabra, “internacionalización”, que nos persigue desde el día en el que una toma la decisión de embarcarse en la realización de una tesis doctoral. Si bien es cierto que este término podría analizarse desde diversos puntos de vista, pues podríamos adentrarnos en el jardín de evaluar la continua fuga de cerebros que sufre la investigación en nuestro país y los sacrificios personales que esto supone; hoy nos detendremos a valorar uno de los puntos más valiosos, al menos desde mi perspectiva, que tiene nuestra obligada trayectoria internacional como investigadores.
Así, a lo largo de nuestra carrera tenemos la posibilidad de realizar estancias de investigación, más o menos largas, en diferentes países e instituciones. Este enriquecedor ejercicio nos brinda la oportunidad de conocer, de primera mano, otros métodos de trabajo, al mismo tiempo que nos sumergimos en otros sistemas universitarios y educativos que nos permiten analizar, con perspectiva y conocimiento de causa, las fortalezas y debilidades de nuestro propio sistema de investigación.
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