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Elena Ruiz: “La gente ya no viene a Málaga sólo a comer pescaíto. Eso ya no vende”

Hace un año, el curso de verano de la Universidad Internacional de Andalucía El modelo de ciudades turísticas a debate. Seguridad, turistificación y marca territorio, permitió anticipar algunas de las cosas que le han sucedido a Málaga en los últimos meses. “Málaga tiene futuro turístico, la incógnita es si el crecimiento tiene un límite para evitar convertirse en un destino saturado”, dijo entonces Elena Ruiz, profesora de Historia Económica de la Universidad de Málaga y coordinadora del curso.

Ahora que los datos confirman el secreto a voces de que Málaga está consagrando al turismo su Centro Histórico, Los nuevos retos turísticos en el Mediterráneo. Origen, calidad y sostenibilidad, un nuevo curso organizado por la UNIA, debe contribuir a clarificar el panorama y proponer orientaciones que permitan armonizar la actividad turística con los intereses de los ciudadanos. Hay señales de alarma: quejas ciudadanas o estampas diarias de todo tipo (un día es una despedida de soltera, otro son los patinetes, casi siempre el ruido o la ocupación del espacio público) que avisan del riesgo de no tomarse demasiado en serio la necesidad de ordenar y clarificar la oferta turística de la ciudad (en este caso, Málaga) para evitar que acabe devorando a la ciudad. Elena Ruiz responde a estas y otras cuestiones.

¿Es la sostenibilidad un factor que se tiene en cuenta a la hora de diseñar un modelo turístico de ciudad?

En los últimos años sí. En los modelos de desarrollo previo no se ha tenido en cuenta que la necesidad de tener un progreso y desarrollo turístico debía de contemplar una serie de objetivos para que la sociedad pueda seguir en base a esta fuente de riqueza. Si se tiene en cuenta la sostenibilidad, el modelo se perpetua en el tiempo mucho más exitosamente.

¿Se ha tenido en cuenta, por ejemplo, para diseñar el actual modelo de Málaga?

Creo que se está empezando a tener en cuenta, porque nos estamos asomando a la ventana, como en otras ciudades, donde la recuperación de los centros históricos desde un punto de vista urbano y de la logística turística, o la conciliación de los intereses de la ciudadanía y de los visitantes comienza a generar ciertas problemáticas que hacen cada vez más visible esa necesidad.

¿Cómo valora el modelo turístico malagueño?

Como historiadora económica, hay que hablar de origen, calidad y sostenibilidad, son las tres piezas para hacer un recorrido histórico de la fuente de riqueza que es el turismo en Málaga, que no es tan actual como parece. Málaga estación de invierno precisamente procuraba la afluencia de visitantes extranjeros en todas las épocas del año, que es lo que hace al turismo más sostenible y que las ciudades no estén saturadas en la época estival. En los años 60, con el turismo que pasa de las élites a las masas, comienza el modelo en el que los visitantes vienen sobre todo a disfrutar del sol, playa y climatología, y como mucho de una gastronomía que se le añade, que tampoco se vende como proyección turística.

Eso es lo que ha ido cambiando en los últimos años en el modelo de ciudad de Málaga, ahondando en los orígenes y en los museos que ya poseía, y sobre todo en el patrimonio del que disponía, y haciendo una apuesta muy decidida por nuevas infraestructuras que favorecieran la diversidad turística y el turismo de calidad vinculado a la cultura y a los nuevos museos. Ha sido una gran apuesta, y yo creo que es un éxito.

¿Se ha conseguido posicionar Málaga como ciudad cultural, a su juicio?

Yo creo que sí. Ya no sólo viene la gente a comer pescaíto a Málaga. Esto ya no vende. Se entiende que es un valor, pero la cultura de Málaga provoca que los turistas y visitantes vengan a Málaga a conocer sus museos o que hagan una estancia de seis horas en un crucero y recorran el centro haciendo esas visitas turísticas muy bien diseñadas. Así se ha recuperado el turismo en Málaga capital, que provenía del turismo de la Costa del Sol, permítame la expresión, más chabacano y de masas, de menos recursos y poder adquisitivo. La apuesta por un turismo de calidad todo el año es la vuelta a nuestros orígenes: Málaga estación de invierno.

¿Se ha logrado la desestacionalización?

Se está en ello. Sigue habiendo saturación en determinadas épocas o fiestas. Eso es lo que estamos analizando desde el grupo Mediterráneo Económico. Tenemos un proyecto con el ayuntamiento, para bajo el eslogan Málaga para ti y para mí analizar de qué manera hay que conciliar esos intereses para que la ciudadanía y el turismo no sean incompatibles.

¿En este momento no lo son?

Porque en este momento puede, si en el futuro no se toman ciertas medidas, haber fricciones. Puede haberlas.

¿Las hay ya?

Yo no creo que las haya en gran medida. Pero en algunos momentos muy puntuales, sí es verdad que la afluencia… Acceder a la restauración en el centro de Málaga un día que hay cuatro cruceros es un poco complicado. Siempre hay grupos quejosos, toda la vida de Dios los ha habido. Se trata de dar una salida a estos futuros problemas que pueden suceder porque ya hay ciudades en el mundo que los están viviendo.

Además de la dificultad para acceder a algunos locales de restauración, hay otros problemas derivados de este boom turístico: el aumento de los precios del alquiler, la ocupación del espacio público, el ruido, las despedidas de soltero…

Yo creo que las despedidas de soltero no son representativas del turismo que viene a Málaga, porque no viene buscando la cultura, sino una diversión desmedida, como es propio de la edad juvenil y el evento que quieren celebrar. Creo que es residual, aunque evidentemente incomoda y en algunas ciudades están poniendo medidas contra el uso abusivo, para poder compatibilizarlo con una vida normal y corriente. Hay que buscar siempre elementos de conciliación.

¿Comparte la queja de quienes dicen que se está diseñando el centro histórico para el turismo y de espaldas a los residentes?diseñando el centro histórico para el turismo

Creo que se reúnen varias connotaciones. El centro estaba abandonado hace unos años, pero hoy en día hay una recuperación y del deseo de vivir en el centro de la ciudad, que está mucho más atractivo. Todas las remodelaciones favorecen que sea gozosamente habitable, para el que viene y para los que vivimos. Es verdad que en los últimos años con ese uso, que puede llegar a ser abusivo (no tengo los datos y depende de si lo mira del lado del empresario o del residente), creo que sí hay que empezar a tomar ciertas medidas de cara al futuro.

¿Cuáles?

Por ejemplo, hacer estudios rigurosos, que veamos realmente cuáles son los días en que se produce la saturación, cuáles son los turismos menos convenientes, o de qué manera se pueden hacer campañas publicitarias para que los turistas de cruceros no confluyan cuatro en un día. Para eso está la investigación y la Universidad de Málaga, para avanzar en los elementos que diseñen el futuro turístico de la ciudad con estas connotaciones. Existen mesas de trabajo y preocupaciones institucionales, y creo que la ciudad va por un camino maravilloso.

¿Cuáles son los retos del turismo en Málaga?

Seguir manteniendo el modelo de desarrollo de una ciudad cultural que pueda ser visitada en todas las épocas del año, en esa vuelta a los orígenes; y desde luego la diversificación turística que vincule no solamente a la Costa del Sol, sino el desarrollo del territorio rural. Ahí hay una gran apuesta por la recuperación del Caminito del Rey y por un turismo del vino, cuya ruta certificada está próxima, que ya se presentó hace un par de meses y creará un potencial para Málaga.

¿Se puede morir de éxito turístico?

En la vida hay que saber gestionar los recursos de los que uno dispone. Y ahí está en juego una política que debe seguir manteniendo la identidad de Málaga, qué imagen se proyecta… Todas esas campañas tienen relación con la marca territorio, que es un punto de referencia que está estrechamente vinculado al desarrollo turístico. Hay una concienciación clara de establecer unas pautas de trabajo, y que pueda saberse qué identifica al ciudadano de Málaga, si eso lo verifican los turistas y qué le interesa ver y sentirse al turista cuando viene a Málaga.

¿Puede una ciudad verse sobrepasada por el turismo?

Claro que sí. Y en determinadas épocas del año en ciudades tan importantes como esta, Barcelona, París o Nueva York, claro que puede suceder. Y por tanto hay que poner a eso, con el tiempo debido, los frenos suficientes para que eso no suceda.

¿Sucede hoy en Málaga?

Creo que en algunos días muy puntuales puede haber cierta saturación, y no hablo de ciertos eventos concretos como Semana Santa o Feria. Puede que lo haya. No tengo lo instrumentos a mano para hacer una valoración tan precisa. Pero ¿puede suceder, mirando al vecino? Sí.

Hace un año, el curso de verano de la Universidad Internacional de Andalucía El modelo de ciudades turísticas a debate. Seguridad, turistificación y marca territorio, permitió anticipar algunas de las cosas que le han sucedido a Málaga en los últimos meses. “Málaga tiene futuro turístico, la incógnita es si el crecimiento tiene un límite para evitar convertirse en un destino saturado”, dijo entonces Elena Ruiz, profesora de Historia Económica de la Universidad de Málaga y coordinadora del curso.

Ahora que los datos confirman el secreto a voces de que Málaga está consagrando al turismo su Centro Histórico, Los nuevos retos turísticos en el Mediterráneo. Origen, calidad y sostenibilidad, un nuevo curso organizado por la UNIA, debe contribuir a clarificar el panorama y proponer orientaciones que permitan armonizar la actividad turística con los intereses de los ciudadanos. Hay señales de alarma: quejas ciudadanas o estampas diarias de todo tipo (un día es una despedida de soltera, otro son los patinetes, casi siempre el ruido o la ocupación del espacio público) que avisan del riesgo de no tomarse demasiado en serio la necesidad de ordenar y clarificar la oferta turística de la ciudad (en este caso, Málaga) para evitar que acabe devorando a la ciudad. Elena Ruiz responde a estas y otras cuestiones.