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Crowdfunding para las Maestras Republicanas: “memoria de una época que creyó en la educación”

El documental Las maestras de la república tendrá continuación. La secuela de esta iniciativa profundizará en temas que apenas trazaba la primera entrega, como el “exilio interior y exterior” de los profesoras represaliadas y el propio “intento de renovar la sociedad a través de la educación”. Para ello se enfrentan a dos obstáculos: la búsqueda de información y la obtención de recursos económicos.

¿Por qué una segunda parte? Porque tras proyectar la cinta en más de 400 salas, superando los 50.000 espectadores “acababan pidiendo algo más”, cuenta la directora, Pilar Pérez Solano. “Se sentían identificados e incluso hay quien aporta sus propias historias familiares” en coloquios o a través de la web o redes sociales.

Una aportación ciudadana que mitiga, en parte, la carencia de documentación, en pugna con la de recursos económicos. Con la idea de grabar en marzo y que la obra se exhiba desde octubre, hay una campaña de financiación colectiva o crowdfunding abierta hasta el 17 de enero que pretende recaudar 80.000 euros. Todo, para ahondar “en la participación de las mujeres en la construcción de la nueva sociedad” republicana, su modelo educativo “y los movimientos de renovación pedagógica”.

De este modo, aspectos de una memoria silenciada se someten ahora a un más amplio proceso de investigación. La II República reconoció a la mujer como ciudadana. Seis de cada diez mujeres eran analfabetas. Sólo dos, por ejemplo, diputadas: las abogadas Clara Campoamor y Victoria Kent. Igualdad de género, en el matrimonio, en el acceso a puestos oficiales, aprobación del divorcio, del sufragio femenino… Derechos vetados que el nuevo régimen democrático consagraba en la Constitución de 1931.

Una época de claroscuros, en suma, el relato de la conquista de un espacio social y político propio que la dictadura acabó por teñir de negro. También en la enseñanza, como cuenta un documental que ayuda a “visibilizar el trabajo de unas mujeres maravillosas que nos muestran un camino que queremos seguir”, describe Pilar Pérez Solano.

Eran “las primeras feministas, pidieron el derecho a voto, estaban a la vanguardia europea en pedagogía, desarrollaban una enorme labor de participación política… rompieron moldes”, sentencia. De ahí el objetivo de alcanzar “el rastro de aquellas maestras que creyeron en los ideales de la II República”, de aquellas “raíces y sus sistemas de transformación pedagógica”. Encontraron, no obstante, “una historia muy desconocida”, escasa información “después de muchos años de miedo y de ocultar todo lo que pasó”.

Dificultad multiplicada por la intención de buscar las huellas de estas mujeres en el exilio. “Queremos hacer una labor exhaustiva en otros países como México, Venezuela o Argentina, donde muchas iniciaron sus propios proyectos educativos”, explica. Y trazar, incluso, el recorrido de “muchas maestras en campos de concentración de Francia y Alemania”. Conocer “qué ocurrió después de la guerra” para recuperar “la memoria de una época que creyó en la educación”.

Para la Federación de Trabajadores de la Enseñanza de la Unión General de Trabajadores (FETE-UGT) –colaborador de Las maestras de la república–, se trata de “recuperar la memoria histórica de los valores de la educación republicana”. Eran maestras, “y maestros”, sostiene el secretario general de FETE-UGT, Carlos López, que florecieron al calor “de un plan de formación que luego cortó la dictadura”.

Pese a lo “complicado” de vincular aquella ruptura “abismal” con la nueva reforma educativa, Carlos López sí percibe la actual como “un sálvese quien pueda”. “La Ley Wert clasifica al alumno y le propicia enormes dificultades, no cohesiona y pone las bases de una sociedad dividida, además la religión vuelve a tener peso académico, una aberración –califica– que ha conseguido la Conferencia Episcopal”.

El proyecto Las maestras de la república ha servido para rescatar historias que permanecían sepultas en el olvido. Como la que ofreció una mujer de manera espontánea, narra la directora de la cinta, en Madrid: “De pequeña iba a una escuela con un cura que no le enseñaba nada más que a rezar, pero por las tardes cogía un taburete y se iba a casa de doña Concha, que daba clases particulares y le enseñó la ilusión por aprender y descubrir... tras ver el documental, entiende que era una maestra republicana”.

En Zaragoza, otra mujer reveló que su abuela tenía una caja guardada que nunca dejaba abrir a nadie. Cuando murió, fueron a ver qué contenía. “Encontraron su diario de maestra de un pueblo: iba contando todas sus experiencias pedagógicas con los niños y niñas de la época. Nunca dijo que había sido maestra ni que fue represaliada y tuvo que abandonar su profesión”. Como le dice Hilda Farfante, hija de maestros republicanos asesinados por el fascismo español, a Pilar Pérez Solano: “Fíjate lo que las maestras están haciendo por la memoria”.