El Grupo de Rescates Especiales y Salvamento (GRES) del Cuerpo de Bomberos de Málaga empezó a desmantelarse en el año 2011, aunque en octubre de 2012 el equipo de Gobierno reconoció oficialmente su trabajo en una moción institucional. Desde entonces, el material del GRES coge polvo en una nave del parque central de bomberos.
Dos furgones de salvamento, una moto acuática con camilla flotante de rescate, tres embarcaciones neumáticas semirrígidas (zodiac) con motores fuera borda están asignadas a una unidad que ya no opera por decisión del propio Consistorio. Además, hay arneses, cuerdas, trajes de neopreno y demás material específicamente destinado a rescates en el agua, en alta montaña, en cuevas o en edificios de gran altura.
El 5 de agosto de 2011 el jefe de servicio dio la orden de que a partir de entonces, cuando se produjera una llamada para activar el GRES en medios acuáticos se derivara al 112, según un documento interno al que ha tenido acceso eldiario.es/Andalucía.
Por eso, cuando los bomberos acudieron a una llamada de auxilio en la playa de Sacaba, en el verano de 2014, tuvieron que entrar al agua en bañador. La escena, publicada en La Opinión de Málaga, dio lugar a un rifirrafe político que el entonces concejal de seguridad, Julio Andrade, zanjó así en comisión: “Los bomberos no iban a ponerse el traje de neopreno con treinta grados de temperatura para rescatar un cadáver que se encontraba en la orilla”. Sin embargo, no tenía que ver con la temperatura del agua, sino con la inoperatividad del grupo y su dotación desde agosto de 2011. “Hay neoprenos entre el material del GRES y no se pueden tocar”, asegura Ramón Triguero, delegado de Comisiones Obreras.
Los bomberos citan ahora otro incidente similar al de la playa de Sacaba, pero mucho más reciente. El 5 de enero se ahogó un ciudadano británico en las playas de Málaga. “Como el GRES no está activado veíamos el cuerpo a 200 metros y no nos podíamos meter. Estábamos a los 10 minutos. 15 minutos después llegó Cruz Roja. Quizá nosotros podríamos haberlo salvado”, lamenta Triguero.
Creado en 1985, estaba integrado por una veintena de bomberos y seis policías locales. Según Ramón Triguero, un “referente” a nivel europeo por los rescates que protagonizaron en la Cueva del Gato o en la pared del pantano del Chorro. Aún puede leerse en la página oficial de bomberos alojada en la web del ayuntamiento la descripción de la unidad que ya no existe.
Pocos meses después de que se diera la orden de derivar sus funciones, el equipo apoyó el reconocimiento institucional a la unidad. En una moción aprobada por unanimidad (con los votos a favor del PP, en el gobierno, el PSOE e IU) el 18 de octubre de 2012, el ayuntamiento concedió el “reconocimiento público” por “las labores y los servicios prestados a la ciudad” y se comprometió a realizar un estudio para valorar sus necesidades personales y materiales.
De nada sirvió: apenas año y medio después, en una reunión de la comisión de seguridad en junio de 2014, el entonces concejal responsable Julio Andrade, explicaba que los bomberos del GRES ya no tenían las titulaciones adecuadas y desvelaba que se estaba destinando un “presupuesto importante” para la creación de un grupo subacuático.
Según los sindicatos, pasados dos años y medio del anuncio no existe tal grupo, a pesar de que una docena de bomberos realizaron el curso pertinente. Defienden que la unidad podría reactivarse si se rejuveneciera el cuerpo y se impartiera la formación adecuada. “El GRES lo desmantelaron poco a poco hasta que murió por ahogamiento”, lamenta Juan José Martín Florido, del SAB.
Un parque con uso residual y cedido a Cruz Roja
Un parque con uso residual y cedido a Cruz RojaLos bomberos denuncian desde hace años la infradotación del servicio. Entre sus denuncias públicas está el hecho de que el sistema de grabación de sus comunicaciones, que sirve para registrar el momento de la llamada de emergencia, medir los tiempos de respuesta y, en su caso, depurar responsabilidades, lleve un año estropeado. O que los últimos trajes que adquirió el consistorio, 267 equipos de tipo bicapa adquiridos en 2013 por 301.614 euros, provocaron quemaduras. La solución, después de varias reuniones entre bomberos, ayuntamiento y adjudicataria, fue añadirle un forro interno que ahora provoca que a “casi todos” no les sirva por talla, según los bomberos.
La torre del parque central de bomberos, que antes se usaba para el entrenamiento y la formación de los bomberos, está en desuso por su mal estado. Y el parque de Campanillas, construido en 2008 junto al Parque Tecnológico y que ilustra esta información, se usa esporádicamente para clases prácticas, excepto una parte que el ayuntamiento cedió a Cruz Roja como centro logístico. Pese a todo, cada poco se anuncia su uso inminente para una escuela de bomberos.
En 2013 el ayuntamiento dejó de destinar la aportación de las aseguradoras (en torno a 1,5 millones de euros anuales) a la dotación del servicio de prevención y extinción de incendios y salvamento. Eldiario.es/Andalucía informó ayer de que el consistorio de Málaga modificó la ordenanza 17 y el convenio suscrito con UNESPA (asociación que agrupa a las aseguradoras) con el fin de evitar que los fondos que recibe de ésta última “para la contribución a los servicios de extinción de incendios” se dediquen a tal fin. En 2013, 58.501 euros provenientes de esos fondos se destinaron a la adquisición de dos vehículos, uno para uso del alcalde y otro para seguridad.
El ayuntamiento declinó ayer ofrecer su versión porque está preparando el Pleno de este jueves y prefiere no “adelantar” sus argumentos.