El Ayuntamiento de Estepona vendió una oficina a razón de unos 1.881 euros el metro cuadrado, y pocos años después vendió los locales contiguos a 474,7 €/m2 (una cuarta parte), después de valorarlos inicialmente a 630,10 €/m2. La diferencia de precio, en ambos casos sin IVA, no se explica ni por la construcción (todo forma parte de la misma edificación, Puertosol, junto al puerto deportivo) ni por la coyuntura del mercado inmobiliario. Lejos de depreciarse, desde 2014 todo se ha encarecido notablemente y tiende a revalorizarse aún más justo en esa zona, donde se está acometiendo una profunda renovación urbana con gran inversión municipal.
En la primera compraventa, ocurrida en diciembre de 2014, el Patronato de Recaudación Provincial (un organismo de la Diputación Provincial de Málaga) compró un local de 372 metros cuadrados. Lo hizo por “más de 700.000 euros”, según anunció el entonces concejal de Hacienda, Manuel Aguilar. Una denuncia pública de Vox en Estepona elevó después el precio final a 819.583,87 euros.
En el caso de la segunda venta, ocurrida este verano, fue la entidad Omega 93 Gestión y Servicios S.L. quien se hizo con 1.967 metros cuadrados de suelo público destinado hasta ahora a oficinas municipales, distribuido en tres locales, por un precio total de 933.750 euros. Además, se adjudicó también una entreplanta destinada a trastero y 26 plazas de garaje. El comprador, Omega 93, es una sociedad de Bonifacio Solís, con quien el alcalde José María García Urbano (PP) ha tenido negocios comunes al menos hasta 2016, tal y como se recoge en su propia declaración de bienes presentada aquel año. Según Solís, la situación no ha cambiado.
La enajenación de las oficinas municipales ocurrida este verano se realizó a un precio muy inferior a su valor de mercado y por poco más de la mitad de su valor catastral. Para el ayuntamiento, fue “el mayor precio que se ha podido conseguir”. La venta se efectuó tras un proceso de subasta pública con notables omisiones y errores, tal y como desveló este medio. Se anunció bajo rúbrica incorrecta en la Plataforma de Contratación del Estado y la segunda subasta no se anunció en la web municipal, dónde sí consta el resto de la documentación. La subasta definitiva se celebró pleno mes de agosto, tras una licitación pública convocada el viernes 29 de julio, justo el día que comenzaban las vacaciones.
Omega 93 tiene al menos el 57,86% del capital social de Nuevos Aires 2002, una sociedad constituida en 2001 de la que hasta 2011 fue administradora única Ana Velasco, presidenta de la mesa de contratación que adjudicó los locales a Omega 93. No se acaban ahí las vinculaciones. Ahora, el administrador único de Nuevos Aires 2002 es Antonio Zarco, marido de Velasco. Junto a Omega 93 (la adjudicataria de locales públicos a precio de saldo) y Juan Hoffmann, el alcalde García Urbano es otro de los tres socios históricos de Nuevos Aires 2002, a través de su sociedad Nogales de María S.L., si bien el ayuntamiento ha negado a este medio que Nogales de María mantenga esa participación.
El antecedente de una venta muy superior
Este medio ha podido conocer un antecedente, protagonizado también por el ayuntamiento de Estepona, que corrobora que Omega 93 obtuvo un fantástico precio por los locales municipales que compró en verano y que el equipo de gobierno realizó un pésimo negocio para las arcas municipales.
El antecedente se remonta a 2014, cuando el ayuntamiento de Estepona decidió vender otro de sus locales en Puertosol al Patronato Provincial de Recaudación, la institución que venía ocupándolo desde 1999. Como ahora, el consistorio enmarcó la venta en su política de desprenderse de bienes municipales para saldar deuda. En aquel caso se trataba de realizar una adjudicación directa del inmueble a otra administración, de modo que desafectó el local para sacarlo del patrimonio municipal, según consta en el acta del Pleno de 23 de diciembre de 2014. Ese mismo día estaba previsto culminar el trámite en una Junta de Gobierno Local Extraordinaria.
El precio anunciado, más de 700.000 euros según su propia nota de prensa, fue finalmente mayor, a tenor de la denuncia que formuló meses después el grupo municipal de Vox y otras fuentes solventes consultadas por este medio: 819.583,87 euros por el local y cuatro plazas de aparcamiento. Esto arrojaría un precio de unos 2.200 €/m2 (incluyendo la superficie de las cuatro plazas de garaje, lo que permite suponer que el suelo de oficina se valoró a un precio incluso mayor). Si el precio final fue de 700.000 euros, el precio de venta sería de 1.881 €/m2. Si fue de 819.583,87 €, el precio de venta sería 2.203 €/m2.
El ayuntamiento no ha respondido a los reiterados intentos de este medio por conocer el precio definitivo por el que vendió aquel inmueble. Tampoco ha dado una cifra el Patronato de Recaudación, que tiene inventariado el inmueble como propio y cuyo presidente, por entonces Francisco Salado, acudió a Estepona a rubricar el acuerdo.
Revalorización desde 2014 que no se refleja en el precio
En cualquier caso, siete años después el mismo consistorio ha vendido a Omega 93, un inversor privado con vínculos históricos con el alcalde, las oficinas contiguas a 475 €/m2 (resultado de dividir el precio final del suelo destinado a oficina -933.750 euros- entre la superficie -1.967 m2-). Inicialmente, lo había puesto a la venta por 630 €/m2.
El ayuntamiento argumenta que la valoración se basa en un informe emitido por la arquitecta municipal, que sin embargo está sometido “a lo que acuerde el órgano competente para decidir”. En ese documento se tasan los casi 2000 metros cuadrados de oficina en 1.239.570,53 euros. Luego se rebajó el precio un 25%, el máximo previsto por la ley. Si se hubiese valorado al precio por el que se lo vendió al Patronato en 2014, el total hubiese sido 4.327.400 euros.
La situación llama más la atención si se tiene en cuenta que en 2014 el mercado inmobiliario tocaba fondo tras el estallido de la burbuja. Desde entonces los precios han crecido de forma notable. En el caso de la vivienda, el precio medio en Estepona ha pasado de 1.406 €/m2 en febrero de 2014 a 2.903 €/m2 en diciembre de 2022, según los datos de Idealista.
Además, se da la circunstancia de que el inmueble linda con una zona en la que el ayuntamiento está realizando una fuerte inversión pública para reconvertirla en un espacio comercial, de paseo (con vistas al mar) y con un ambicioso equipamiento sociocultural. Curiosamente, esta obra fue adjudicada por 14,5 millones de euros a una empresa del mismo constructor propietario de Omega 93, Bonifacio Solís.
La diferencia entre el precio pagado en 2014 por el Patronato Provincial de Recaudación y el que ha pagado en 2022 Omega 93 no ha sido explicada por el ayuntamiento, al que se supone interesado en obtener siempre el mejor precio por el patrimonio municipal, si es que decide venderlo.
La vinculación histórica entre el alcalde y la adjudicataria a bajo precio
Este medio había publicado hasta ahora la notoria diferencia que existe entre el precio al que el pasado agosto se vendió suelo público a Omega 93 (1.245.000 euros por casi 2000 m2 de oficina, 560 de trastero y 26 aparcamientos) y el valor catastral de ese mismo suelo actualizado a 2021, casi un 40% superior: 2.335.928 euros. Que el precio pagado por Omega 93 está claramente fuera de mercado lo demuestra también una búsqueda de suelos de oficina en esa misma zona: la mayoría de los resultados superan los 2.000 €/m2.
La compradora, Omega 93, es una sociedad patrimonial del constructor Bonifacio Solís, conocida por haber sido cotitular, junto a Juan Hoffmann y José María García Urbano (a través de Nogales de María S.L.), de Nuevos Aires 2002, la entidad propietaria del edificio en el que hasta ahora se ubica la sede de Urbanismo de Marbella. El propio García Urbano admitió su titularidad en Nuevos Aires 2002 en su declaración de bienes al Congreso de los Diputados en 2016.
¿Sigue García Urbano siendo socio de Omega 93 y de Bonifacio Solís en Nuevos Aires 2002, por sí mismo o a través de Nogales de María? “Nogales de María no es copartícipe en Nuevos Aires 2002”, respondió el ayuntamiento a este medio. Sin embargo, en conversación telefónica Bonifacio Solís responde lo siguiente: “Si los papeles dicen que sí, sigo siendo socio. Lo que diga la documentación. No hemos cambiado nada. Lo que está en el Registro es lo que hay. No hay nada escondido. Obviamente, los cambios que se hayan producido estarán en el Registro”.
En el Registro Mercantil no consta cambio en la estructura societaria original de Nuevos Aires 2002, constituida en 2001 por Hoffmann, García Urbano y Solís. No es obligatorio inscribir los cambios de titularidad de las participaciones de una sociedad limitada.