José Luis Paradas Romero, exárbitro de Primera División y actualmente gerente de la empresa pública municipal Málaga, Deportes y Eventos, ha sido condenado por hostigar telefónicamente a Juan Cassá, antes compañero de partido en Ciudadanos, y hoy concejal no adscrito del ayuntamiento. El juzgado de instrucción 5 le condena por tres delitos leves de coacciones contra Cassá y dos asesores, producidas después de la abrupta salida del primero y el despido de los otros dos del grupo municipal naranja. Ha quedado probado que les llamó repetidamente con número oculto durante casi tres meses, a veces a horas intempestivas, para no decir nada. Deberá pagar 360 euros a cada uno. En cambio, ha sido absuelto de los delitos de amenazas. La Fiscalía pedía su total absolución. La sentencia es recurrible.
La resolución, adelantada por Sur y a la que ha tenido acceso elDiario.es/Andalucía, precisa que entre el 4 de mayo y el 30 de julio Cassá recibió 41 llamadas con número oculto, mientras que sus asesores Íñigo Vallejo y Beatriz González recibieron 87 y 42, respectivamente. La jueza pidió a la compañía telefónica de Paradas Romero que le remitiera el listado de llamadas efectuadas en esas fechas, y allí constaban las 170 llamadas realizadas en oculto a los números de sus excompañeros. La jueza señala que está probado que la intención de Paradas Romero era “perturbar la libertad de actuación” de Cassá, Vallejo y González, y que el hostigamiento les llegó a producir “una situación de estrés y desasosiego que afectó de forma leve a sus actividades diarias”.
Hostigamiento coincidente con su salida de Ciudadanos
La situación se remonta a la primavera del año pasado, cuando Cassá abandona el grupo municipal de Ciudadanos. El 30 de julio, día en el que cesaron las llamadas, Cassá denunció que le habían quemado la autocaravana que tenía aparcada delante de su casa. Fue ese día cuando, preguntado por la Policía, contó que venía notando cosas extrañas, como llamadas intempestivas en las que, al otro lado del teléfono, nadie decía nada. Nunca oyó ninguna voz.
Según aseguró Cassá, las llamadas habían empezado a comienzos de mayo, coincidiendo con su salida del partido y del grupo municipal de Ciudadanos en el ayuntamiento de Málaga. A veces las llamadas se producían durante los Plenos, una tras otra; también recibían llamadas nocturnas, según contaron al juez los denunciantes.
Por aquellas fechas, en Ciudadanos todavía exigían a Cassá que entregara su acta de concejal. Lo hacía Paradas Romero públicamente en redes sociales, Juan Marín y la dirección nacional. José María Espejo, por entonces Vicesecretario General Adjunto de Ciudadanos, llegó a acusar al PP de “comprar la voluntad de Cassá con dinero de los malagueños”.
En el juicio, Paradas Romero, que fue detenido en septiembre para declarar ante la Policía, lo negó todo. Por primera vez, dijo que le habían hackeado la cuenta de Facebook, en la que estaba su teléfono, aunque nunca lo denunció ni pidió informe pericial. “La mujer de Juan Cassa Lombardía es experta en hackear”, declaró Paradas, que sigue usando el mismo número de teléfono supuestamente hackeado. La jueza le recuerda que se sabe incluso que dos de las últimas llamadas se realizaron desde Níjar (Almería), justo cuando él estaba en esa localidad.
La sentencia concluye que estas llamadas acentuaron el estrés al que estaban sometidos Cassá y sus asesores, vilipendiados en las redes sociales y por gran parte de la opinión pública por su supuesta capacidad para vivir muy bien de la política sin que se observen los beneficios de su trabajo.
Paradas Romero, de árbitro de fútbol a alto cargo público con Ciudadanos
Paradas Romero es actualmente gerente de una empresa pública, Sociedad Municipal Málaga Deportes y Eventos, S.A., dependiente de Cultura, área de la que es concejala su compañera de partido Noelia Losada. Su sueldo es de 53.913,80 euros. Cassá ya ha pedido su cese.
En su currículum público señala en primer lugar que es empresario sector inmobiliario y de la construcción, aunque su relevancia pública viene de sus años como árbitro de Primera División. En 2007, año de su ascenso a la primera categoría, logró el Premio Guruceta, que entrega el Diario Marca al mejor árbitro de la temporada de la Liga española de Fútbol. Dejó el arbitraje en 2013, por sus diferencias con el comité técnico de árbitros, según se publicó.
Por su parte, Cassá, que a día de hoy sigue siendo concejal no adscrito, salió de Ciudadanos después de un proceso en el que fue progresiva y públicamente degradado. Primero, se barajaron públicamente fichajes para sustituirle al frente de la candidatura electoral; después, fue primero de la lista, pero el día de constitución del Pleno se anunció sorpresivamente que la portavoz y encargada de dirigir las negociaciones para investir nuevamente alcalde a Francisco de la Torre sería Noelia Losada, hasta entonces número dos.
Finalmente, se fue dando un portazo. “Las mejores decisiones son las que van acompañadas de un ‘a tomar por culo’ al final”, escribió aquel día su pareja. Cassá escuchó los cantos de sirena del PSOE, se mantuvo supuestamente independiente, pero fiel en su apoyo al PP, con alguna extraña discrepancia que sirvió para tensar la cuerda con los populares.
Desde entonces prosperó económicamente. En prensa se le ha llegado a llamar “el Messi del ayuntamiento de Málaga”. Además de la concejalía, es diputado provincial y tras su salida logró que el PP le nombrara “portavoz y delegado de relaciones institucionales” de la Diputación de Málaga, un nuevo cargo con funciones poco claras y sueldo público de 73.422 euros, similar al de un vicepresidente provincial. Esta cantidad se suma a unos 20.000 euros que percibe por acudir a plenos o comisiones del ayuntamiento. Su voto es clave para decantar la balanza tanto en Diputación como en el ayuntamiento.
De nada sirvió que fuese formalmente declarado tránsfuga por el Pleno de la Diputación. La declaración recogía el acuerdo para que su voto no fuese utilizado por el gobierno o la oposición para aprobar ninguna cuestión. Un año después, Cassá acaba de rubricar un acuerdo con De la Torre para darle su apoyo hasta el fin de la legislatura.