Cómo crear una cadena de producción y distribución desde cero: reparten más de 3000 viseras protectoras entre sanitarios malagueños

Javier Sanz es informático, no gestor de equipos. Sin embargo, lleva más de una semana lidiando con un Excell interminable, que ya va casi por las mil filas. Cada una corresponde a un voluntario, y cada voluntario es un malagueño con impresora 3D dispuesto a fabricar en su casa una visera a la que ponerle una pantalla protectora de plástico. Han entregado más de 3.000 viseras a los médicos de Málaga, según los cálculos del Sindicato Médico, que es el encargado de repartirlas cada día en las Urgencias de los hospitales.

En un vídeo, Sanz cuenta el proceso de fabricación de estos objetos. Es un trabajo que incorpora tecnología de última generación (impresoras 3D) pero, al mismo tiempo, artesanal porque no hay ninguna cadena de producción detrás. Basta la visera que soporta la pantalla, una cinta de unos 40 centímetros y la propia pantalla, que no es de acetato sino una lámina de PVC de tamaño A4. La pantalla cubre toda la cara, de modo que evita las posibles salpicaduras directas y reduce el riesgo de contagio. Ahora bien, los profesionales sanitarios deben seguir llevando gafas protectoras y mascarilla.

Sanz explica que hace ya un par de semanas que se interesó por participar en el colectivo maker que está fabricando estos objetos en todo el país. Sin embargo, el grupo pronto se fue de las manos, porque acumulaba miles de participantes. El de Andalucía también resultó difícil de gestionar, así que al final el trabajo se ha compartimentado por provincias.

El grupo de Málaga, que a principios de esta semana integraba unas 900 personas en Telegram, empezó “con buena voluntad, pero sin recursos”. Pero al poco tiempo Sanz, que trabaja como informático para la Casa Diocesana de Málaga, consiguió de su proveedor habitual (Vasco Informática) la donación de 15.000 unidades de láminas de PVC transparentes. “Ahí se encauzó todo”.

La otra pata del proceso la pone el Sindicato Médico, que ha aportado el plástico para la fabricación de la visera y dos impresoras extra. El sindicato añade una pantalla a cada visera y entrega cada día la protección a los sanitarios malagueños. Los elásticos los han aportado una mercería de Fuengirola, Mayoral y ahora se buscan nuevos proveedores.

Coordenadas de localización para recoger las viseras

El diseño de la visera viene del colectivo maker a nivel nacional, y es lo más sencillo posible para evitar fallos. Cada impresora, que deposita el plástico capa a capa, puede fabricar dos viseras en tres horas. “El proceso es un poco lento y siempre cruzando los dedos para que no haya un atasco, se corte la luz o haya algún problema que arruine el proceso”, explica Sanz en un vídeo. Una vez obtenida la visera la pantalla se coloca en horizontal.

Con todo, dice Sanz que la fabricación no es especialmente complicada. Más complejo es coordinar una rudimentaria plataforma logística que, de momento, ha permitido la recogida y entrega al personal sanitario de más de 3.000 viseras con pantalla protectora. Cada tarde, Sanz se pone a la tarea con la ayuda de una simple hoja de Excell. Hasta la una de la madrugada y junto a otras siete personas en toda la provincia, recibe una lista actualizada de cuántas viseras hay. Él se encarga de conseguir teléfonos de cada “fabricante”, coordenadas de localización y priorizar dónde merece la pena ir cada día. Si no hay más de quince viseras en una casa no merece la pena ir. Se espera a otro día.

Sanz pasa los datos de recogida al Sindicato médico (en Málaga capital), a bomberos en la Costa del Sol, a Protección Civil en la Axarquía o a diversas policías locales, que son los encargados de la recogida diaria. Con los actuales niveles de producción, en Málaga capital se recogen unas 500 viseras protectoras cada día, asegura.

El resultado de un proceso casi artesanal de fabricación y distribución puede ser vital para los médicos, que denuncian desde hace semanas la escasez de medidas de protección.