La prueba para bomberos a mar abierto de Benalmádena que no gustó a nadie: “No es una oposición limpia”

La primera prueba en mar abierto que se realiza en unas oposiciones de bombero en Andalucía, en Benalmádena (Málaga), no ha salido como sus organizadores esperaban: después de recibir reclamaciones de opositores que no la superaron, el tribunal acordó repetirla argumentando que el estado de la mar había variado durante el transcurso del examen, alterando las condiciones de igualdad. Pero la decisión ha generado sospechas entre algunos aprobados en primera instancia, que no se explican qué cambio tan drástico ocurrió en apenas 40 minutos, y alegan que la desigualdad se produce precisamente porque algunos disfrutaron de una nueva oportunidad para realizar la prueba en unas condiciones diferentes, más de un mes después. “No es una oposición limpia”, se queja un opositor, que solicita el anonimato.

El examen de nado, quinta de las pruebas físicas, se realizó a mediodía del pasado 11 de febrero en la playa de Malapesquera. A razón de un opositor por minuto, por protocolo anti-covid, los participantes debían nadar 750 metros desde la orilla hasta una primera boya, luego a la segunda y regreso a la orilla. Para los mayores de 35 años, el tiempo límite era 14 minutos; para los menores, de 12 minutos. Es una prueba muy dura, para la que se exige un dispositivo de emergencia: muchos acabaron mareados y vomitando. Aprobaron once de los 37 participantes.

“De los 26 no aptos, 24 presentaron alegaciones. De forma común, resaltaban que el estado del mar fue cambiante durante la prueba”, explica David Bañasco, jefe de bomberos de Benalmádena y presidente del tribunal. Entonces decidió pedir un informe sobre las condiciones del mar a Puertos del Estado, en el que se concluye, según asegura, que “se detectan cambios en la altura de olas, en dirección del viento y dirección del oleaje”. El informe se adjuntará al acta, asegura Beñasco, que no lo ha remitido.

Sin cambios en el oleaje

Consultado por este medio el mapa interactivo de Puertos del Estado para el punto que se tomó como referencia (SIMAR 2030079), los cambios que se aprecian son mínimos: no hay variación en la llamada “altura significativa” del oleaje el 11 de febrero entre las 12 y las 13 horas (30 centímetros, uno más a las 14 horas). Tampoco se modificó la dirección media de procedencia, ni el periodo de pico (4,67 a las 12 y la 13.00; bajó a 4,24 a las 14 horas), que mide las ondas con más energía. Sí se observa una variación en el periodo medio (pasa de 3 a 2,83), que es el parámetro que mide la media de todas las ondas que conforman una ola.

En la velocidad del viento, se pasó de 3,82 metros/segundo a 4,42 m/s, una variación del 15%. Hay también una variación relativamente pequeña en la dirección de procedencia del viento, de 217 a 233 grados. Todos estos datos, obtenidos mediante modelos numéricos, se actualizan de hora en hora, con lo que tienen escasa precisión para apreciar cambios producidos en minutos.

“Viendo que esas alegaciones corresponden con los gráficos que manda Puertos del Estado, tomamos la decisión más garante para los opositores”, insiste Beñasco: que solo no aptos repitan la prueba. Se anunció la decisión un mes después (el 12 de marzo) y el nuevo examen se realizó este martes por la mañana, esta vez en dos tandas (de once y doce opositores -tres se retiraron de la oposición-), separadas por tres minutos. A la segunda aprobaron 16, que se suman a los once que aprobaron la prueba el 11 de febrero. “El resultado nos ha dado la razón. La capacidad que queremos medir está demostrada. La administración tiene que velar por la igualdad, el mérito y la capacidad”, concluye el jefe de bomberos.

Pero un opositor le da la vuelta al argumento: “Si lo que estaban probando era la destreza al nado, esas once personas eran las más diestras nadando. Han demostrado que incluso en condiciones adversas pueden salvar vidas”.

“Están diseñadas para determinado perfil”

La oposición la comenzaron 128 aspirantes el pasado mes de diciembre, pero solo 37 habían llegado a la quinta prueba física. Con solo once aprobados, las posibilidades de lograr una de las seis plazas aumentaban. Entre los aptos en la prueba original de nado ha cundido la sensación de que se ha dado una nueva oportunidad a los no aptos por algún motivo no declarado.

El malestar lo expresó públicamente Ramón Barrios, preparador de oposiciones a bombero, que ya ha denunciado sospechas en torno a otras convocatorias con anterioridad. Asegura que recibió varias denuncias de participantes en esta oposición. “Queremos creer que las oposiciones son limpias y justas. Pero ya desde la publicación de las bases hay cosas que no se hacen en el resto de España, como la prueba a mar abierto. Los opositores nos decían que las pruebas parecían enfocadas a interinos o compañeros de por allí”.

Barrios apunta que es probable que haya más diferencia en el estado de la mar entre el 11 de febrero (fecha de la primera prueba) y el 16 de marzo (fecha de la repetición), que en apenas 37 minutos en los que se celebró la prueba original el 11 de febrero. Entre los aprobados el 11 de febrero los hay que salieron al principio de la prueba, en mitad y al final, pero el jefe de bomberos resalta que eso no prueba que las condiciones en los 37 minutos de duración de la prueba fueran homogéneas.

Hay también una crítica al sistema elegido. Es la primera ocasión en que se celebraba una prueba a mar abierto en unas oposiciones de este tipo en Andalucía. “Un opositor, de serie, no tiene esa preparación. Te hace pensar que están diseñadas para determinado perfil, como los participantes en triatlón”, señala un candidato. Para el jefe de bomberos, que cita un rescate reciente en Mijas, esto acerca el examen al trabajo que van a tener que desarrollar los aspirantes y prueba una capacidad “para defenderse en el agua”; pero Barrios opina que eso es irreal: “Me gustaría saber cuántos rescates en alta mar hace un bombero”.

De fondo, hay una queja común: algunas oposiciones municipales parecen enfocadas a garantizar la continuidad de personal interino o de la zona. “Pasa sobre todo en Andalucía”, asegura Barrios. Por ejemplo: “En Guadix pidieron en el supuesto práctico montar un mangote de aspiración en el camión. ¿Cómo puede un opositor entrenar a esa prueba si no puede acceder a un parque de bomberos?”.

“Al final en un municipio todo es muy endogámico. Pero al menos hay que sacar los colores a los responsables y que sepan que nos hemos dado cuenta de que nos engañaban”, protesta el opositor. En el Cuerpo de Bomberos de Benalmádena hay actualmente 24 trabajadores, 21 de ellos funcionarios y tres en comisión de servicios de otros municipios cercanos, “cubriendo vacantes”, señala el jefe.

Tasa de 130 euros por opositor

Otro dato llamativo es que la tasa pública para participar en la oposición fue de 130 euros, muy por encima de lo habitual, que suele rondar los 20 o 30 euros. La tasa para la última oposición en Málaga capital, celebrada en 2020, fue de 9,56 euros.

Barrios no prepara a ningún candidato en esta oposición, pero denunció públicamente la situación porque nadie se atrevía a hacerlo: “La administración juega con el miedo del opositor. Nos llegaron las denuncias y nuestro interés es defender unas oposiciones limpias, y que el que apruebe se lo gane”. “Están jugando con la ilusión de opositores, el tiempo que invierten, el sacrificio que lleva dejar de lado muchas cosas, el riesgo de lesiones…”, señala el opositor.

La oposición no ha terminado. Resta aún el test psicotécnico y la realización de un caso práctico, a los que concurrirán 27 opositores: once que superaron la primera prueba de nado y 16 que superaron la segunda.