Saray Pineda, la sindicalista malagueña que denunció haber sufrido una agresión mientras trataba de informar a las trabajadoras de una cafetería de la huelga feminista del 8 de marzo, ha ratificado este martes su denuncia. La Policía deberá investigar la veracidad del relato de Pineda, que asegura que un encargado de la Cafetería Lepanto arrojó contra ella una bandeja con dos jarras de leche y agua hirviendo. Según un parte médico, sufrió quemaduras leves en un brazo de las que fue curada en el Centro de Salud Cruz de Humilladero.
El mismo 8 de marzo, Pineda interpuso una denuncia ante la Policía de Torremolinos, donde reside. Allí se lee que en torno a las 16.30 del día de la huelga, la sindicalista se presentó en la Cafetería Lepanto para informar de la manifestación que iba a celebrarse a las siete de la tarde. Cuando pretendían entrar para repartir unos folletos informativos, “un hombre que llevaba traje y corbata sin saber qué profesión desempeñaba en el local”, les denegó la entrada y cerró la puerta de acceso. Poco después volvió y abrió la puerta con un cuchillo, que guardó cuando se acercó para hablar con Pineda, según la denuncia.
Fue entonces cuando el hombre le dijo a Pineda que se marcharan, en un tono que en la denuncia se describe como “altivo y desafiante”. Como ella se negó, el hombre le habría espetado: “No os vais a ir, ¿no? Pues os vais a enterar”. Según el relato de Pineda, él volvió al bar a recoger una bandeja con dos jarras con agua y leche muy calientes, que acabaron cayendo sobre el brazo de la sindicalista. Pineda aportó un parte de lesiones, en el que se describe una quemadura de primer grado “en antebrazo derecho llegando hasta la flexura del codo”, con pronóstico leve.
Eldiario.es Andalucía ha tratado de conocer la versión de los responsables de la cafetería, sin conseguirlo.
“Me estampó la bandeja con las dos jarras encima”
Pineda detalla a eldiario.es Andalucía que durante ese mediodía, ella y otras 30 ó 40 personas habían repartido octavillas y habían sido bien recibidas en todos los negocios. Según aclara, ella se adelantaba a sus compañeras porque es la Secretaria de la Mujer en Comisiones Obreras Málaga. “No nos ponemos todas a la puerta para no bloquear y no ocasionar tensión con quien viene a hablar. No es lo mismo hablar con una persona que hablar con 50”, señala. Sin embargo, al llegar a la emblemática cafetería de calle Larios se encontraron una actitud hostil por parte del presunto autor de la agresión.
“Estábamos en la calle y le dijimos que teníamos derecho a informar. Nos dijo que de ninguna manera, que éramos unas sinvergüenzas y que les impedíamos trabajar”, abunda la sindicalista. Según su relato, él le pidió que se marchara, pero ella le dijo que no lo harían. “La ley orgánica de libertad sindical recoge la legalidad de los piquetes informativos. Es un derecho fundamental”, señala. Ante esta respuesta, el hombre habría replicado con agresividad y volvió al interior del local.
Pineda esperó (“no en la zona de la terraza”, comenta), hasta que vio salir nuevamente al denunciado. “Salió acompañado de un camarero, supongo que a modo de protección, se vino hacia mí y me estampó la bandeja con las dos jarras encima”. El líquido le cayó sobre el brazo porque ella se protegió la cara. Mientras varias compañeras que habían presenciado la escena gritaban, ella se quedó quieta. “Me estaba hirviendo el brazo”. Otra integrante del piquete se acercó a una pareja de policías que estaba muy cerca y los agentes entraron a la cafetería para identificar al presunto agresor, según Pineda.
El hombre, que no vestía uniforme de camarero, llevaba traje y corbata. La sindicalista no sabe quién es, pero si los agentes lo identificaron debería ser sencillo dar con él. La cafetería, ubicada desde hace décadas en la calle Larios, es muy conocida entre los malagueños y pertenece al Grupo Lepanto, dedicado al catering y eventos. Lepanto cuenta con unos 150 empleados, “tanto personal fijo como colaboradores”, según su propia web.
Para la sindicalista, el episodio tiene que ver con el hecho de que el piquete lo compusiesen mujeres. “Les da coraje que le digas a la mujer que se vaya y no lo haga. Es una agresión machista”, denuncia. “Llevo desde los 18 años haciendo actividad sindical y nunca había pasado algo así”.
El movimiento feminista de Málaga ha convocado una concentración en calle Larios para el próximo 25 de marzo a las siete de la tarde, en protesta por este episodio y las identificaciones que la policía realizó sin motivo aparente cuando decenas de mujeres se dirigían a la Casa Invisible, de las que informó este medio.