Mar González, coportavoz de Verdes Equo Andalucía: “No vamos a tener capacidad de ilusionar si la confluencia termina siendo IU 3.0”

Néstor Cenizo

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El pasado 28 de marzo, varios partidos, entre ellos Verdes Equo Andalucía, anunciaron un preacuerdo para concurrir en una candidatura única a las próximas elecciones andaluzas. El comunicado habla de una “hoja de ruta para consensuar el programa político, los equipos de trabajo y las candidaturas”, y de un proceso “abierto, amplio y democrático, netamente andaluz”. Desde entonces, el proceso de confluencia parece estancado, si no en retroceso. Este martes, Más País Andalucía se desmarcó del proyecto sin rechazarlo de plano: se ausentó de la reunión de trabajo y pidió una candidatura “independiente” y un “frente amplio” que trascienda un “Unidas Podemos 3.0”.

Mar González, coportavoz de Verdes Equo Andalucía, también alerta de que la nueva confluencia sea copada por los grandes partidos, y advierte de que la participación de Verdes Equo no puede limitarse a ofrecer un sello ecologista a la marca electoral. González explica en esta entrevista las aspiraciones de su organización en el proceso que se acaba de abrir, y el punto en el que éste se encuentra.

¿Cuál es su valoración del anuncio de Más País?

Verdes Equo ha estado en las tres reuniones que se han celebrado. De hecho, la última, este martes, fue en nuestra sede malagueña. Mi partido se reafirma en la necesidad de participar en este espacio sabiendo del momento político al que nos enfrentamos. La responsabilidad que sentimos hacia las andaluzas y andaluces sigue intacta. Tenemos que seguir trabajando a fin de constatar si este espacio es competitivo o colaborativo. De no serlo, entenderíamos que no es válido ni va a ilusionar a nadie. Intentaremos hasta el último minuto que el resultado de este proceso sea un reflejo de la pluralidad que enriquece y hace de esto un proyecto transversal, superador de partidos. Pero esto no depende solo de nosotros.

¿En qué punto de la hoja de ruta están quince días después?

Acabamos de cerrar los grupos técnicos: organización y finanzas, programa y participación, comunicación y redes, y dirección y estrategia política. Trabajamos con la suposición de un adelanto electoral y elecciones a finales de junio. Lo ideal es estar prevenidos, aunque si son después del verano mejor.

Después del anuncio hubo diferencias con la firmeza que cada grupo le atribuía al acuerdo. Y ahora Más País se ausenta de una reunión y se desmarca del proceso, tal y como se está desarrollando hasta ahora. ¿La confluencia es irreversible?

Estamos en el principio del camino e intentamos que sea para un proyecto superador, transversal y en el que el ecologismo político tenga el protagonismo que buscamos. Necesitamos que esto suponga una forma de hacer distinta, que conlleva mucho consenso y trabajo. Necesitamos que esta vez podamos comunicar algo distinto a la gente, algo que sea capaz de ilusionar. Si vamos a anunciar que esto es una sopa de siglas… Creo que no vamos a tener capacidad de ilusionar si al final termina siendo una Izquierda Unida 3.0, no vamos a convencer a nadie. Es importantísimo que la trayectoria de los partidos, sobre todo de los mayoritarios que tienen más asentamiento, se conjugue con caras nuevas que quieran hacer otro tipo de Andalucía y otro tipo de política.

Más allá de eso: ¿hay alguna posibilidad de que al final cada partido se presente por su cuenta? ¿Hasta qué punto el anuncio del 28 de marzo vincula a los partidos que lo suscribieron?

Nos vincula porque tenemos un sentimiento de responsabilidad que compartimos todos. Estamos allí porque creemos que es la mejor fórmula para evitar otro gobierno de derechas y neoliberal, mucho más conservador que el anterior, porque sabemos que necesitarían a Vox. La población nos está reclamando que nos unamos y hagamos otro tipo de política para enfrentarnos a lo que viene. El informe del IPCC dice que nos quedan ocho años para frenar los efectos de cambio climático: eso son dos legislaturas en Andalucía. O nos ponemos las pilas o lo vamos a pasar realmente mal. Yo no te puedo decir que lo que sienta a otros partidos, pero a nosotros nos sienta es el sentido de responsabilidad con la gente, y que podemos tener un programa y un proyecto capaz de movilizar más allá de lo que seríamos capaces por separado.

¿Por qué a un votante con sensibilidad ecologista esta candidatura tendría que ilusionarle más que una independiente de Verdes Equo?

Por el sistema electoral que hay en Andalucía es mucho más útil que nos sumemos. Nos penaliza ir por separado. Muchas veces compartimos votantes y hay gente que termina tomando una decisión u otra por la utilidad o no de su voto.

La hipótesis del adelanto electoral a junio cada vez cobra más fuerza. El comunicado hacía un llamamiento a organizaciones y a la sociedad civil. ¿Hay tiempo de que ese llamamiento sea efectivo si las elecciones son en junio?

No hay tanto tiempo como el que necesitaríamos, pero sí que hay algunas organizaciones que ya están. Andalucía se encuentra ya está trabajando en esa línea y creo que hay que establecer líneas de comunicación. Si sumamos toda la capacidad que tenemos de llegar a la gente, entre todas las opciones que estaríamos ahí dentro, sí nos daría tiempo porque en un día podemos tener diez reuniones. Es verdad que lo ideal sería que tuviésemos más tiempo para poder cocinar esto a fuego lento, que es como las cosas funcionan bien, sobre todo si queremos basarnos en consenso, que no es tan rápido como hacer votaciones. Pero para que todos nos sintamos ligados al proyecto tenemos que trabajar desde abajo y con los movimientos sociales.

¿Cómo se va a decidir la candidatura y el peso de cada organización?

Yo te puedo decir cómo queremos que sea desde Verde Equo. Creemos que la herramienta para que esto funcione tiene que ser el consenso de los que estemos ahí participando. Ya sabemos lo que son los brazos de madera, porque lo hemos vivido en otras ocasiones. Si volvemos a brazos de madera, con primarias que no sean lo democráticas que creemos que pudieran ser si contásemos con tiempo, y al final esto es producto de una soberanía de unos partidos sobre otros, de una imposición de unos partidos sobre otro, ¿a quién vamos a engañar? La ciudadanía se va a dar cuenta de que esto puede ser más de lo mismo. Y lo que le queremos decir a la ciudadanía es que no todo está perdido, que hay esperanza y que podemos escribir juntos un poquito más bonito para todos.

¿Cree que las primarias son antidemocráticas?

Sabemos que el consenso es una herramienta que asegura que haya más arraigo y que nos sintamos más representados en el proyecto. Si impones votaciones siempre va a haber alguien que no haya votado eso y se sienta desarraigado. La mejor herramienta para el candidato y lista es el consenso. Vamos a ponernos de acuerdo basándonos en otros criterios, con generosidad en criterios de diversidad y de transversalidad, que podamos ver una amalgama distinta a lo que siempre hemos visto.

¿La discusión está entonces en el peso que vaya a tener cada organización en la configuración final de las listas?

No está exactamente ahí. Pero está claro que eso es importante y lo hemos manifestado. Hemos visto que se ha recurrido a políticas verdes solamente para hacer un green washing y teñir de verde algo que no lo es. Para nosotros, la única garantía de que este programa y este proyecto sea ecológicamente transformador es que nosotros estemos, porque somos la garantía de verde, la familia verde del Partido Verde Europeo.

Los partidos que anunciaron la confluencia tienen un peso electoral y una base social muy diferente. No es lo mismo Izquierda Unida que Iniciativa por el Pueblo Andaluz, por ejemplo. ¿Cómo se traslada eso a las candidaturas?

Si al final los partidos mayoritarios imponen a los minoritarios, ¿para qué estamos? En otros comicios hemos regalado nuestro logo, pero después hemos visto que si no estamos representados directamente en la institución, al final los programas se meten en el cajón y solamente se utilizan de manera puntual. Se atrae a ese votante verde que ya cada vez es más mayoritario, porque los efectos del cambio climático cada vez son más tangibles, y en ese momento son verdes, pero luego dejan de serlo. La única garantía de que llevemos a cabo políticas verdes es que estemos Verdes Equo.

¿Si Verdes Equo no va en puestos de salida en las listas, hay un riesgo de que no participe en esta confluencia?

No te puedo contestar yo. La respuesta será tomada en asamblea, en la mesa andaluza. Pero no vamos a hacer lo que en otros comicios, que ha sido quedarnos callados en una esquina y que no nos tomasen en serio. Eso no va a pasar. Se ha acabado ese tiempo en el que somos el sellito ecologista y ahora estamos luchando porque el proyecto sea transversalmente ecologista y para eso tenemos que estar visibles. No sabemos exactamente cómo se va a desarrollar la negociación, pero no vamos a poner el foco ahora mismo solamente en eso, hay muchísimo más que podríamos hablar.

Si va a ser en clave competitiva, nosotros no vamos a participar. Si va en clave cooperativa y de colaboración política, sí. No es solamente: “Si no hay puesto, no estamos”. Es importante porque si no, ¿cómo vamos a desarrollar políticas? Pero hay muchísimo más. Por ejemplo, que en el programa también nos sintamos identificados. Ahí no va a haber ningún problema, porque en lo programático es donde hay menos debate, sobre todo en lo escrito. Después en la realidad vemos como a veces se olvidan, porque a veces entran en conflicto el discurso ecologista con el obrerista. 

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