La caída de la producción, los aranceles de Trump y el almacenamiento fallido de aceite de oliva lastra el sector de cara a 2020

El inicio de 2020 no despierta mucho optimismo entre los productores de aceite de oliva porque su precio es entre un 20% y un 30% más bajo que hace un año. Las medidas adoptadas en la recta final de 2019, consistentes en retirar temporalmente parte del producto del mercado para intentar con ello encarecerlo, no han paliado la situación que parece abocada a corregirse únicamente con una autorregulación obligatoria que esperan que se incluya con la nueva PAC (política agraria común).

De momento, la menor producción prevista en la campaña 2019-2020 puede dar un primer respiro. Se prevé la recogida de 4,8 millones de toneladas de aceituna para molturar u obtener 983.600 toneladas de aceite de oliva, lo que supone casi un tercio menos que la campaña 2018-2019. Puede parecer una bajada muy notable, pero  viene de una producción histórica, y de hecho, si se compara lo previsto con la media de los últimos cinco años, el descenso se reduce un 5%, básicamente por la vecería de los cultivos -bajada de la producción habitual en los olivos tras un año de elevada cosecha- y el déficit hídrico.

En cualquier caso, en unos días se sabrá hasta qué punto se han cumplido estas primeras estimaciones porque el 20 de enero se reúne el sector oleícola de las Cooperativas Agrolimentarias de Andalucía, federación que aglutina prácticamente a la totalidad de las cooperativas de la comunidad autónoma. Para entonces, “ya estará más avanzada la recolección y también se conocerá si se materializa o no la nueva amenaza de EEUU de elevar los aranceles al 100% y hacerlos extensibles también al granel”, explican desde la organización, dispuesta a continuar con las movilizaciones “si las administraciones no se sensibilizan y adoptan medidas eficaces, a la mayor brevedad, que den un vuelco a este desastre de los precios”.

Tres golpes para el olivar

Son, pues, tres golpes hacia el olivar: la caída de la producción, los aranceles de Donald Trump y la incapacidad del almacenamiento privado autorizado por Bruselas a la hora de contener el desplome de los precios. De momento, se han ejecutado dos de las cuatro licitaciones que habrá, sin que se hayan cumplido las expectativas de los productores con esas primeras. Califican de “decepcionante” el resultado después de haberse podido retirar un 10% de la producción con las licitaciones de noviembre y diciembre, por la que sale a subasta el aceite de oliva, y se guarda un máximo de 180 días para sacar a la venta en un momento que se presume más oportuno para el negocio. En concreto, 21.279 toneladas de aceite de oliva retiradas temporalmente del mercado.

El 22 de enero empieza la tercera licitación, a la que seguirá otra el 15 de febrero, y entonces se podrá tener una evaluación del resultado de la medida, pero los productores no tienen muchas esperanzas porque preveían una cantidad 10 veces superior para conseguir reequilibrar la oferta y la demanda. No entiende que el límite fijado por Bruselas para las dos licitaciones hasta el momento sea inferior incluso a lo permitido en 2009 y 2011, cuando se optó por este mecanismo. Especialmente porque el sector se enfrenta a problemas nuevos como la reciente imposición de un 25% de aranceles por parte de Estados Unidos: “Es evidente que esta medida no está a la altura de las necesidades del sector”.

Cristóbal Gallego, presidente del sector oleícola en la federación, urge “la inclusión de la autorregulación obligatoria en la próxima reforma de la PAC”, como ocurre con el vino. Hasta entonces, “la autorregulación voluntaria puede reequilibrar el mercado”. Lo secunda Álvaro Olavarría, director de Oleoestepa, y para quien el resultado del almacenamiento privado en las dos primeras convocatorias no ha sido “el esperado”.

Desde Asociación Española de la Industria y el Comercio Exportador del Aceite de Oliva (Asoliva) exigen la apertura “sin más demora” de una negociación entre la UE y EEUU para lograr una armonización legislativa en materia agrícola. “El sector está luchando con muchas y diversas tensiones: desde la falta de demanda, hasta el cambio climático, pasando por la imposición de aranceles. Necesitamos ser proactivos y presionar”, clama su director gerente, Rafael Pico.

El responsable del sector del aceite en COAG-Andalucía, Juan Luis Ávila, es tajante: “No nos queda otra que tirarnos a la calle para defender nuestros derechos, lo que es justo y de justicia”. En su opinión, serán determinantes para marcar esta agenda de protestas los resultados de las licitaciones de enero y febrero en los que tienen poca confianza porque cree que “la UE ha engañado” a los responsable del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

“Año fatídico”

Desde UPA-Andalucía, que este miércoles ha presentado su balance del año agrario, su secretario general, Miguel Cobos, ha calificado de “fatídico” el ejercicio, entre otras cosas, por la incertidumbre del Brexit, los aranceles de EEUU, y la climatología. “Ha sido un año hidrológico marcado por temperaturas más altas de lo habitual y lluvias muy escasas y mal repartidas”.

Y “el sector más vilipendiado durante la pasada campaña ha sido olivar”, tal y como ha expresado, porque a la reducción de la producción, “se une una grave crisis de precios bajos injustificada, originada por los movimientos especulativos de la gran distribución, generando grandes desigualdades en la cadena de valor y pérdidas de 1.500 millones de euros”.

Precisamente este miércoles se reunía la ministra en funciones de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, con el comisario europeo de Comercio, Phil Hogan, en la sede de la Comisión Europea, y le ha pedido medidas de apoyo para los sectores afectados por los aranceles de EEUU, tanto dentro como fuera de la PAC.  “España seguirá defendiendo la unidad de acción, apoyando a la Comisión Europea en sus gestiones para lograr una solución negociada; esperamos que las reuniones que el comisario mantendrá próximamente con EEUU sean positivas y se pueda avanzar en una solución negociada”, ha expuesto.