Salud mental

Miles de estudiantes salen a la calle en defensa de una salud mental “pública, gratuita y digna para todos”

Sara Rojas

28 de octubre de 2022 18:16 h

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Aulas de institutos y facultades de toda España se han vaciado este jueves para ocupar en su lugar las calles, al grito de “la salud mental es un derecho, no un privilegio”. Movidos por el afán de “denunciar la epidemia de trastornos mentales que sufrimos”, más de millón y medio de jóvenes han secundado la huelga general convocada por el Sindicato de Estudiantes. Y miles de ellos se han sumado a la treintena de manifestaciones que se han celebrado en paralelo por todo el territorio nacional, de norte a sur y de este a oeste, según la propia entidad.

Entre los participantes se encuentra Paula. Es estudiante de primero de bachillerato en Sevilla, está a punto de cumplir 16 años y ha decidido asistir a la movilización junto a sus compañeros del I.E.S Murillo porque “es algo que todos hemos vivido”. Cuenta que a medida que comparten sus experiencias, se dan cuenta de que “no estamos solos” y de que “no nos lo ponen fácil”. “Hay muy poca conciencia”, añade. Se refiere a padres de amigos que no llevan a sus hijos al psicólogo porque minimizan sus problemas o, en otros casos, porque no pueden permitírselo. “Y en la pública con una cita al mes es inviable que avancen”, lamenta esta joven sevillana.

Aun así, la concentración inspiró a Paula esperanza. “Fue muy motivador que hubiese tantos jóvenes apoyando para que el acceso a la salud mental sea público y gratuito”, rememora entusiasmada. “Se notaba que estábamos allí porque teníamos muchas ganas de cambiar las cosas y de concienciar a la sociedad”, dice mientras recuerda cómo la juventud cubrió con un manto de pancartas, proclamas y motivación puntos emblemáticos de la ciudad, como las escaleras de la plaza de la Encarnación.

Precisamente, el Sindicato de Estudiantes valora el encuentro de este jueves como una muestra de “la combatividad y la determinación” de las generaciones jóvenes, que salieron de las aulas para exigir “que se tomen medidas contundentes” en los diferentes ámbitos que afectan a la salud mental. Así lo explica a este diario Carlos Ochoa, portavoz de la organización estudiantil en Sevilla, que señala como principal reclamación “un plan de choque urgente” en educación y sanidad pública, además de mejoras en lo relativo al empleo “porque entendemos - indica Carlos - que la falta de un futuro digno es la causa de esta lacra social”.

La salud mental en cifras

Por eso, durante el acto reivindicativo, los estudiantes lanzaron preguntas impregnadas de sus propias inquietudes: “¿cómo vamos a tener una buena salud mental si ser joven es sinónimo de ser precario, de tener un sueldo miserable o de no podernos independizar por el precio de la vivienda?”. Entroncando así con el dato que subraya la confederación de salud mental de España: entre el 11% y el 27% de los problemas en este ámbito se pueden atribuir a las condiciones de trabajo. Otros de los interrogantes formulados apuntaba a la ratio española de 6 psicólogos por cada 100.000 habitantes. Media que en Andalucía se reduce a la mitad, según detalla la Federación Salud Mental Andalucía (antigua FEAFES), que cifra en 309 el número de psicólogos a enero de 2021 para toda la comunidad.

Durante la jornada de “lucha estudiantil” que se ha llevado a cabo en más de la mitad de las provincias andaluzas (Sevilla, Málaga, Almería, Jaén y Córdoba), junto a otras ciudades de Valencia, Asturias, Galicia y Cataluña, manifestantes como Paula han defendido que “no estamos ante un problema individual”, toda vez que los datos arrojan una radiografía “alarmante”. El suicidio es la primera causa de muerte no natural entre los jóvenes de 24 años y al día 11 personas se quitan la vida en España, según afirma el Sindicato de Estudiantes.

De hecho, estudios elaborados por diferentes entidades ratifican que los trastornos emocionales de la juventud siguen una tendencia que va en aumento. En este sentido, la Fundación ANAR, advierte que la situación se ha visto agravada tras la pandemia. Así, de acuerdo con esta entidad dedicada a la promoción y defensa de los jóvenes en situación de riesgo, la Covid-19 ha acarreado “un alarmante repunte de los problemas de salud mental”. De modo que las peticiones de ayuda que recibió ANAR en 2021 se duplicaron frente al curso anterior. Y de todas ellas, una tercera parte de las consultas (correspondientes a 4.542 menores de edad), estaban relacionadas con ideación suicida, autolesiones o intento de suicidio, según refleja su informe anual.

Asignatura pendiente

Preocupados por este panorama, los estudiantes han salido a la calle para alertar de lo que consideran una “emergencia social sin precedentes”. “Los trastornos de ansiedad y conducta alimentaria, las depresiones, los intentos de suicidio, el consumo disparado de antidepresivos y psicofármacos son nuestro día a día”, deploran desde el sindicato estudiantil, coincidiendo con el diagnóstico de la Fundación ANAR que percibe un “importante aumento” de las consultas sobre “trastornos de alimentación, depresión, baja autoestima o ansiedad”.

Para combatir esta “pandemia silenciosa”, en palabras de la entidad responsable de la huelga, la comunidad de estudiantes ha sumado sus voces para corear consignas como “no hay salud mental con tanta precariedad” o “hablar del suicidio ayuda a prevenirlo”, y pedir que se les escuche. “Muchas veces sentimos que no se tiene en cuenta nuestro punto de vista”, admite Paula en nombre del resto de sus compañeros. Y defiende que en temas como este los jóvenes tienen mucho que aportar, porque es algo que “llevan muy dentro”.

A ojos del sindicato que representa al colectivo estudiantil, la respuesta “masiva” del alumnado ante la convocatoria demuestra que la juventud está unida por un objetivo común: “una salud mental pública, gratuita y digna”. Y para alcanzarla demandan que se invierta en ella un 15% del presupuesto de sanidad, que cesen los “continuos recortes” que lleva sufriendo la educación y sanidad pública, así como que se contraten “miles de psicólogos y psiquiatras en todos los hospitales, colegios y facultades públicos”, a fin de paliar la demora en las listas de espera que arrastra la atención primaria.

“Ante este colapso [de la sanidad], la única solución pasa por ir a la privada y desembolsar centenares de euros por una terapia”, recriminan. Y por eso reclaman que “la salud mental tiene que ser un derecho” y no “un privilegio para quienes se lo puedan pagar”. Por todo ello, desde el sindicato aseguran que “la lucha va a continuar”, pues están convencidos de que la juventud, y así lo demuestran testimonios como el de Paula y sus compañeros que asistieron a la última movilización multitudinaria, “está dispuesta a ganar esta batalla”.

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