Al pensar en la relación que históricamente se ha establecido entre la mujer y el mar, resulta casi inevitable la recurrente figura de la sirena. Esos míticos seres encarnados en voluptuosos y seductores cuerpos femeninos, envueltos a su vez en estereotipados rasgos de dulzura y belleza. Todo un perfecto aderezo que, de manera previsible, termina conduciendo al fatal desenlace: que hasta el más recio de los Ulises acabe perdiendo el norte en pleno océano.
Sin embargo, y aunque no gocen de tan buena reputación, el mar ha contado con una presencia femenina bien distinta, mujeres poderosas que también se hicieron a la mar. Unas, disfrazadas de varón, como es el caso de Jeanne Baret, la primera mujer que, inmersa en una aventura científica, dio la vuelta al mundo embarcada. Otras, a las bravas y armadas con sable y pistola, como las piratas Anne Bonny o Artemisa de Halicarnaso, ponían cuota de género al sangriento mundo de corsarios y bucaneros.
De un pasado a caballo entre la historia y la leyenda a una realidad contundente, la del siglo XXI. Un siglo en el que las mujeres, que han luchado por su espacio, reclaman su presencia en todos los ámbitos, desde el social hasta el profesional, pasando por el político, el institucional, el cultural…
En la actualidad el binomio mujer y mar está inevitablemente vinculado al deporte, entre otros, la vela. En él, aunque de manera muy minoritaria aún, la presencia femenina se va abriendo camino. Y en esta realidad en la que el reconocimiento profesional y social sigue siendo un importante reto nos encontramos con mujeres como Sharon Ferris-Choat. Una deportista, enérgica y competitiva que, lejos de ser un espejismo como el caso de las legendarias sirenas, refleja el hecho firme y sin retorno de los tiempos que atravesamos donde el espacio tradicionalmente reservado para ellos ha de compartirse.
El sexismo en el deporte
Ferris-Choat, de 42 años, nacida en Toronto y residente en Nueva Zelanda, atracaba hace unos días en el Puerto de Sotogrande con motivo de la celebración de la cuarta etapa GC32 Racing Tour. Se trata de una modalidad de regata, conocida como la 'Fórmula 1 de la vela', muy novedosa y espectacular en la que las embarcaciones son capaces de “volar” sobre el agua gracias a unos distintivos “foils” colocados bajo sus cascos.
A Sharon que, lleva casi un año navegando con el GC32, le “encanta” el barco y “la increíble sensación de volar a través del agua”. Para ella formar parte del Thalassa Magenta Racing ha sido determinante para acceder a esta experiencia.
El Thalassa Magenta Racing es una iniciativa de colaboración con el Proyecto Magenta orientada a promover a las mujeres dentro del mundo de la vela. Está inspirado en el éxito a nivel mundial del Equipo SCA, la primera tripulación 100% femenina inscrita en la reconocida Volvo Ocean Race. Un proyecto que abre las puertas a mujeres regatistas profesionales para que puedan competir al más alto nivel. Sin duda se trata de una gran oportunidad y así lo considera Ferris: “Sí, el Thalassa Magenta Racing es un modelo a seguir, algo grande en lo que colaborar y un espacio donde todo el mundo es bienvenido”.
Sharon sabe bien que el sexismo en el deporte no es un tópico sino un hecho claro. Perteneciente a una familia vinculada al mar y a la navegación, asistió a una escuela donde la vela era una asignatura tan importante como cualquier otra, puede decirse que su niñez y su aprendizaje han estado en permanente contacto con el mar. Sin embargo, esto no la ha librado del peso de los roles y estereotipos de género tan arraigados en cualquier sociedad. Sharon apunta las diferencias que se producen sin ir más lejos en el seno familiar. A modo de anécdota refiere que siempre le preguntan a su marido cómo puede dejar que su mujer se vaya a competir mientras él se queda con los niños, cuestión esta que jamás le plantean, por ejemplo, a la pareja de su hermano, también reconocido competidor de vela.
“Cuando alcanzas tu meta merece la pena”
“Las mujeres suelen apoyar a los hombres en el deporte, pero en el caso contrario se necesita una pareja comprensiva, aunque esta realidad está cambiando”. En este sentido la deportista olímpica se siente “afortunada por contar con un hombre así”.
Esta regatista, positiva y dinámica, para la que la igualdad de género es “una cuestión de tiempo y de reivindicación”, se enfrenta próximamente a un emocionante horizonte que podría suponer una puerta profesional, competir con el equipo del Thalassa Magenta Racing en la exigente competición ESS (Extreme Sailing Series).
Sharon Ferris deja un consejo para otras mujeres que se inician en el mundo de la vela: “Navegar con los mejores regatistas para aprender lo máximo y más rápido posible. Hay que disfrutarlo, porque aunque a veces no sea fácil con tantísimo y tan duro trabajo, cuando alcanzas tu meta merece la pena”.