Rocío Ruiz (Huelva, 1967) afronta un 8M distinto, impregnado como todo de pandemia, la misma que invade desde marzo la sociedad y que golpeó y golpea a los sectores más vulnerables de la población. A Andalucía llegó esa nueva precariedad cuando “soportábamos ya una pobreza estructural de tres millones de personas”, lamenta la consejera de Igualdad de la Junta. Con la Ley Trans en el debate nacional, Ruiz presume de “feminismo inclusivo” e insiste en que a ella no le borran las mujeres trans. “Una persona trans no es trans por capricho”, defiende. Eso sí, no se moja con su futuro en Ciudadanos y tira de la frase atribuida a Jordi Pujol ('Avui, això no toca') para evitar hablar de una posible candidatura alternativa a Juan Marín. “No es el momento”, señala con suspense. Respecto a Vox, el partido que sigue sustentando el Gobierno de la Junta del que forma parte, defiende la creación hace unos meses del Teléfono de Violencia Intrafamiliar que les propuso la extrema derecha, pero matiza: “Si Vox no entiende el concepto de violencia machista, es libre de pensar lo que quiera. Yo lo tengo claro”.
¿Está de acuerdo con las críticas a las movilizaciones del 8M?
Creo que, dadas las circunstancias actuales, y con el daño que ha causado la pandemia, por responsabilidad y coherencia las reivindicaciones este año tienen que ser de forma diferente. No llenar las calles no significa dejar de lado nuestro compromiso en la defensa de la mujer. Nosotras vivimos el feminismo los 365 días del año, y creemos que se tiene que trabajar por la igualdad todos los días del año, con medidas y políticas concretas.
Es cierto que en esta ocasión es más necesario que nunca que nuestra voz se oiga porque los derechos de la mujer se están viendo zarandeados por los efectos del covid, pero cuando tenemos por ejemplo a tantas y tantas mujeres empresarias que están viendo sus negocios cerrados a las 18 horas, ahora con un poco más de margen pero todavía con importantes restricciones de público, no consideramos que sea necesaria una manifestación con 500 personas.
Como máxima representante de las políticas de la mujer en Andalucía, ¿le parece normal que por primera vez en 30 años de las Medallas de Andalucía no haya habido distinción alguna para una mujer a título individual?
Creo que no le quita mérito ni reconocimiento al colectivo. Porque, además, este año ha sido especialmente difícil al haber sido tantísimos colectivos los que han trabajado especialmente durante la pandemia y era difícil elegir. Yo creo que no quita ningún mérito y capacidad. Nosotros ahora también tenemos unos premios muy especiales para las mujeres, que son los premios Meridiana. También Ana Bella tuvo la medalla el año pasado, una mujer superviviente y símbolo de la lucha contra la violencia machista. No podemos entrar en eso. Está este año el reconocimiento al colectivo de las mujeres empresarias de Medio Ambiente, y en otros premios colectivos como las autónomas o la lucha contra el cáncer, que están representados por mujeres también. O las Hermanas Oblatas, mujeres que hacen una labor fundamental por las víctimas de trata. Las mujeres están reconocidas. Lo importante ahora es el reconocimiento de todas estas personas y entidades que tienen que estar ahí como símbolo de la Andalucía que avanza de la mano de todos, colaborativamente.
La presidenta del Parlamento, Marta Bosquet, de Ciudadanos como usted, dijo recientemente en 7TV que aceptaría que Vox, hipotéticamente tras las próximas elecciones, le diera el poder de gobernar y gestionar. ¿Está de acuerdo en tener el apoyo de un partido que batalla contra las leyes de igualdad y lucha contra lo que llama “ideología de género”?
Actualmente estamos gobernando Andalucía con el PP, y el partido que apoyó esa gobernabilidad no está en el Gobierno, en contra de lo que muchas veces se dice, y eso es absolutamente diferente a que esté en la Junta. Estamos en un momento en el que se realizan coaliciones, donde las mayorías absolutas pasaron a la historia. Lo importante son las medidas, las políticas públicas que se realizan, que sean realmente transformadoras, que abandonen la corrupción a la que nos tenía acostumbrado el PSOE de Andalucía, por ejemplo, o el PP en otras comunidades, y abandonar el frentismo, el bipartidismo.
¿Y qué papel juega Ciudadanos?
Ciudadanos ha aportado poder hacer pactos de gobierno y unos gobiernos moderados, de centro, regeneracionistas y sin corrupción. Ese es el avance, y hacer políticas progresistas en lo social, como ha aportado Ciudadanos al Gobierno de Andalucía, liberales en lo económico y que aporta esa parte moderada, de centro, moderna, para cualquier gobierno, sea con el PP o con el PSOE.
Pero lo que su compañera de partido defendía era que Ciudadanos pudiera seguir en el Gobierno con el apoyo de Vox.
Pero no con Vox en el Gobierno. El apoyo para los presupuestos, puntualmente, también lo tenemos ahora, o para muchos decretos. También Vox ha apoyado al Gobierno de Sánchez, a nivel nacional, para los fondos europeos. Se llaman apoyos, no gobiernos.
¿Cómo le sonaría una fusión con el PP, como en Euskadi, de cara a unas próximas elecciones en Andalucía?
Ciudadanos llegó al panorama nacional como partido, como una plataforma de la propia ciudadanía, para romper precisamente el frentismo y el bipartidismo al que estábamos abocados, y también luchar contra la corrupción buscando una regeneración de la política que tanta desafección había creado. Tenemos mucho que aportar como un partido único, diferente e imprescindible para formar gobiernos, para realmente llevar a los partidos tradicionales a que no se repitan esos vicios de la vieja política que ya todos conocemos, desgraciadamente, y porque creemos que podemos seguir gobernando como Ciudadanos. Es fundamental. Además, es el partido que empezó a hablar realmente de las familias, de los autónomos, de proteger a las pymes, con medidas económicas muy progresistas, muy fundamentadas, liberales, y que tenemos además nuestro espacio en Europa importantísimo. Nos vamos a fortalecer. Ha habido una situación difícil después de las elecciones nacionales, de que nuestro líder se retirara, pero creo que lo vamos a afrontar y tenemos que devolver la ilusión a todos los votantes, que vuelvan a confiar, que Ciudadanos sea un partido imprescindible para formar gobierno realmente de centro y moderados.
¿Con qué partido cree que se sentiría usted más cómoda, con PP o con PSOE?
En el Gobierno de Andalucía me siento muy cómoda. Hemos hecho un Gobierno muy sólido y creo que estamos haciendo política ante la situación tan difícil que nos ha tocado de una forma realmente razonablemente satisfactoria. Y yo estoy haciendo todas las políticas en esta Consejería que consideramos convenientes de Ciudadanos, con un pacto de Gobierno donde el 98% eran políticas de Ciudadanos. Por lo tanto, estoy muy cómoda. Las condiciones de Ciudadanos para conformar Gobierno están muy claras: tolerancia cero a la corrupción, regeneración, políticas progresistas en lo social, apoyo económico al autónomo, a las pymes, y trabajar desde el consenso y el pacto. En eso nos encontrará cualquier partido que quiera formar gobierno con nosotros.
En Ciudadanos tenemos muy claro que Inés Arrimadas es, sin duda, nuestra líder
Parece que sus objetivos están claros pero las encuestas y los resultados en Catalunya dicen que el apoyo de la población a su partido es cada vez menor. ¿Deben ustedes resituarse políticamente o con la señora Arrimadas al frente pueden volver a ganarse la confianza de la ciudadanía?
Nosotros estamos ahora mismo en un proceso de reflexión, de autocrítica, de lo que hay que hacer después de esta elecciones. Evidentemente tenemos que hablar, evaluar y analizar en qué nos hemos podido equivocar y cómo podemos solventarlo y recuperar, como digo, esa ilusión. Pero tenemos muy claro que Inés Arrimadas es nuestra presidenta, sin lugar a dudas, nuestra líder. Y además, creo, que la política que ha estado haciendo y los posicionamientos que ha estado haciendo desde que ha llegado a la presidencia del partido y desde el Congreso, están completamente clarísimos. Es la mejor valorada como líder, a nivel nacional, en las encuestas. Y yo creo que lo que se le ha valorado es ese posicionamiento, que ha sido el que hablábamos antes: venimos a pactar, a hacer políticas públicas con diferentes partidos. Cuando había que ser responsable y alargar el estado de alarma, ahí estuvimos los primeros, tendiendo la mano en políticas, por supuesto, razonables. No vamos a estar nunca en el reparto de los jueces, ni vamos a estar nunca en que no haya un control por parte del gobierno, ni que no vaya al Parlamento a dar respuesta, ni otras muchas cuestiones que no nos gustan. Pero en eso es donde está situada Inés Arrimadas como presidenta y tiene nuestro apoyo total como líder. Creo que ha demostrado claramente cuál es el camino de Ciudadanos.
¿Qué tiene preparado la Junta de Andalucía de cara al 8M?
Queremos avanzar en la igualdad. Lo más importante, aparte de este mes, que va a ser de muchísimas actividades, es que vamos a buscar la unión, que es lo que nosotros pretendemos, con un feminismo inclusivo de hombres y mujeres, donde cabemos todos los que luchamos firmemente por la igualdad, no en el feminismo excluyente. El feminismo que proclamamos en el Gobierno de la Junta, inspirado por esta Consejería, es el de la lucha por la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. Y, por supuesto, contra la violencia machista. Pero no ese feminismo excluyente, que ha excluido muchas veces a los hombres, que los ha demonizado, o el feminismo histórico, que actualmente excluye a mucha parte del feminismo y que está llevando a la división, al enfrentamiento, que no entiende que las mujeres trans son mujeres y también tienen derecho a ser feministas. A mí no me borran las mujeres trans. No creemos en ese feminismo, sino en el inclusivo, de todos y todas. Si hay algo en lo que tenemos que estar unidos es en la lucha de la igualdad y contra la violencia machista.
¿No cree que haya actualmente un consenso real en torno a la igualdad? ¿O cree que hay algunos temas que generan conflicto?
No se entiende que quieran llevarlo a ideología, o que ciertos partidos hayan pensado que la bandera del feminismo y de la igualdad eran patrimonio de ciertas ideologías o de ciertos partidos. Creo que eso es un error completamente, porque así no se consiguen avances por la igualdad. Desde que llegamos a esta Consejería dijimos que se habían hecho avances, por supuesto, pero también había muchísimo margen de mejora y que quedaba muchísimo por hacer. Y lo hemos demostrado con hechos, no con eslóganes, ni con palabras, ni queriendo apoderarnos de la bandera del feminismo, sino siempre tendiendo la mano a todas las asociaciones feministas, aumentando las subvenciones, etc.. Hemos casi triplicado las ayudas del Instituto Andaluz de la Mujer para asociaciones, para mujeres en exclusión, para atención a las víctimas. Hemos blindado un instituto que decían que iba a desaparecer, aumentando su presupuesto hasta más de 44,2 millones.
Si hay algo en lo que tenemos que estar unidos es en la lucha de la igualdad y contra la violencia machista
¿También han creado el teléfono de violencia intrafamiliar que les pedía Vox?
Le doy un dato absolutamente clarificante, que es la gran metáfora de lo que decían que íbamos a acabar y no hemos acabado: el Teléfono de Información a la Mujer y de Violencia de Género, que es el 900200999, que decían que íbamos a acabar con él, que lo íbamos a sustituir por ese otro teléfono, que son dos violencias completamente distintas, no solamente no ha desaparecido sino que hemos aumentado por diez el presupuesto. Y lo quiero decir claramente: cuando llegamos nos encontramos que no estaba cumpliendo con la labor fundamental que se le requiere, porque era un teléfono de derivación de Salud Responde que tenía un presupuesto de 100.000 euros. Actualmente es un teléfono de información amplio, con un millón de euros de inversión y con contratación directa de personal especializado en el ámbito jurídico, psicológico y de trabajo social que atiende directamente a las víctimas. Hemos duplicado el personal también de las casas de acogida y ha aumentado más de un 7% el presupuesto.
¿Qué le diría a las miles de personas que hace poco más de dos años se concentraron en el Parlamento por su pacto con la extrema derecha?
Los hechos que les he enumerado son aplastantes. No tenía fundamento la forma en la que nos recibieron rodeando el Parlamento diciendo que íbamos a acabar con las políticas de igualdad o las políticas LGTBI. Ya me han dado tres premios LGTBI porque simplemente he hablado de derechos humanos, de las personas, del colectivo que tiene derecho a vivir, a sentir, a amar a quien quiera y que los respetemos. Que a mí no me borran las mujeres trans, que tienen derecho a su vida y que tenemos que, desde la política pública, luchar por sus derechos.
Ha dicho ya un par de veces en esta entrevista que a usted no le borra una mujer trans. ¿Qué quiere decir exactamente? ¿Por qué cree que el Gobierno de España no termina de llevar al Consejo de Ministros la Ley Trans?
Hay un sector del PSOE, del feminismo histórico, que comenta que está en contra de cualquier Ley Trans, cuando nosotros tenemos una en Andalucía, bastante progresista, que por cierto la hicieron todos los grupos políticos en aquel momento. Ahora están en esa confrontación con sus socios de gobierno, con el Ministerio de Igualdad de la señora Montero, y no quieren progresar en la atención de los derechos de las personas trans, y hablan de que si una persona trans dice que es mujer nos borra a nosotras como mujeres y nos quita nuestros derechos. Eso es transfobia, y no es cierto. Y una persona del colectivo LGTBI o una persona trans no es trans por capricho, ni de un día para otro. Son historias muy difíciles, que sufren niños y niñas trans, y sus familias, que tenemos que cuidarlos, atenderlos con todos nuestros recursos y no se puede banalizar de esa manera.
Volviendo al Teléfono de Violencia Intrafamiliar, su puesta en marcha parte de un partido que, paralelamente, desarrolla una política negacionista contra la violencia de género.
Desde el primer momento yo he sido muy clara con el grupo parlamentario Vox. Les dije que aceptábamos propuestas, y es cierto que existe la violencia intrafamiliar. No lo digo yo, lo dice la fiscal general de Andalucía en su informe al Parlamento de Andalucía, en el que habla claramente de la violencia de género, donde se han incrementado un 25% las denuncias, y habla también de un aumento exponencial de la violencia intrafamiliar, que está regulada en el Código Penal, dentro de los miembros de una familia, que no tiene nada que ver con la violencia machista, evidentemente.
Si ese concepto no lo entiende Vox, bueno, pues es libre de pensar lo que quiera. Yo lo tengo muy claro y, como ya he dicho, el Teléfono de Información a la Mujer ha multiplicado por diez su presupuesto. Y el de intrafamiliar pues, evidentemente, podía ser un recurso que podía servir a muchísimas familias. Pero no solamente ese recurso, porque nosotros lo atendemos y lo derivamos a entidades y asociaciones que están especializadas en violencia entre los miembros de la familia, en conflictividad, sobre todo en violencia filioparental, de padres a hijos, que ha tenido un incremento muy importante en denuncias y que es una violencia que está muy invisibilizada porque normalmente los padres no suelen denunciar a sus hijos. Lo que hay que aclarar es lo que significa cada violencia. Si ellos quieren confundir, nosotros no estamos en esa labor porque tenemos muy claro cuál es cada una.
No creemos en planes de choque ni en titulares facilones para luchar con algo tan grave como la pobreza estructural de Andalucía
¿Tiene algún plan especial su Consejería para paliar la situación límite, sobre todo a nivel de empleo, en que pudieran quedar las entidades y colectivos sociales de Andalucía tras la actual pandemia?
Nosotros trabajamos muchísimo con el Tercer Sector. Cuando algunos partidos políticos hablan de privatizaciones me resulta muy curioso, puesto que en Andalucía, por ejemplo, de las 1.107 residencias, tanto de personas mayores como discapacidad, solamente 14 son residencias públicas. No sé en qué consiste el sistema público según lo entendía el socialismo, pero evidentemente eso no es un sistema público y eso es lo que nos encontramos. El resto está mediante conciertos con entidades, asociaciones. De hecho, en el ámbito de la discapacidad, afortunadamente la mayoría de asociaciones son sin ánimo de lucro y han creado una red de centros que han podido realmente apoyar a estas personas, a la que nosotros apoyamos con conciertos tanto para personas mayores como para personas con discapacidad. En los cuatro años de la legislatura anterior fueron 230 plazas las que se concertaron con centros y en estos dos años son 765 las que hemos concertado.
¿Y la eterna falta de financiación para la Ley de Dependencia?
Exponencialmente ha habido un aumento en los recursos para personas dependientes enorme, con un incremento de casi 200 millones más en atención a dependencia. El presupuesto 2021 es un presupuesto muy importante, con 1.609 millones para dependencia, y seguimos soportando el 82% de la financiación. Yo siempre digo que, si nosotros aportamos esos 1.600 millones y llegáramos al 50% que realmente estipulaba la Ley de Dependencia, se acabaría la lista de espera. Esa es la realidad. Aquí hay un problema de financiación y de equilibrio entre ambas administraciones, la central y la autonómica.
¿Considera que su Consejería ha estado a la altura de las circunstancias cuando golpeó el estado de alarma a los sectores más vulnerables?
Al principio de todos los primeros meses de la pandemia movilizamos más de 100 millones en situaciones de emergencia, donde personas que tenían su trabajo o que tuvieron que cerrar sus negocios se encontraban sin nada. Era una nueva pobreza que llegó de pronto. Movilizamos, a través sobre todo de subvenciones a entidades, para que no le faltara a nadie las necesidades básicas. 24 millones para tarjetas monedero para llenar la cesta de la compra. Sabíamos que en los bancos de alimentos estaban quedándose sin nada y que había muchísimas personas que necesitaban: hubo cinco millones para el banco de alimentos, o dos millones para Cáritas, para el pago del alquiler, de luz, de material escolar, o de 300 plazas para personas sin hogar con la Red de Lucha contra la Pobreza. Además de esa nueva pobreza, de esa acentuación de la desigualdad y de la precariedad con la pandemia, en Andalucía soportábamos ya una pobreza estructural de tres millones de personas. Una pobreza heredada, de padres a hijos, que es difícil combatir, y para los que estamos creando una estrategia a medio plazo. Nosotros no creemos en los planes de choque para problemas tan graves y estructurales que no son coyunturales, ni creemos en planes de choque ni en titulares facilones para luchar con algo tan grave como la pobreza estructural de Andalucía.
Tengo a tres millones de andaluces en situación de pobreza que necesitan mi ayuda y no estoy en el momento ahora mismo de elecciones a primarias
Volviendo a cuestiones más políticas. Juan Marín ha anunciado con dos años de antelación que volverá a presentarse a las primarias para ser candidato de Ciudadanos a las andaluzas. Todo el mundo la menciona a usted como candidata alternativa, ¿quiere anunciar su candidatura hoy aquí?
El momento en el que nos encontramos es en el que nos encontramos. Nosotros no estamos en campaña, en primarias. No es el momento. Como además lo dijo claramente nuestra presidenta, Inés Arrimadas, ahora mismo estamos para seguir salvando vidas. Seguimos con un nivel de contagios todavía alarmante. Como le he dicho antes, tengo a tres millones de andaluces en situación de pobreza, que necesitan mi ayuda y no estoy en el momento ahora mismo de elecciones a primarias. Lo que sí quiero señalar es que para mí lo más importante es que este partido sí tiene primarias, que es muy importante ese valor democrático, porque las bases son fundamentales.
Este partido sin las bases, sin el equipo que al final formamos en una campaña que yo viví en ese año, de personas que están ahí apoyándote, montando carpas y yendo a cada rincón de cada provincia. Los militantes y las bases son lo que tenemos que apoyar, tenemos que estar con ellos, escucharlos. Yo me reúno con todos los concejales para resolver dudas, para apoyarlos en cada ayuntamiento en el que que están en la primera línea de batalla. Ellos serán los que tendrán la última palabra cuando haya unas primarias y cuando toque. [Silencio] Eso es lo que hay [Risas.]
¿Qué relación política tiene con Susana Díaz? La líder del PSOE andaluz tiene todos los puentes rotos para volver a entenderse con Juan Marín. ¿Y con usted? ¿Es posible ese acercamiento?
Como le he dicho antes, soy una persona de consenso y de diálogo, y la verdad que tengo muy buenas relaciones con todos lo partidos que están representados en el Parlamento. Ahora estamos negociando un proyecto de Ley de la Infancia que vamos a llevar al Parlamento próximamente, después de 22 años, que es absolutamente necesario actualizar y renovar. Ahí en el diálogo nos van a encontrar siempre, y donde yo encuentro realmente ese apoyo es en las políticas sociales, cuando abandonan la vía del enfrentamiento, de patrimonializar la bandera de la igualdad, y les he ofrecido siempre la mano porque estamos en la misma senda; hemos encontrado muchas vías de comunicación y de apertura. Siempre voy a estar abierta a cualquier partido político que luche realmente por las políticas sociales de igualdad. Siempre me van a encontrar. Soy una persona dialogante, así que seguimos avanzando. Es que la política real, actual y de este siglo, y lo que necesitan ahora mismo los ciudadanos, además en un momento de crisis sanitaria y social, es que los políticos sepamos sentarnos a hablar y a llegar a mejorar la vida.
No ha querido entrar a valorar directamente ninguna cuestión sobre su persona y el futuro de su partido en Andalucía...
La política ficción no sirve. La política está en un entorno tan volátil, de incertidumbre, a la que nos ha llevado la propia situación social. Para nosotros era inimaginable lo que nos ha pasado en este año y cómo ha cambiado todo. Estábamos en Andalucía haciendo proyectos de inversión, con un avance económico sin precedentes. Nos daba los datos el consejero de Economía de que iba todo muy bien, disminuyendo el paro, etc. Y de pronto nos encontramos esto. ¿Para qué vamos a hablar de política ficción? Vamos a ir construyendo poco a poco todo juntos, saliendo de esta situación que lo más importante y si lo podemos hacer con todos los grupos políticos aprobando decretos y leyes en el Parlamento que van a ser útiles para los ciudadanos, que es lo que esperan de nosotros en este momento, a mí me van a encontrar y yo me voy a sentar absolutamente con todo el mundo.
Por último, ¿cree que la reciente decisión de la Mesa del Parlamento de retirar las banderas LGTBI, trans y Falange de algún modo las equipara?
Realmente no sé cómo es la normativa del Parlamento, si se refiere a lugares comunes donde, al compartirse, se tienen que respetar unos espacios. Pero, en cuanto a la simbología, evidentemente no es comparable la bandera de la Falange con unas banderas que luchan por los derechos humanos de las personas. No tiene ni punto de comparación.
¿No está de acuerdo entonces?
No sé si la decisión ha sido por la propia normativa del Parlamento, pero comparar una bandera de Falange con una bandera que proclama derechos humanos de personas como las personas trans o personas LGTBI, evidentemente, a nivel ideológico, no tiene nada que ver. Ya le digo, no sé si realmente existe una normativa en el Parlamento, porque la orden la dictó el letrado mayor, con lo que ahí habría que respetar también la normativa de los diferentes estamentos y ahí no voy a entrar. Si hay que quitarlo, pues se quita todo.