La celebración el pasado 26 y 27 de octubre en Melilla de la asamblea extraordinaria de la federación Andalucía Acoge sirvió para reafirmar el compromiso de todas con la construcción conjunta de convivencia desde la diversidad y la reivindicación a la administración pública en su responsabilidad en hacerlo, generando políticas de igualdad de derechos.
Bajo el lema ‘Diversidad que nos une, solidaridad que nos fortalece’, el encuentro mantenido sirvió además para acompañar a la asociación Melilla Acoge en la celebración de su 30 aniversario, que se centró especialmente en la noche del viernes 25, donde se reunieron voluntariado y equipo técnico de la asociación, así como instituciones y representantes locales. Se realizó además un reconocimiento a personas voluntarias que muestran su compromiso con la entidad desde hace años.
El encuentro en Melilla sirvió también para que durante todo el fin de semana se realizaran diferentes visitas a espacios representativos del territorio para conocer un poco más de cerca la realidad de la Ciudad Autónoma. Tras los actos propios de la asamblea, llegó uno de los platos fuertes, en un acto público en el que se salió a la calle bajo la pancarta ‘Caminos seguros para las personas migrantes’ con la que se denunció la realidad de la Frontera Sur.
Un manifiesto que protesta, propone y apuesta
Como cierre del acto, el presidente de la federación, Jesús García Grijalbo, leyó el manifiesto en el que se puso el acento, por un lado, en el número de muertes de la Frontera Sur del país por la falta de vías legales y seguras, entre otras razones. Por otro, apuntó hacia la actual coyuntura política con la implementación de un Pacto Europeo de Migración y Asilo del que como parte de la sociedad civil se sigue pendiente para que suponga un avance de derechos y no una política de elevación de muros.
Por este motivo, desde Andalucía Acoge y las asociaciones federadas, se realizaron una serie de propuestas a las administraciones públicas para cambiar esta realidad:
· Que se establezca un modelo económico mundial que no condene a la pobreza a millones de personas del sur global.
· Que se establezcan caminos migratorios seguros y legales que garanticen el derecho a la vida de todas las personas que migran.
· Una gestión responsable de las fronteras, que no puede delegarse a terceros países que perpetúan violaciones de derechos humanos e incrementan la mortalidad en rutas migratorias peligrosas.
· Una política migratoria que priorice la dignidad de las personas y ofrezca especial protección a los colectivos vulnerables, como mujeres, menores con o sin referentes familiares, personas víctimas de trata y personas LGTBIQ+, entre otras, quienes enfrentan riesgos adicionales durante su proceso migratorio. La incorporación de estas personas a la sociedad contribuiría sin duda a la generación de un bien común para todos y todas.
Por último, reforzando también el lema de la asamblea, que mira hacia un modelo de convivencia diversa y solidaria, también se realizó la apuesta por:
· Trabajar en el fomento de comunidades diversas, inclusivas y acogedoras, donde todas las voces seamos escuchadas y valoradas en igualdad de condiciones, asumiendo que la diversidad construye sociedades más ricas, plurales y valiosas.
· Promocionar la solidaridad, la creación de redes de apoyo y la generación de alianzas a todos los niveles, porque hacerlo nos fortalece como comunidad y define un camino conjunto de convivencia.
· Y, por último, reivindicar responsabilidad a las administraciones públicas en generar un espacio de igualdad de derechos y promoción de la convivencia a través de políticas públicas que las potencien.
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