ENTREVISTA
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Secretaria general de CCOO Andalucía
Nuria López: “La izquierda debe dejar las guerras frías; necesitamos una alternativa a las políticas dañinas en Andalucía”

Con “la misma ilusión o más”, Nuria López (Écija, 1978) afronta su tercer mandato al frente de Comisiones Obreras en Andalucía ocho años después de cogerle el relevo a Paco Carbonero. Aquella abogada criada en el ladrillo se ha quitado las gafas y aspira a que el PP se quite las suyas “de mayoría absoluta” para dar cabida a las propuestas de su sindicato, acordadas en un histórico pacto en 2023 junto a UGT y a la patronal andaluza.
López repite en esta entrevista que hay que repartir la riqueza y los beneficios que obtienen las empresas con la mano de obra trabajadora. Quiere “hacer sindicato”, quiere que la Junta deje de imponer sus políticas y ha querido seguir al frente de CCOO de nuevo pero “como si fuera la primera vez”. Así se siente y así atiende a elDiario.es Andalucía, con un café, justo en la mañana después de ser reelegida secretaria general. Una secretaria general joven pero con notable experiencia y a la que le tiembla la voz, como solo emocionan las primeras veces aunque no lo sea, por el “chorro de fuerza” que dice sentir al recibir otra vez el apoyo de sus delegados y delegadas.
¿Qué objetivos se marca en su nuevo y último mandato por otros cuatro años?
En un contexto donde nos quieren hacer ver que hay tantas inseguridades, tantas incertidumbres, donde el poder quiere acumular fortuna a base de destrozar lo que hemos construido a lo largo de los años, no solamente en España sino en Europa, el sindicato lo primero que va a hacer es reafirmar su compromiso con la democracia, con los valores de la paz, de la igualdad, de la solidaridad, del progreso y de la diversidad, y de que crear riqueza se puede hacer de una manera distinta sin que nos salga tan caro a los trabajadores y a las trabajadoras.
El mundo ha cambiado con las tecnologías y con la digitalización, y lo que queremos es que ese futuro que se está creando vaya al orden que los trabajadores y trabajadoras necesitamos. Y necesitamos un futuro con muchas esperanzas, pero las esperanzas y las alternativas tienen que ser posibles y reales, y queremos hacerlo desde lo cotidiano.
¿Cómo?
Pues haciendo que las condiciones laborales mejoren con más salario, con mejoras en la negociación colectiva y participando en la organización de los ritmos de trabajo. Hay nuevos sistemas, nuevas maquinarias y nuevas formas de producir que se han incorporado durante este tiempo que la empresa sólo utiliza para exprimir todavía más al trabajador, aumentando la productividad a base de conseguir objetivos con rapidez pero que la persona trabajadora paga con mayor siniestralidad, mayores problemas de salud mental por estrés, por agotamiento y por ansiedad. Al final, la riqueza que se crea la pagamos los trabajadores y lo que queremos es repartir la riqueza, y eso se hace a través del convenio colectivo y de una cosa que nosotros llamamos seguridad laboral: que la gente tenga esa certeza en su puesto de trabajo es lo que permite crecer, no solamente a la persona sino también al país. Y lo estamos viendo: cuando los contratos indefinidos están aumentando, el país va mucho mejor cuando hay menos siniestralidad. Primero está la vida de las personas y después está que la empresa sea mucho más rentable productivamente.
¿De qué manera lo plantea?
Tenemos que hablar del futuro, de la igualdad de oportunidades, de la conciliación, y eso pasa por que la reducción de la jornada laboral se haga realidad lo antes posible. Si las empresas producen más en menos tiempo y venden más, y hay por tanto mayores beneficios, pues hay que repartirlo, tanto en mejoras de las condiciones y de salarios como en el tiempo para la vida. Porque después de la pandemia una cosa tenemos clara: el tiempo es finito y la vida se va. Y el tiempo es nuestro y no es recuperable cuando se pierde. Por eso estamos reclamando esa reducción de la jornada, porque la gente tiene derecho a disfrutar de su tiempo, con su familia, con sus amigos. Y el capital es listo y no quiere que tengamos tiempo para organizarnos, para estar en nuestros barrios, haciendo comunidad, para mejorar con nuestros vecinos, para participar en el sindicato o en la política y generar sociedad.
¿Qué otras reivindicaciones laborales están entre sus prioridades?
Creemos que en este país hay que cambiar esa cultura empresarial del despido rápido. Que se reforme el despido, para que no sea fácil y gratis, y para que la espada de Damocles no esté siempre sobre el trabajador. Y luego también el contrato a tiempo parcial, que en Andalucía está siendo utilizado por las empresas como fraude, asimilándose al contrato de obra con el que le dan la vuelta a la reforma laboral, y que necesita una reforma. Y por supuesto, también, el Gobierno de España tiene que ser valiente porque no puede ser que todavía tengamos la ley mordaza, porque defender los derechos no es un delito.
¿Qué le pide al Gobierno de España en estos momentos?
El Gobierno de España ha sido sensible con las reivindicaciones del mundo del trabajo pero hay que dar un paso más en esa construcción de futuro. Hay que equilibrar las reglas del juego y la balanza. Las empresas están ganando mucho dinero, están obteniendo muchos beneficios, y eso hay que repartirlo. Y eso se llama servicios públicos y que quien más tiene pague más impuestos. Y eso también se llaman impuestos a la gran banca y a los ricos y a las fortunas que hay en este país. Y, después del apagón, quizás el Gobierno de España tiene que ver que hay que recuperar una parte de las infraestructuras esenciales de este país.
¿A qué se refiere en concreto?
Igual que se privatizó la red pública, quizás haya que recuperar una parte importante de aquello que cohesiona y que vertebra el país, desde infraestructuras públicas hasta instrumentos que hoy son importantes, por ejemplo la protección de los datos de los ciudadanos, no solamente con leyes sino con instituciones públicas que nos protejan del desfalco que hacen las empresas de nuestra privacidad.
Nosotros le pedimos al Gobierno que sea valiente. ¿Por qué no una banca pública en este país que gestione todos los fondos europeos? ¿Quién dice que la banca pública no puede permitir créditos a las familias obreras y trabajadoras para acceder a la vivienda pública, que es otro de los grandes problemas de este país? La vivienda es un agujero negro por el que se traga las rentas de las familias y las mejoras que hemos conseguido (subida del salario mínimo, de los salarios, de las pensiones). ¿Por qué no podemos hablar de eso en este país desde debates serios?
Hay debates que hay que volver a recuperar porque la gente normal y corriente, los trabajadores, las trabajadoras, los pequeños empresarios y los autónomos, estamos en la teoría esa de que queremos construir un futuro mejor y en equilibrio. Mientras los demás no llegamos a final de mes y trabajamos muchísimo y hay un aumento de la productividad, se están concentrando las fortunas en pocas manos de este país. Nosotros sabemos que el futuro es mañana pero se escribe hoy, y por eso le queremos hacer al Gobierno ese emplazamiento a esa valentía porque hoy se crea la sociedad del futuro, el empleo para los jóvenes, los nuevos nichos de trabajo, las nuevas estructuras sociales, el modelo social. Hay más recursos que nunca y por eso tiene el Gobierno que orientarlo hacia esa posibilidad.
Hay que recordar que hay gobiernos que han caído por el problema sanitario, y en Andalucía especialmente tenemos ejemplos. Bueno, pues que apunte el Gobierno andaluz, porque con la salud no se juega
¿Con un refuerzo de los servicios públicos?
Reforzando nuestros servicios públicos -la sanidad, la educación, la dependencia- pero también todo el sector de los cuidados. Porque hay una crisis demográfica que va a estar ahí al final de la etapa del baby boom. Y claro que hacen falta personas migrantes en este país. De hecho, ya están aquí, y son nuestros vecinos, nuestros compañeros de trabajo, y hay que erradicar la cultura del odio que está instalando la extrema derecha con bulos y mentiras, y con una doble moral, porque después los tienen en sus casas trabajando o en sus empresas para que generen riqueza. No quieren que las personas inmigrantes sean lo que son, seres humanos, sino que lo que quieren son mano de obra barata, quieren mercancía que, si se estropea, puedan devolverla a sus países.
Andalucía es gran demandante de muchas de las políticas sociales del Gobierno central que ya hemos comentado: aumento del salario mínimo, pensiones, reducción de la jornada laboral, etc. Pero no parece que el eje político de Andalucía esté ya en el centroizquierda. ¿Usted qué cree?
Nosotros tenemos una importante red de delegados y delegadas de personas afiliadas a Comisiones Obreras en todos los sectores, en todas las provincias, incluso en muchas profesiones nuevas que han surgido. Y detectamos una cosa en Andalucía, que es de las comunidades más beneficiadas por todas esas cosas que hemos dicho y por otras muchas cosas más que hemos conseguido. Sin embargo, hay una percepción generalizada de que no terminamos de despegar, además hemos partido de salarios más bajos frente a la subida de precios y de la inflación. Y es que hay unas políticas por parte del Gobierno de la Junta de Andalucía, que ha trazado una hoja de ruta ideológica, no de centro, no es moderado, no es equilibrio. Su hoja de ruta es a favor de una parte, porque se sienta con los empresarios en muchas consejerías que dictan las leyes, unas leyes desequilibradas.
Esa es una acusación muy grave, ¿no cree?
A nosotros nos hubiera gustado que las cosas fueran distintas. Nosotros creemos que hay una hoja de ruta que firmamos con el Gobierno andaluz, después de mucha presión y mucha negociación, porque el Gobierno andaluz se quería escaquear de poner recursos en la crisis de la inflación, de la subida de los precios, y mirando siempre al Gobierno de España, echándole la culpa de todo. Pero la Junta tiene unas competencias y no vale renunciar a ellas. Es surrealista lo que ha pasado con el apagón, que a la primera de cambio el Gobierno andaluz cede las competencias. No sé si es que confía mucho en Pedro Sánchez, o que no confía en las posibilidades de su Gobierno o que no confía en el aparato que tiene Andalucía de sus trabajadores, de los servicios públicos para dar cobertura, o que quiere echarle la culpa a otro. Esa no es la autonomía de Andalucía. Y sus políticas están siendo muy dañinas y están siendo ineficaces económicamente y además injustas porque desequilibran el esfuerzo, con seis reformas fiscales que bajan los impuestos a las rentas más altas y que pierden capacidad fiscal de Andalucía.
Estamos viendo cómo se está privatizando una parte importante de los servicios públicos desde que gobierna el Partido Popular, descaradamente en la sanidad, pero también otras como por ejemplo en temas medioambientales, donde hay una gran liberalización y una gran privatización. Y el decreto de la vivienda privatiza el acceso a la VPO, subiendo el precio. Esto tiene nombre y apellidos: son las políticas erróneas y dañinas del Gobierno del Partido Popular. Además de tener el problema de la vivienda y de los salarios bajos y de los precios, tenemos aquí el problema de que cuando nos ponemos malos tenemos dudas de que las cosas se puedan resolver porque tenemos médicos saturados, listas de espera y colas en el centro de salud.
¿Y en educación?
Ahí tenemos unas políticas que han escacharrado el ascensor social, que han generado un cortocircuito. Ahí sí que hay un apagón. No olvidemos que la educación pública es la que nos permite que los hijos e hijas de los trabajadores tengamos igualdad de oportunidades en el futuro. Lo mismo es que han visto el negocio y la oportunidad de escacharrar el ascensor social para que no sigamos ascendiendo los hijos de los obreros y solamente puedan acceder los hijos de los ricos para poder luego sentarse en los puestos directivos y no solamente en los puestos bases de las empresas. Si privatizan además la universidad, que están saliendo como champiñones en Andalucía mientras que las públicas están asfixiadas. ¿Dónde se hace pensamiento crítico y se crea sociedad y se crea futuro? Están dando títulos que, con 20.000 euros, las familias que puedan pagárselo van a poder pero los hijos de los obreros que no llegamos a final de mes tendremos que ver cómo nuestros padres otra vez se sacrifican para pedir un préstamo para que podamos estudiar. El Gobierno andaluz sigue una hoja de ruta ideológica.
Mientras más problemas hay, mientras más deberíamos buscar las soluciones, más se encierra el Gobierno de Andalucía en su mayoría absoluta y más se aísla en un búnker de su mayoría absoluta
¿Las protestas sanitarias tienen la magnitud propia de un cambio de ciclo político? ¿Usted percibe en la calle un nivel de conflictividad social que anticipe un castigo a Moreno, un cambio de gobierno?
A nosotros nos parece que el Gobierno andaluz no puede hacer oídos sordos a la contestación ciudadana que existe tanto de los profesionales que están hartos como de la ciudadanía que ve que su salud se está poniendo en juego por una mala gestión del Gobierno andaluz. Y hay que recordar que hay gobiernos que han caído por el problema sanitario, y en Andalucía especialmente tenemos ejemplos. Bueno, pues que apunte el Gobierno andaluz, porque con la salud no se juega. Es que si no se hace un diagnóstico a tiempo, si no hay una cita de atención primaria a tiempo, si no hay una derivación a tiempo y si no hay una prevención a tiempo lo que hay una enfermedad. Y yo creo que es suya la responsabilidad y tienen que asumirla. Y esa contestación va a seguir porque es una gran preocupación de la ciudadanía y de los trabajadores del sector.
¿La desmovilización de los partidos de izquierdas tiene algún nexo común con la desmovilización sindical por ejemplo en el sector educativo?
En la educación pública hay mucha frustración, hay mucho hartazgo, pero no comparemos. La sanidad es universal y la educación afecta a una población mucho más concreta, porque hay familias que no tienen hijos o que no la sufren directamente. Pero los trabajadores del sector hemos conseguido dar algunos pasos fruto de la reivindicación sindical para mejorar sus condiciones, aunque todavía hay más, porque el profesorado está cansado de la burocratización a la que les somete el Gobierno de Andalucía constantemente. O estrés por la cabezonería de no bajar la ratio porque nacen menos niños. Vamos a aprovechar eso para dar calidad, individualización y mejor calidad del sistema. En CCOO sabemos cómo se transforma la frustración en organización y en movilización. Tiempo al tiempo.
¿Cómo son sus relaciones actualmente con el Gobierno de la Junta y con el señor Moreno? ¿En qué punto está ese diálogo social suscrito en el Pacto Social y Económico, y después de haber firmado un último acuerdo tras la crisis de los aranceles?
Mientras más problemas hay, mientras más deberíamos buscar las soluciones, más se encierra el Gobierno de Andalucía en su mayoría absoluta y más se aísla en un búnker de su mayoría absoluta. En el Parlamento se ve, pero también lo vemos en la sociedad. Solamente se reúne con empresarios. El presidente y todo su Gobierno saben perfectamente que CCOO siempre va a estar cuando se hable de propuestas y de instrumentos que permitan mejorar la vida y las condiciones de trabajo y de vida de los trabajadores y las trabajadoras. Vamos a estar, lo hemos demostrado mil veces. Cuando hay que hablar de financiación autonómica y pedir una financiación justa, o la última vez con los aranceles frente al imperialismo de Trump y a los problemas que puede haber si se concretan en sectores tan importantes como el campo andaluz.
Pero firmamos un gran acuerdo y lo que se firma con CCOO se tiene que cumplir. ¿Por qué? Porque había una hoja de ruta trazada y equilibrada en ese acuerdo para reforzar las empresas, al tejido industrial y productivo de Andalucía, pero también para proteger a las personas trabajadoras. Todas las medidas que hay en ese plan tienen un único objetivo común: que Andalucía no deje atrás a los trabajadores y que avancemos a la par que lo hacen las empresas. Y había medidas a corto plazo para afrontar los problemas de sequía, de inflación, de carestía de la vida, de subida de los precios, de todas las dificultades que las empresas y las personas estaban pasando en ese momento, y también había elementos estratégicos a medio y largo plazo que venían a reforzar el deteriorado estado social que vive Andalucía, y el Gobierno andaluz se está dejando una de las partes más importantes.
La Andalucía real echa muy en falta políticas más útiles que están dibujadas y que el Gobierno de la Junta no pone en marcha
¿Qué otros asuntos echan de menos en la gestión de la Junta?
Quedan muchas medidas que hablan de comercio o de turismo, porque queremos tener un debate sobre la tasa turística sin secuestros, sin que el Gobierno andaluz esté secuestrado por los empresarios, porque queremos hablar de cómo la liberalización de los horarios comerciales genera problemas de descanso a las compañeras que no descansan. Y queremos hablar de medio ambiente, de agua, de reforzar los servicios públicos, porque los servicios públicos son derechos de las personas ciudadanas y el Gobierno andaluz está siendo un mal gestor, un muy mal gestor.
El Gobierno andaluz tiene que pensar para quién gobierna, ¿para una parte de la sociedad muy concreta y minoritaria o para la mayoría social? Porque estamos viendo que no está cumpliendo el acuerdo y está dejando atrás los trabajadores y a las trabajadoras andaluces. En Canal Sur saldrá todos los días el Gobierno andaluz intentando hacernos ver esa Andalucía tan bonita, con una lluvia de miles de millones y millones que nunca vemos donde están. Porque hay opacidad en cuanto a recursos públicos, a financiación de los fondos europeos o a los fondos que vienen del Gobierno de España. No sabemos ni el presupuesto como está a estas alturas del año. La Andalucía de Canal Sur no es la Andalucía de la gente que tiene que levantarse para coger una cita o que ve cómo cuando se pone un maestro malo se tarda semanas en que se cubra la baja, o cuando la dependencia tarda más de dos años.
¿Cómo ve a los partidos de la oposición en Andalucía? ¿Qué les propone y qué les pide? ¿Cómo ve esa pretendida unidad de las izquierdas?
Nosotros tenemos una batería de propuestas con la que siempre vamos a todos los partidos para que las recojan y sepan lo que el mundo del trabajo opina, para equilibrar las reglas del juego y repartir la riqueza y producirla de otra manera mucho más sensible. Lo que queremos es que haya alternativas y que las políticas que son dañinas a los trabajadores se cambien. Queremos ver cuáles son los proyectos alternativos que tienen tanto el mayor partido de la oposición en Andalucía como el resto.
Lo que le pedimos a la izquierda social, a la izquierda política en este caso, es que vean que solamente de manos de esas soluciones que tiene el mundo del trabajo se podrán crear alternativas a las políticas que dañan la vida de la gente a la que el sindicato representa, y que además pueden frenar el avance de la ultraderecha. Porque si la gente ve, y yo creo que es una de las cosas por las que la ultraderecha quiere tenernos siempre entretenidos y confundirnos, que las cosas que se han hecho en este país son útiles, como subir el salario mínimo o recuperar la negociación colectiva o subir las pensiones, no nos quieren dejar tiempo para pensar en cuáles son otras alternativas.
Tenemos una batería de propuestas en el sindicato para que eso se dé y eso hay que asentarlo, porque la democracia, frente a la rapidez de los tiempos, requiere tiempo, reflexión y debate. Y nosotros eso es lo que le decimos a la izquierda, que necesitamos en Andalucía unas alternativas sólidas sobre la base de las posiciones del mundo del trabajo, que somos la mayoría social. Igual que le decimos al Gobierno andaluz que se está equivocando, que está siendo injusto y que tiene que cumplir lo que pacta con Comisiones Obreras.
¿Y a la izquierda qué le dice?
A la izquierda lo que le decimos, sobre esos ejes que tiene el movimiento obrero organizado en Andalucía, de más servicios públicos, de más igualdad, de más progreso social, de más repartir la riqueza, de más empleo de calidad, de una estructura productiva mejor en Andalucía que no sea el turismo solamente sino que Andalucía sea territorio industrial de futuro, de innovaciones... es que se pongan de acuerdo, que debe dejar las guerras frías porque necesitamos una alternativa a esas políticas dañinas en Andalucía que nos dañan a los trabajadores, y los trabajadores la tienen que ver, la tienen que palpar, tienen que ver que es posible. Eso es lo que les dice CCOO a los partidos de izquierda en su amplia gama. Nosotros no somos oposición ni nunca lo pretendemos ser. Simplemente pretendemos que nuestras propuestas, que son soluciones para los problemas de los trabajadores, sean reales y vean la luz cuanto antes.
¿Qué está pasando con el sistema de la dependencia en Andalucía?
Eso tampoco lo cuenta Canal Sur. Hay problemas en la dependencia y se tardan años en conseguirse la prestación. Ya vamos por dos para que tu expediente vea la luz, por mucho que el Gobierno andaluz lo haya querido maquillar con el decreto de simplificación, inventándose nuevos procedimientos para que no entre nadie en el sistema. Claro, así baja la lista de espera, porque no entra nadie. Es curioso que Andalucía, cuando tiene una población envejecida y mayor, sea menos la gente que entra al sistema. Porque han boicoteado desde dentro el sistema con leyes distintas que además tienen a las trabajadoras machacadas. Y eso no es posible, porque pone en jaque al modelo y porque lo está queriendo privatizar y destruir para no asumir su responsabilidad.
Nosotros no vamos a cejar en nuestro empeño de que el sistema de la dependencia funcione desde la calidad. Y eso significa que se tiene que reforzar desde la base, con más plantilla, con más recursos, que los hay, que no se puede devolver dinero de la dependencia en Andalucía, que no se puede reformular tanto y que no se puede tener a las empresas del sector, por ejemplo de la ayuda a domicilio, estrangulada para que no se cumplan los convenios colectivos, porque también tiene responsabilidad el Gobierno andaluz de que las empresas sean incumplidoras y no paguen el convenio.
Que vertebre solidaridad y progreso, que vertebre justicia social y que vertebre la igualdad solamente hay un sindicato que es Comisiones Obreras. Estoy orgullosa de que mis compañeros me hayan elegido y en eso me voy a entregar en cuerpo y alma y voy a ser secretaria general hasta el último día
En el pacto que firmamos con el Gobierno andaluz había medidas para solucionar los problemas. Pero el Gobierno andaluz, cuando se le dice que hay problemas, se cierra y se pone sus gafas de mayoría absoluta y no ve que haya otras opciones, otras propuestas. La mayoría absoluta no significa que tú tengas razón en todo. Al contrario. Porque todo el mundo de tu gobierno te da palmaditas en la espalda pero ¿y si el rey va desnudo?
La Andalucía real echa muy en falta políticas más útiles que están dibujadas y que el Gobierno de la Junta no pone en marcha. Y eso lo vamos a defender, porque una cosa que tenemos claro en CCOO es que los trabajadores nos dan su confianza. Hemos revalidado ser la primera fuerza sindical porque tenemos soluciones y porque tenemos claro que hacemos la alternativa y reales las esperanzas de mucha gente a través de la pelea. Y vamos ahora a seguir revalidando esa confianza, porque los hombres y las mujeres de CCOO no vamos a parar hasta que el nuevo orden social que se cree sea mejor para la gente que representamos.
Y, ¿después de su último mandato? ¿Qué va a hacer la Nuria López de 2029?
Bueno, yo creo que ahora mismo a cualquier ciudadano que se le pregunte qué va a hacer dentro de cuatro años no lo sabe. La vida nos ha enseñado, a mí personalmente, que pasito a pasito. Yo tengo unos horizontes en la cabeza, que es que la vida de ese caudal de gente a la que represento que son los delegados y delegadas de CCOO, los afiliados y afiliadas, transforme el mundo para mejorarlo, para nuestra gente, para los trabajadores y las trabajadoras. Ese es mi objetivo.
Transformar el mundo es un objetivo ambicioso...
Pero nosotros lo concretamos. Con esas soluciones concretas que tenemos en la negociación colectiva y en la negociación del diálogo social con el Gobierno. Lo concretamos con cada pasito en la empresa. Cuando te dice una compañera que tiene un problema de conciliación, de jornada, nosotros con una propuesta, una reivindicación o una lucha conseguimos transformar esa mejora. Y eso es mejorarle la vida a la gente en lo concreto. Después nos permitimos, con las luces largas, tener una expectativa de mundo y seguimos ese carril por donde nosotros queremos. Y termino como empecé: yo tengo la misma ilusión o más, porque sé lo que podemos hacer, que en el primer mandato, y esa es mi fuerza para seguir siendo secretaria general durante estos cuatro años, con el mismo impulso que el primer día. Y luego ya Dios dirá.
¿Se ve en política?
Me veo haciendo sindicato, haciendo Comisiones Obreras. Porque sindicatos hay muchos pero Comisiones Obreras nada más que hay una. Que vertebre solidaridad y progreso, que vertebre justicia social y que vertebre la igualdad solamente hay un sindicato que es Comisiones Obreras. Estoy orgullosa de que mis compañeros me hayan elegido y en eso me voy a entregar en cuerpo y alma y voy a ser secretaria general hasta el último día.
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