La subcontrata de BBVA en Málaga desactiva la negociación colectiva con un ultimátum a sus empleados

Los trabajadores de Op Plus, el centro de operaciones “de alto valor” de BBVA que emplea a casi 2.000 personas en Málaga, han recibido un ultimátum de la empresa: o aceptan sus condiciones a título individual antes de este miércoles, o siguen como están. Es decir: dado que no ha habido acuerdo colectivo para mejorar las condiciones de la plantilla, la decisión se traslada a cada trabajador. De esta forma, la empresa ofrece un acuerdo de adhesión o de “eficacia limitada”, fruto de un acuerdo parcial con la sección sindical de CCOO que rechaza UGT, el sindicato mayoritario con 14 de 23 representantes en el comité de empresa.

El viernes por la tarde, menos de 24 horas antes de celebrarse una manifestación en la Plaza de la Constitución de Málaga, los trabajadores de Op Plus recibieron un correo con la oferta de la empresa. Se les decía que la negociación colectiva había fracasado, pero que aún era posible que cada uno de ellos lograr algunas mejoras, fruto de un acuerdo entre la empresa y la sección sindical de CCOO. La oferta retributiva consiste en un aumento de la retribución fija del 3% en 2017 (retroactivamente desde el 1 de octubre de 2017), del 2% desde el 1 de abril de 2018 y del 2% desde el 1 de enero de 2019.

En Op Plus, un centro al que BBVA ha trasladado gran parte de su operativa, la mayor parte de los trabajadores cobran entre 800 y 1.000 euros. El banco los denomina “puestos de trabajo cualificados”. El incremento supondría unos 730 euros más al año a partir de 2019 para la mayoría de trabajadores. Contempla también un plus en septiembre de 180 euros para compensar que en agosto no cobran las dietas de alimentación, que suponen una parte importante de su salario final, y la empresa ofrece un día de descanso a elegir entre el 24 y el 31 de diciembre y el 5 de enero.

“Registran quiénes están a favor y quiénes en contra. Los no indefinidos van a firmar que sí”

En el correo, dirigido individualmente a cada trabajador, se instruye para que cada uno de ellos entregue uno de los dos documentos que se adjuntan: la adhesión al acuerdo o un “documento de no adhesión”. En caso de firmar el documento de no adhesión, las subidas salariales, obligatorias porque vienen recogidas en el convenio estatal de consultoría, se aplicarían sobre el complemento voluntario personal de 340 euros, de modo que no tendrían reflejo en la nómina. “Si firmas que sí te hacen las mejoras que ellos han puesto, y si firmas que no te absorben la subida con el complemento voluntario”, explica un trabajador.

La adhesión (o no) individual tiene otro efecto: cada trabajador o trabajadora tendrá que informar a la empresa de cuál es su posición. “Ya de paso, registran quiénes están a favor y quiénes en contra”, añade el mismo trabajador, que se pregunta: “¿Qué ocurre? Que todos aquellos que no son indefinidos van a firmar que sí por el miedo a no ser renovados”. El 45% de los casi 2.000 trabajadores de Op Plus son eventuales, según el ranking de empresas de El Economista.

La empresa trasladó la oferta de “acuerdo de eficacia limitada”, suscrita con la sección de Comisiones Obreras, pocos minutos después de que se dieran por rotas las negociaciones para alcanzar un acuerdo general. Según UGT, ni siquiera les informaron previamente de que esto iba a ocurrir. Una fuente de este sindicato califica la oferta de “coacción” y critica el escaso margen ofrecido por la empresa para tomar una decisión. “Los trabajadores se sienten forzados a decir que sí. Por miedo y porque ven que otros se van sumando”, critica. La asamblea de trabajadores rechazó una oferta muy similar el 6 de junio, pero ahora muchos estarían suscribiendo la adhesión.

Los sindicatos y la empresa llevan meses negociando la mejora de las condiciones laborales en esta empresa del Grupo BBVA. Sus trabajadores están adscritos al convenio de consultoría, y no al de banca, pese a que realizan idénticas funciones a las que se desarrollaban tradicionalmente en las oficinas bancarias. Como varios de ellos explicaron la semana pasada a eldiario.es/Andalucía, dejar de percibir la dieta de comida les supone una merma de casi el 10% de su salario y llevan años sin que se les suba siquiera el IPC.