“Cuando uno escucha el uno por todos y todos por uno, entiende que esto va de democracia”. Pablo Iglesias arengó este domingo por la mañana a los bomberos de Málaga, en huelga desde hace más de un mes. La presencia del líder de Podemos fue un revulsivo para una lucha que los bomberos empezaron a finales de 2016, con un encierro que mantienen. Cuatro meses después, ni siquiera ha habido reunión con el alcalde, como demandan, y el conflicto sigue enquistado.
Los bomberos reclaman un reglamento que sustituya al vigente, que data de 1959, una reclasificación de su categoría profesional similar a la que se ha producido en otras ciudades, y una regularización de la jornada, porque hacen 76 guardias anuales (equivalentes a unas 1.822 horas), una decena más que en otras muchas ciudades.
El ayuntamiento pretende resolver estos asuntos en la negociación del convenio, prevista para 2018. El conflicto se ha empantanado definitivamente a cuenta de la situación del actual inspector jefe, José Cruz, al que los bomberos acusan de actuar al servicio del ayuntamiento, y con la apertura de once expedientes disciplinarios por la aparición de pintadas en los camiones.
La presencia de Iglesias dio vuelo a unas reclamaciones que hasta ahora no han hecho mella en el ayuntamiento. El líder de Podemos vinculó su concepto de la “trama” con el hecho de que “los bomberos no puedan trabajar en condiciones adecuadas” y llamó a “desparasitar las instituciones”. “Yo me pregunto quién está interesado [en la precarización del cuerpo de bomberos]. Detrás hay una gestión que tiene que ver no con que sean de derechas, sino con que son ineficaces”, opinó Pablo Iglesias, que añadió: “La corrupción nos cuesta tener servicios públicos precarizados que algunos pretenden privatizar”.
El secretario general de Podemos ligó la supuesta escasez de fondos con el despilfarro en proyectos fallidos como el Museo de las Gemas, cuya comisión de investigación está a punto de concluir: “No se puede consentir que haya dinero para piedras preciosas y no haya dinero para los bomberos”.
Por su parte, José Antonio Castro, parlamentario andaluz por IU, habló de un “brutal recorte y una brutal reforma de la administración local propiciada por el PP”: “Nos están dejando sin derechos y sin los servicios que tienen que garantizar esos derechos”. Castro dijo que las reivindicaciones de los bomberos son “de las más nobles que puedan existir: lo único que están exigiendo es que se cumplan los cánones de seguridad”.
Los bomberos marcharon encadenados como recua de presos desde el parque central, en Martiricos, hasta la Plaza de la Constitución. Junto a los bomberos, Iglesias y Castro marcharon también miembros del cuerpo de bomberos de otras ciudades andaluzas y representantes sindicales de CCOO, CGT y SAB, así como de los grupos municipales del PSOE, Málaga Ahora, Málaga para la Gente y Podemos. Los convocantes creen que asistieron unas 5.000 personas, mientras que la Subdelegación del Gobierno rebaja la cifra a “unas 2.000”.
“Es una cuestión de dignidad profesional”
“Hemos llegado hasta aquí por la cerrazón del alcalde a negociar. Es una cuestión de dignidad profesional”, asegura Ramón Triguero, delegado de CCOO. Los bomberos se sienten objeto de un desmantelamiento progresivo, cuyo último ejemplo se ha conocido esta semana: el camión con autoescala de 42 metros (para edificios de diez o más plantas) lleva un año y nueve meses averiado. Eldiario.es/Andalucía ha venido dando cuenta de esta situación: la plantilla, envejecida hasta una media que ronda los 50 años, no se renueva, los medios se quedan obsoletos, y algunos grupos, como el de rescate, se han desmantelado en los últimos años. En este contexto de recortes, el ayuntamiento destinó a gastos generales fondos que a priori deben destinarse a mejorar la dotación del cuerpo.
Según los sindicatos mayoritarios (CCOO y SAB), el ayuntamiento no ha dado respuesta a sus peticiones para reunirse. La última el 30 de marzo, poco antes de que se aprobara una moción de apoyo a los bomberos en el ayuntamiento. Ni siquiera se ha constituido una mesa de trabajo, prevista desde los primeros días del encierro que comenzó el 29 de diciembre. “Está todo parado y no nos contestan, ni siquiera a través de la mediación de la Junta de Andalucía”, denuncia Juan José Martín Florido, delegado del SAB.
La huelga es la primera en los casi 150 años de historia del Real Cuerpo de Bomberos de Málaga, pero no está teniendo incidencia en el servicio que prestan porque los servicios mínimos cubren el 100%. Los bomberos dicen que, dado que existen muchos puestos sin cubrir en la plantilla, estando en huelga trabajan más personas que en una situación “normal”.