Cada año, una legión de voluntarios se despierta a las 4 de la madrugada de un día cualquiera entre finales de julio y comienzos de agosto para anillar centenares de polluelos de flamenco. El anillamiento de flamencos en la Laguna de Fuente de Piedra se celebra hoy a partir de las 8 y es todo un acontecimiento. Ahí van un par de datos: 13.025 pollos de flamenco nacidos en el humedal y 450 voluntarios para las tareas de anillamiento. Es posible apuntarse a observar el proceso, también a buena hora: es necesario presentarse a las 5 de la madrugada. Si usted gusta de aprovechar sus vacaciones para despertar algo más tarde, quizá no es buena idea. Durante los meses de primavera hay actividades de avistamiento a horas más habituales.
La actividad en el Centro de Visitantes se acelera conforme se acerca el día, explica su responsable, Manuel Rendón. Hay que organizar a los 450 voluntarios que anillarán 600 polluelos nacidos en la laguna entre abril y junio. Algunos de esos voluntarios, integrados en la asociación local Ave Fénix, llevan ya unos días preparando los corrales y las anillas. La asociación lleva desde 1997 organizando el voluntariado y, precisamente por eso, ha sido galardonada recientemente con el Premio Andalucía de Medio Ambiente. Entre los voluntarios hay también 120 vecinos del municipio.
El proceso de anillamiento es delicado y por eso hay veterinarios que lo vigilan. Los voluntarios son cuidadosamente seleccionados: es una actividad científica, aunque participen voluntarios y tenga un marcado componente educativo. Colocarán dos anillas a cada ejemplar (de metal en la pata derecha; de plástico en la derecha) y luego les medirán ala, pico y tarso (nota de Anatomía: “Parte más delgada de las patas de las aves, que une los dedos con la tibia y ordinariamente no tiene plumas”). Se les calibra el buche y se les toma una muestra de sangre con la que determinar su sexo, su estado corporal y si tienen alguna enfermedad. Sí, el sexado es genético.
El anillamiento servirá para analizar la dispersión de los ejemplares y para evaluar las condiciones de mantenimiento del humedal. Poco después de este proceso, los flamencos echarán a volar para repartirse por el Mediterráneo y el noroeste de África. A lo lejos, con prismáticos, 35 madrugadores observarán todo el proceso: las reservas, gestionadas por el Centro de Visitantes, se agotaron con dos semanas de antelación.
La laguna de Fuente de Piedra es el humedal más grande de Andalucía: 1.400 hectáreas con islotes en su interior que sirven para la nidificación. Es endorreica (nota de Geología: formado por la afluencia de las aguas de un territorio hacia el interior de este), temporal y muy salina, por la evaporación. Este año llovió poco, pero fue suficiente: los estudios muestran que los flamencos se reproducen siempre que las precipitaciones anuales superan los 300 litros por metro cuadrado y el nivel del agua ronda los 40 centímetros. Esta temporada han caído 344 litros por metro cuadrado y la lámina de agua está a 39 centímetros. El anillamiento de flamencos no ocurre todos los años. Desde 1986 los flamencos se han reproducido en Fuente de Piedra durante 23 años.
Los primeros flamencos llegaron al humedal de Fuente de Piedra a finales de marzo. En junio la Junta de Andalucía censó más de 31.000, que formaron 14.000 parejas reproductoras. Las cuentas no engañan: alguno no encontró con quién. Y allí se quedaron para reproducirse. Desde Fuente de Piedra se mueven en un radio de unos 200 kilómetros para conseguir alimento en las marismas del Guadalquivir y las salinas de Cádiz y Huelva.
Este año la Consejería de Medio Ambiente ha utilizado por primera vez drones para tomar fotografías aéreas. La tecnología ayuda, pero la labor de los centenares de voluntarios sigue siendo clave para saber cómo y por qué la laguna de Fuente de Piedra es el único humedal temporal de Europa donde los flamencos vuelven, casi cada año, para tener allí a sus polluelos.