De este a oeste y norte a sur, Andalucía es una tierra de contrastes con una gran riqueza. Repasamos algunas ideas para descubrir mejor la comunidad andaluza una vez que el sol y el calor se han suavizado.
Conocer la leyenda de Omar Ibn Hafsun
Omar Ibn Hafsun fue un rebelde que puso en muchos problemas al Califato de Córdoba. Su historia y sus gestas son toda una leyenda, y parte de su legado se encuentra muy cercano al pantano de El Chorro, el conocido Caminito del Rey y el bonito pueblo blanco de Ardales. Allí se encuentra la vieja ciudad de Bobastro, donde se hizo fuerte, derrotó al ejército cordobés y consiguió dominar una gran extensión de tierra al derrotar otras plazas como Comares y Archidona. Un pequeño sendero rodeado de plantas de esparto recorre lo que queda de este lugar, entre cuyas rocas se encuentra una sorprendente iglesia mozárabe. Si quieres, un guía te puede acompañar para descubrirte todos los secretos del lugar.
Darse el gustazo de comer en Bagá
Bagá es un pequeño rinconcito escondido tras la Basílica menor de San Ildefonso, a un paso de la Catedral de Jaén. Allí el chef Pedro Sánchez ha consolidado en muy poco tiempo -el 15 de septiembre el restaurante cumple su primer año de vida- una propuesta gastronómica única a base del recetario local y sus diferentes interpretaciones gracias a la calidad de los productos de la tierra. Su aforo máximo es de 15 personas -se recomienda reservar- y la inmensa mayoría de platos los elabora el cocinero y su equipo a la vista del cliente. Se sirve un menú degustación que cambia a base de productos de temporada y que, siempre, es toda una experiencia. Ya sea por los sabores del Cogollo con gazpachuelo de ostra y ralladura de naranja amarga, los de la Espuma de anguila ahumada con caviar y pistachos o el Praliné de ajo asado, entre otros muchos y sin olvidar el Helado de de manteca de cerdo y palo cortado, almendra tierna y caviar. Buen provecho.
Un fin de semana en Zahara de los Atunes
En octubre esta minúscula localidad gaditana se vuelve casi fantasmagórica. La mayoría de turistas veraniegos ya son solo en recuerdo en sus calles y casi la totalidad de restaurantes y tiendas tienen sus puertas cerradas hasta la próxima primavera. Quizás por eso es más fácil entender la esencia de Zahara de los Atunes, de sus gentes, su barrio marinero y sus infinitas playas. En ellas, cada tarde mientras cae el sol, se puede disfrutar del espectáculo de los pescadores con sus atarrayas en busca de buceles, una especie que sirve para caldos y que también se come frito. Un plan tranquilo y perfecto como también lo son los largos paseos por las arenas doradas o una excursión al Faro de Camarinal. Así se entiende que el otoño en tierras de Cádiz es otra cosa.
De setas por Fuenteheridos
A apenas diez kilómetros de la localidad que da nombre a la Sierra de Aracena, Fuenteheridos es un bonito y pequeño pueblo cuya vida crece alrededor de la Plaza del Coso. Allí se ubica la fuente de los doce caños, una serie de restaurantes y pequeños establecimientos que ofrecen las riquezas de esta tierra, principalmente en forma de licores e ibéricos. También setas, muy frecuentes en los senderos existentes en las cercanías del pueblo. Este año la temporada se ha adelantado gracias a las lluvias de septiembre, pero por ahora prácticamente solo se pueden encontrar algún que otro boletus y las muy apreciadas amanita caesarea. Si las lluvias anunciadas esta semana se hacen realidad, solo hará falta esperar un par de semanas para que la micología explote en esta comarca en forma de unas 600 diferentes especies. Como siempre, extrema precaución a la hora de recolectarlas.
Una ascensión a La Maroma
El pico más alto de la provincia de Málaga se viste de tonos ocres y dorados con la llegada del otoño. En sus faldas hay numerosas especies de hoja caduca y que son un regalo a la vista, así como un motivo más para disfrutar de la ascensión a esta montaña ubicada en la comarca de La Axarquía. Hasta su punto geodésico, situado a algo más de 2.000 metros de altitud, se puede llegar por diferentes vías desde los municipios de Canillas de Aceituno, Sedella y Alcaucín, así como desde la cara norte, ya en tierras de Granada, desde El Robledal. Desde todas ellas el camino es una gran aventura.
Tomar una caña en calle Feria
Pasado el calor veraniego, Sevilla vuelve a ser una ciudad maravillosa con un clima aceptable. Y para entenderlo, nada mejor que dar un paseo por las inmediaciones de calle Feria y disfrutar del tapeo en sus numerosas tabernas. Uno de los lugares más clásicos es Casa Vizcaíno, punto de partida perfecto para una ruta por esta zona del centro de la capital andaluza. El bar Ambigú o la cafetería Hércules son otras dos opciones antes de llegar al Mercado de Feria, donde saborear el pescaíto frito de La Cantina o la cocina a base de arepas de Condendé. A partir de ahí, Sevilla se llena aún más de posibilidades para disfrutarla con el buen sol del mediodía y la brisa que refresca cada noche otoñal.
Adentrarse en La Alcazaba de Almería
Desde la autovía A-7 que rodea la ciudad de Almería, La Alcazaba posee una imagen espectacular elevada sobre las rocas y el resto de la capital. Sin embargo, es ascendiendo los escalones que llegan hasta su entrada y traspasándola cuando se comprende su esplendor, con unas recias murallas que ofrecen preciosas panorámicas y recorrido que se adentra en la historia. Fue construida a mediados del siglo X, pero no sería en el XI cuando fue terminada por Hayrán, rey taifa de Almería. Tuvo un papel de gran importancia durante la etapa del Al Andalus y, tras la conquista cristiana, fue reformada por los Reyes Católicos y Carlos I. Pasó mucho tiempo olvidada, pero hoy es una visita indispensable en las tierras áridas almerienses.
Conocer los secretos de la gastronomía granadina
La riqueza gastronómica de Granada no es casualidad. Se debe a la multitud de climas que vive su provincia, desde el húmedo y caluroso de la Costa Tropical hasta el frío de Sierra Nevada, pasando por la vega de Huétor Tajar o el Valle de Lecrín, sin olvidar las tierras alpujarreñas. De todos estos lugares nacen productos tan variados como chirimoyas y mangos, vinos naturales, castañas y almendras, aceites ecológicos o quesos de cabra de la especie murciano granadina. Para conocer muchos de ellos hay que pasa por el antiguo ultramarinos Óliver, ubicado en la Plaza de la Trinidad, donde encontrar frutos secos y frutas deshidratadas de alta calidad, aunque también hay legumbres y vinos de la tierra, o en restaurantes como La Milagrosa e Irreverente, cuyos fogones dirige el chef Nicolás S. Chica. Sin olvidar un paseo por el clásico restaurante Chikito o las muchas opciones que ofrece Granada y que te descubre el equipo de Spain Food Sherpas en sus rutas gastro por la ciudad de La Alhambra.