Teresa Rodríguez llevaba año y medio reclamando a la dirección estatal de Podemos más autonomía política, financiera y orgánica para controlar su agrupación en Andalucía. Era un compromiso al que llegó con las bases del partido cuando se presentó a la reelección como secretaria general: tener más control sobre el partido, acceso al censo de inscritos, poder gestionar sus finanzas y, sobre todo, tener la última voz sobre las posibles alianzas electorales y la confección de las listas de candidatos para las urnas. “Un Podemos para Andalucía desde Andalucía”. Pero en este tiempo, la negociación con Madrid no sólo no ha dado frutos, sino que las relaciones se han tensado hasta el extremo.
El extremo es éste: una vez que Podemos e IU en Andalucía han anunciado un preacuerdo para concurrir juntos a las próximas elecciones andaluzas -en la primavera de 2019-, una vez que las direcciones de ambas formaciones han refrendado ese pacto y ha sido anunciado a bombo y platillo ante las bases y ante los medios de comunicación, la dirección estatal de Podemos ha mandado parar, esgrimiendo un nuevo “reglamento estatal” para la confluencia, que ha sido aprobado una semana después de que el Consejo Ciudadano de Podemos Andalucía votase por mayoría su pacto de alianza con IU. El secretario de Organización del partido morado, Pablo Echenique, ha asegurado este lunes que el acuerdo alcanzado por Teresa Rodríguez con el líder regional de IU, Antonio Maíllo, “contraviene” ese reglamento elaborado por la dirección estatal, unas declaraciones que no han sentado nada bien en la agrupación andaluza. “Es un intento de frenar algo que ya ha nacido y no vamos a parar”, dicen fuentes del entorno de Rodríguez.
Desde Podemos Andalucía acusan a la dirección estatal de “acelerar la redacción de un protocolo interno que regule la fusión con IU y otras formaciones” con el objetivo de “contraprogramar el acuerdo para la confluencia que acabábamos de cerrar en Andalucía”. “Es un documento que han aprobado de urgencia en mitad de una moción de censura” a Mariano Rajoy que ha dado un vuelco político al país. “Algunos este fin de semana estaban preocupados en esto”, dicen fuentes de la ejecutiva de Rodríguez, subrayando que “el acuerdo andaluz no contraviene el reglamento estatal, porque se aprobó una semana antes en el máximo órgano de dirección entre asambleas de Podemos Andalucía”.
Centralismo vs. autonomía
Detrás de la pugna entre Echenique y Rodríguez subayace una tensión enquistada desde hace casi dos años que enfrenta dos ideas difíciles de conciliar sobre lo que debe ser Podemos: una visión más centralista y otra donde los territorios tienen más capacidad de decisión. “Estas discrepancias no son nuevas”, dice la agrupación andaluza, tras defender que el acuerdo de confluencia con IU “se ajusta a nuestros estatutos, en el marco de nuestras competencias, y según los compromisos adoptados en la asamblea andaluza”, de la que salió elegida Rodríguez. El problema es que el mandato de aquel congreso -crear un Podemos andaluz autónomo- siempre ha chocado con la tutela de la dirección estatal.
A estas alturas, el quid de todo esto no es otra cosa que la elaboración de las listas electorales. El equipo de Pablo Iglesias deja patente que Podemos Andalucía no tiene la autonomía política suficiente para decidir y gestionar sus alianzas electorales, elegir a sus candidatos y a su cartel electoral para los comicios autonómicos, y mucho menos los municipales. Las “discrepancias” entre la dirección estatal y la andaluza pueden concretarse en dos puntos: Podemos Andalucía apuesta por un método de elección más proporcional que el que usa Madrid, más cercano al de una persona, un voto; y segundo: Podemos Andalucía no volverá a aceptar a los cuneros, esto es, candidatos elegidos por Madrid para circunscripciones a las que no pertenecen, o donde no han surgido por decisión de las bases.
En las últimas elecciones generales, Iglesias envió candidatos “paracaidistas” como cabeza de lista en Almería, Córdoba y Málaga. Sentó especialmente mal en Almería, donde el número uno fue el ex Jemad, Julio Rodríguez, que en las anteriores había encabezado la lista por Zaragoza, y no había logrado escaño. Y sentó mal, porque además era el candidato de la confluencia Unidos Podemos, y la dirección de IU en Almería mostró su enfado de manera ostentosa.
Sobre el papel -sobre el modelo orgánico de partido que se aprobó Vistalegre 2- la agrupación de Teresa Rodríguez nunca tuvo esa autonomía política, porque de aquel congreso salió un formato de partido mucho más centralizado de lo que la corriente Anticapitalistas esperaba. Es lo que defiende la dirección estatal, sin embargo, Podemos Andalucía no lo ve así: “Allí se habló del principio de subsidiariedad, según el cual las confluencias con otras formaciones se decidirían en los territorios, siempre que no contravinieran los principios básicos de Podemos. Y el acuerdo con IU no los vulnera”, dicen. Rodríguez siempre aceptó que su propuesta de partido no salió adelante en Vistalegre 2, pero se dijo entonces que Pablo Iglesias “nunca pondría impedimentos a que los territorios decidieran sobre sus alianzas, sus listas y sus candidatos”. El propio Iglesias lo dijo. Pero he aquí, un impedimento.
Echenique ha desautorizado a Teresa Rodríguez y ha dejado en evidencia la falta de músculo orgánico de Podemos Andalucía, además lo ha hecho públicamente cuando la agrupación andaluza ya daba los primeros pasos firmes hacia la confluencia. “La tensión entre centralización y descentralización existe de siempre, llevábamos más de un año hablando de esto con Madrid, pero al final hay que tomar decisiones y dar pasos, y lo hemos dado”, explican fuentes de Podemos Andalucía.
Este mismo martes se presentan, por primera vez, los doce miembros que pilotarán el proceso de confluencia Podemos-IU en Andalucía, seis del equipo de Teresa Rodríguez y seis del entorno de Antonio Maíllo. Ahora la agrupación andaluza deberá decidir si sigue adelante con la confluencia, ignorando las reservas impuestas por la dirección estatal de Podemos, o si reconsidera el calendario de fusión con IU, lo cual ofrecería una imagen de ruptura interna y de fragilidad orgánica que será aprovechada por el PSOE de Susana Díaz. “No vamos a parar nada. Le pido a la dirección estatal que confíe más en Podemos Andalucía. Las elecciones en Andalucía no se ganan desde Madrid”, avisa el secretario de Comunicación de la agrupación andaluza.
La advertencia de Echenique no ha sido del todo una sorpresa. Viene justo después de la polémica por el mensaje de whatsapp publicado por Teresa Rodríguez a través de la red social Twitter. La gaditana publicó, dice que por “evidente error”, una conversación privada suya con Echenique, en la que le acusaba de estar filtrando “documentos falsos” atribuidos a ella y a su pareja, el alcalde de Cádiz, José María González 'Kichi', sobre un supuesto plan para escindirse de Podemos, creando una nueva marca. La denuncia sobre esos supuestos documentos vertía sospechas sobre los movimientos que Rodríguez ha ido dando hasta sellar la confluencia con IU. La dirección estatal la acusa de haberlo hecho de espaldas a Madrid, como lo hizo, dicen, cuando inscribió sin avisar la marca “Marea andaluza” en el registro de partidos del Ministerio de Interior. Rodríguez ha reprochado a Echenique estar “traspasando líneas rojas”, y le ha advertido de que los medios de comunicación se cebarán con la supuesta crisis interna del partido.
Primarias conjuntas
Lejos de calmar las aguas revueltas en Podemos, la comparecencia del secretario de Organización este lunes ante los medios en Madrid evidencia que, en efecto, hay un pulso entre la dirección central y la andaluza. “Tocará hablar”, ha dicho Echenique, cuando la confluencia Podemos-IU en Andalucía ya ha echado a andar.
Rodríguez y Maíllo se han dado un plazo de dos meses para consultar a sus bases, convocar primarias por separado y, finalmente, convocar primarias conjuntas para elegir a sus candidatos y a su cartel electoral en las autonómicas. Es justo ese proceso -las primarias conjuntas Podemos-IU- el más novedoso del principio de acuerdo para la confluencia, y el que Echenique considera contrario al reglamento estatal de la formación morada. El freno de la dirección de Pablo Iglesias a los planes de Podemos Andalucía puede interrumpir un proceso que lleva gestándose meses, siempre con la connivencia de los dos líderes regionales: Rodríguez y Maíllo. Ambos han manifestado públicamente su deseo de sellar “una alianza entre iguales”, que respete el equilibrio de poder entre Podemos e IU y otras “fuerzas del cambio”, y que esta primera confluencia sirva de espejo para el resto del territorio. Era una forma también de fortalecer la posición de Alberto Garzón dentro de la coalición Unidos Podemos, que acaba de resolver su nuevo bautismo como marca política: Unidas Podemos-Izquierda Unida-Equo, bajo el paraguas de ese “reglamento para la confluencia” que ha redactado la dirección morada.
Echenique ha aclarado este lunes que el procedimiento aprobado por la dirección estatal de Podemos, que está por encima de una “declaración” realizada por la agrupación andaluza, establece la celebración de primarias propias a nivel autonómico y, después, la confección de la lista definitiva a raíz de una negociación con los socios de confluencia. “El proceso será el de siempre”, ha dicho el secretario de Organización, es decir, que cada organización hará sus propias primarias, luego “conversarán”, y “después de valorar el peso que aporta cada fuerza, se configurarán las papeletas”. “Esto es como se ha hecho siempre y entendemos que es como se debe hacer, porque es la forma que mejor refleja la voluntad de los votantes, que es de lo que se trata en este tipo de cosas”, ha explicado Echenique, informa Europa Press.
El preacuerdo cerrado entre Podemos e IU en Andalucía contradice este proceso, ya que apuesta celebrar primarias conjuntas para la confección de las listas electorales a nivel autonómico, estableciendo “mecanismos de radicalidad democrática que permitan la participación del pueblo andaluz en la elección de sus candidatos”. “Lo que se ha aprobado en Andalucía, que es una declaración, no un reglamento, contraviene los reglamentos aprobados en la dirección estatal, que es de rango superior. Tocará hablar con los compañeros de Andalucía para ver cómo solucionamos esa discrepancia”, ha avisado Echenique. Podemos Andalucía le afea su intención de “minimizar” el acuerdo alcanzado con IU y avalado por la mayoría de miembros de su dirección una semana antes.
Según ha defendido Echenique, “los documentos de ámbito estatal” recogen lo que Podemos ha hecho “toda la vida”, mientras que “en Andalucía proponen una manera diferente, con resultados que son difíciles de prever”. “Toca hablar con ellos y ver cómo se solucionan, pero efectivamente existe esa discrepancia”, ha insistido.
Estas discrepancias que ahora se plasman sobre el papel llegan tras meses de tensiones entre los Anticapitalistas, liderados por Rodríguez, y la dirección estatal, entre otras cosas, por la reivindicación de la organización andaluza de llevar las riendas en el proceso para confluir con IU en las próximas elecciones autonómicas. La dirección estatal y la andaluza de Podemos no han logrado ponerse de acuerdo, iniciando una carrera hacia adelante para aprobar antes que el otro un documento que sustente sus planes, por un lado, de control desde Madrid de la confección de las listas electorales en Andalucía; y por otro, de dejar de tener las manos atadas y lograr la autonomía política que no han conseguido negociando, por la vía de los hechos. Y los hechos son la consumación de la confluencia Podemos-IU.