Cuatro meses después de las elecciones del 19 de junio, el ex vicepresidente de la Junta, candidato y líder regional de Ciudadanos, Juan Marín, ha aceptado la oferta del presidente Juan Manuel Moreno para incorporarse a su Gobierno. Marín será nombrado en breve presidente del Consejo Económico y Social de Andalucía, órgano de carácter consultivo de la Junta en materia socioeconómica, en sustitución del socialista Ángel Gallego Morales, que ocupaba el cargo desde hace una década.
Con el fichaje de Marín, adelantado por Abc y confirmado por este periódico, culmina la absorción de toda la cúpula de Ciudadanos Andalucía y la reagrupación de sus principales referentes bajo el paraguas del PP. El ex vicepresidente y miembro de la ejecutiva nacional de Ciudadanos dimitió de todos sus cargos orgánicos la misma noche electoral en la que su partido pasó de 21 diputados a cero. Entonces Marín descartó continuar como consejero en el nuevo Ejecutivo de Moreno, pero dejó abierta la puerta a sumarse a su equipo más adelante, “después de un periodo de reflexión”. “Cuando lo haga”, dijo, “abandonaré definitivamente mi partido”.
Moreno ha ido captando, uno a uno, a los primeros espadas de la formación con la que gobernó en coalición en 2018, en el primer Ejecutivo no socialista en 37 años de autonomía andaluza. En las elecciones del 19J pasó de 26 a 58 escaños [tres por encima de la mayoría absoluta], gracias en parte a haber fagocitado por completo a Ciudadanos.
El barón popular andaluz ha sido el único en su partido con una relación de sintonía con sus competidores naranjas de principio a fin, esquivando sonoras rupturas de coalición como la de Madrid, Murcia o Castilla y León. Con Marín tenía, además, un vínculo de amistad, que ha servido para ir reclutando día a tras día a todas las personas de su equipo, pero también a sus rivales internos dentro del partido, como la ex consejera de Igualdad, Rocío Ruiz, recién incorporada al Consejo Audiovisual de Andalucía, o el ex portavoz parlamentario Sergio Romero, al frente del Instituto Andaluz de la Juventud.
Junto a la consejera de Empleo, Rocío Blanco, la única designada por los naranjas en la pasada legislatura que repitió en el puesto, son las figuras más destacadas de un partido que defendió con uñas y dientes el Ejecutivo de Moreno, pero olvidó subrayar su perfil propio dentro de ese Gobierno, sus políticas, sus iniciativas y aquello que le diferenciaba del PP, hasta que los populares terminaron por capitalizar todo el éxito para sí.
Ciudadanos irrumpió en el Parlamento autonómico en 2015, con nueve diputados, y se convirtió en aliado y sostén del último Gobierno en minoría de los socialistas, presidido por Susana Díaz. Tres años después, los naranjas experimentaron un crecimiento sin precedentes, alcanzando los 21 escaños, quedándose a cinco del PP. El bloque de fuerzas conservadoras se impuso por primera vez a las izquierdas, dando lugar a un Gobierno de coalición PP-Ciudadanos sustentado desde fuera por el partido ultraderechista Vox.
En las primeras elecciones generales de 2019, los naranjas se quedaron a un puñado de votos de consumar el sorpasso al PP en Andalucía -lo lograron en algunas ciudades grandes-, pero la paulatina radicalización de su líder nacional, Albert Rivera, y su estrategia de hostilidad sin tregua al PSOE terminaron por hundir a Ciudadanos en la repetición electoral de aquel año. Con el desplome de Rivera, el espejismo del partido autodenominado liberal se vino abajo, también en Andalucía, la comunidad donde mejor había funcionado la sintonía con el PP. La única, de todos los gobiernos regionales en coalición, donde los naranjas no habían sido expulsado o roto con los populares. “La Andalucía encapsulada”, lo llamaron.
Marín reaparece ahora en el tablero político como fruto de aquella buena relación con el presidente Moreno, que nunca negó su interés por recuperar al vicepresidente dentro de su gobierno. Su papel no estará en la primera línea, sino al mando de un órgano que sirve de cauce de participación y diálogo permanente de la sociedad civil organizada en el debate de asuntos económicos y sociales.
La dirección nacional de Ciudadanos daba por descontado el fichaje de Marín por parte del PP andaluz. Los de Inés Arrimadas reconocen la “lealtad” del que fuera su número uno en Andalucía hasta hace cuatro meses y no le guardan ningún reproche, aunque están convencidos de que todos sus referentes en esta comunidad que han terminado pasándose al equipo de Moreno “en realidad no tenían clara la diferencia entre el proyecto liberal y el conservador”.
Ciudadanos está ahora en un proceso de refundación que debe culminar en un congreso nacional programado para el próximo mes de enero. Una vez se elija a la nueva ejecutiva, tendrán lugar las asambleas autonómicas, casi a las puertas de la campaña para las elecciones municipales de mayo. Hasta entonces, el partido en Andalucía seguirá en manos de una gestora, sin portavoces ni referentes autonómicos, bien por falta de candidatos bien porque la dirección nacional está concentrada ahora en la propia supervivencia de la formación naranja en el conjunto del país.