El 78% de las 8.900 pruebas para detectar el coronavirus en pacientes graves de Andalucía da negativo

Desde que se decretó el estado de alarma por coronavirus el pasado 14 de marzo, el Gobierno de Andalucía ha confirmado 1.961 contagios y 58 fallecidos, una cifra muy inferior a la que sufre Madrid, que registra 10.575 infectados y 1.263 muertos o Cataluña, con 5.925 contagios y 245 fallecidos. El Ministerio de Sanidad ha difundido un mapa de España en el que se ve la incidencia del virus por comunidades: de azul oscuro las regiones con más contagios, de azul cada vez más claro las comunidades con menor afección. Andalucía destaca porque aparece en blanco, porque 1.961 positivos en una población de 8,5 millones de personas no es nada. Sin embargo, sólo se han realizado 8.912 test de detección del coronavirus -una prueba que las autoridades sanitarias limitan para los pacientes más graves- y en el 78% de los casos no se detectó contagio alguno.

El presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, ha sido muy cauteloso al traducir esos datos, ha insistido varias veces en que podrían cambiar drásticamente de un día para otro, pero también ha dejado la puerta abierta al optimismo. Es cierto, Andalucía también contabiliza menos contagios que otras comunidades con mucho menos población que ésta, y cuya incidencia del virus es porcentualmente muy superior: País Vasco (2.421 contagios), Castilla La Mancha (2.078 casos) y Castilla y León (2.055 positivos). 

Pero, para dimensionar el impacto real de la pandemia en Andalucía faltaba un dato clave: ¿cuántas pruebas de coronavirus se han practicado en esta comunidad desde que se inició la crisis sanitaria? Hay comunidades que ofrecen este dato junto al reporte diario de contagios, ingresos en la UCI, fallecidos y curados. En la Comunidad Valenciana se han realizado 7.293 pruebas de coronavirus, dando positivo 2.031 (el 27,8%); en Cantabria, la región con menos infectados de España, se han realizado 839 pruebas, de las que 347 resultaron afectados (el 41,4%). En Murcia se han hecho 2.600 pruebas y han dado positivo 345 personas, un 13,2%. En Galicia, la Xunta ha practicado 5.945 test de diagnóstico, de los cuáles 1.208 salieron contagiados por el virus (el 20,3%). En todos los casos, la cifra total de pruebas que dieron positivo incluye los activos (aún enfermos), los fallecidos y a los que ya le dieron el alta.

El consejero andaluz de Salud, Jesús Aguirre, no ofreció el dato con el número de pruebas realizadas hasta el pasado viernes: se han practicado 8.912 test diagnósticos para la detección del coronavirus, siguiendo las indicaciones del protocolo establecido por el Ministerio de Sanidad, actualizado el pasado 15 de marzo. Es decir, el 22% de las pruebas de coronavirus que se han realizado en Andalucía dio positivo. 

Sin embargo, estos datos obligan a hacerse otras preguntas: ¿Por qué unas comunidades hacen más pruebas que otras? ¿Por qué, por ejemplo, Murcia ha hecho más test que Andalucía en proporción a su población? La Consejería de Salud explica que los criterios para decidir cuándo y a quién se le realiza la prueba de detección del coronavirus más común (el llamado PCR; el test más lento, pero el más fiable) los fijó el Ministerio de Sanidad en el protocolo de actuación del pasado 15 de marzo. El criterio general es realizar el test en casos de flagrante gravedad, a saber: “personas con un cuadro clínico de infección respiratoria aguda que se encuentre hospitalizada o que cumpla criterios de ingreso hospitalario”; o personas con un cuadro clínico de infección respiratoria aguda “de cualquier gravedad que pertenezca al personal sanitario y sociosanitario o a otros servicios esenciales” (Policía, ejército...).

Sólo excepcionalmente, se podrá realizar el test diagnóstico en personas especialmente vulnerables que presenten un cuadro clínico de infección respiratoria aguda independientemente de su gravedad, “tras una valoración clínica individualizada”. Y no se realizará el test de rutina a aquellas personas “que presenten infección respiratoria aguda leve no incluidas en los supuestos anteriores”.

Estos criterios y el cómo se transmite la información sobre la población infectada por parte de cada comunidad autónoma obligan a relativizar aquel mapa de colores azules oscuros y azules claros. Aún así, Andalucía sigue estando en una posición mucho más cómoda que el resto. Sus centros de salud no están colapsados como ocurren en Madrid. La Consejería de Salud suspendió todas las consultas, diagnósticos e intervenciones no urgentes -salvo las de pacientes oncológicos, embarazadas, transfusiones y transplantes programados- y la población civil ha respondido con creces a la llamada de no salir de casa.

El último reporte del Gobierno hecho público este lunes contabiliza 1.961 infectados en Andalucía, un 13,6% más que el domingo; 77 ingresados en la unidad de cuidados intensivos (un 40% más); 58 fallecidos (un 23,4% más); y 50 curados (un 31,5% más). La evolución de la crisis sanitaria en Andalucía es irregular desde que empezó la cuarentena, hace ocho días. El repunte más alto de contagios fue del 29% y el más bajo es el que se ha registrado este lunes, un 13,6% más que el día anterior. Un dato positivo: ya van tres días consecutivos disminuyendo contagios (pero aumentando víctimas mortales).

El Ministerio de Sanidad ha anunciado que esta semana las comunidades empezarán a hacer las pruebas rápidas para detectar los positivos del Covid-19, lo cual incrementará previsiblemente las estadísticas de contagio, pero también acercará la cifra declarada a la cifra real. Estos test se realizan desde el vehículo, sin necesidad de salir del coche ni entrar en un centro hospitalario, y ofrecen el resultado en 15 minutos. Pero no estarán de momento al servicio de toda la ciudadanía. Tendrá prioridad el personal sanitario, las fuerzas de seguridad, el personal de residencias de ancianos y espacios sociosanitarios y los funcionarios de prisiones. La prueba se realizará previa cita en sus centros de trabajo. La consejería advierte de que estos test son de transición, no son los llamados test rápidos que van dirigidos a la población en general, y que no estarán disponibles hasta dentro de unas semanas.