Los grupos de izquierdas en el Parlamento andaluz -PSOE y Por Andalucía- presentarán sendas enmiendas a la totalidad a los Presupuestos Autonómicos para 2023, los primeros del Gobierno de Juan Manuel Moreno en esta legislatura. Así lo han adelantado este lunes el líder socialista, Juan Espadas, y la portavoz de la coalición de izquierdas, Inmaculada Nieto.
Los dos se han apoyado en la multitudinaria manifestación de Madrid de este domingo contra el deterioro de la sanidad pública para lanzar sus reivindicaciones a Moreno. Espadas, de hecho, considera que el proyecto de ley de Presupuestos andaluces para 2023 es la “antesala” de otro incendio social en Andalucía por el déficit de inversión en la Atención Primaria, y ha adelantado que el PSOE “estará ahí”, en alusión a las movilizaciones ya convocadas por el sector sanitario para el 26 de noviembre. “El presupuesto 2023 es la antesala para que Andalucía tenga la crisis sanitaria que hay en Madrid, y esa es una línea roja para el PSOE”, ha sentenciado.
Vox es el único grupo de la oposición que aún no ha revelado si presentará una enmienda a la totalidad. Lo previsible, apuntan fuentes de esta formación, es que se “apure” el plazo legal y se prolongue el misterio hasta el próximo viernes a las 12.00 horas, como ya hizo en años anteriores.
Pese a todo, las cuentas de la Junta para el año que viene, con una cifra récord de 45.603,8 millones de euros, están garantizadas gracias a la mayoría absoluta del PP. Los de Moreno aspiran a recoger algunas de las propuestas de sus rivales de oposición en el trámite de enmiendas parciales para demostrar que no gobiernan “a golpe de rodillo”, como acusaron al PSOE andaluz durante años, en los que no se incluyó ni una sola de las miles de enmiendas parciales que el PP presentó a los sucesivos ejercicios contables.
Las enmiendas de PSOE y Por Andalucía comparten la crítica por la falta de inversión del Ejecutivo andaluz con fondos propios, lo que comúnmente se llama “autofinanciada”, y atribuyen el crecimiento de las cuentas para 2023 a las transferencias del Estado y la inyección notable de fondos europeos. Nieto y Espadas sostienen que la prioridad de gasto no está bien enfocada, que no se garantizan los mínimos necesarios en las plantillas de sanitarios y profesores para blindar el Estado de bienestar, y que, en cambio, se desarrolla una política fiscal más beneficiosa para las rentas altas que para las clases bajas y medias, que representan más del 80% de la población andaluza.
El Presupuesto andaluz para 2023 refleja “el recetario del PP en mayoría absoluta de toda la vida”, con el que no se puede “atajar la grave crisis económica, social y medioambiental que atravesamos”. “Moreno vuelve a ser reservón con las competencias propias y con los recursos propios”, asegura Por Andalucía en un comunicado.
Espadas, por su parte, venía de reunirse el pasado viernes con el consejero de la Presidencia, Antonio Sanz, y las viceconsejeras de Hacienda y Administración Local para plantear una mejor financiación de la Junta a los ayuntamientos y una mejor coordinación entre ambas administraciones. El líder socialista salió satisfecho del encuentro -donde pidió 100 millones más para los consistorios-, pero este lunes ha desligado ese encuentro de la negociación presupuestaria. “No ha habido voluntad de diálogo sobre las cuentas”, ha zanjado Espadas.
Vox, de pieza clave a convidado de piedra
El debate presupuestario de este año es el primero sin la incertidumbre que acompañó a los ejercicios de 2019, 2020, 2021 y 2022. Entonces el Gobierno de Moreno estaba en minoría y dependía de los apoyos externos de Vox. El grupo ultraderechista supo aprovechar esa posición de privilegio para arrancar a PP y Ciudadanos compromisos políticos en otras materias, no necesariamente presupuestarias, como el desvío de gasto para reforzar la seguridad en centros de atención a menores extranjeros no acompañados (validando la relación entre delincuencia e inmigración que promociona el partido de Santiago Abascal); la inversión para un teléfono de atención a las víctimas de violencia intrafamiliar (término que usan para negar la violencia machista) o la derogación de la Ley andaluza de Memoria, que no llegó a ejecutarse.
Esta vez Vox no tiene peso alguno en el debate presupuestario, pero la formación de Abascal viene apoyando sistemáticamente las iniciativas más significativas del Gobierno de Moreno en los primeros meses de este mandato, como la bajada de impuestos. El grupo ultraderechista se muestra menos exigente y combativo con la Junta ahora que su voto no es necesario para la estabilidad del Gobierno. Esta posición se enmarca en una estrategia estatal que pasa por vincularse al PP en las comunidades autónomas para visibilizar de antemano un tándem que Abascal aspira a consolidar tras las elecciones generales junto a Alberto Núñez Feijóo.