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De un instituto de Cádiz a la Agencia Espacial Europea: el viaje de un grupo de alumnos tras ganar un certamen de satélites

Parte del equipo vencedor en el Centro Europeo de Investigación y Tecnología Espacial, ubicado en Noordwijk (Países Bajos)

Sara Rojas

19 de junio de 2025 21:11 h

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Hace un año, el equipo formado por ocho estudiantes y tres docentes del IES Santo Domingo, en El Puerto de Santa María (Cádiz), representó a Andalucía en la final nacional del desafío CanSat, el concurso promovido por la Agencia Espacial Europea (ESA), que reta al alumnado a construir un satélite del tamaño de una lata de refresco y lanzarlo en condiciones reales. Tras rozar la victoria con las manos, este curso iban “a por todas” y se esforzaron en desplegar todo su potencial, hasta desarrollar un proyecto que les ha llevado a proclamarse –esta vez sí– campeones de España en la edición de 2025.

Alzarse como vencedores de la competición nacional les ha abierto las puertas del ESTEC, el mayor centro de investigación espacial de Europa, ubicado en Noordwijk (Países Bajos). Allí aterrizaron este jueves y permanecerán todo el viernes, participando en el programa “Ingeniero espacial por un día”, junto a los científicos y profesionales que diseñan las misiones espaciales desde el epicentro del sector espacial europeo.

El equipo del instituto gaditano, que ha competido en esta edición bajo el nombre ZephySat, ha dado un salto cualitativo con respecto al año pasado, cuando su satélite ya destacó por incluir organismos vivos para estudiar la resistencia de la vida en el espacio. En esta ocasión, se han diferenciado de los otros 16 institutos que competían en la fase nacional por contar con “un proyecto muy serio y una misión científica muy innovadora”, enfocada en analizar la calidad del aire, detectando las partículas de polen a diferentes alturas.

Aportar a la investigación

Desde que quedaron a las puertas de la victoria en la edición anterior, el equipo coordinado por Juan Diego Díaz, profesor de Física y Química en el IES Santo Domingo, se puso en marcha con la misión de conquistar el desafío CanSat 2025, desarrollando un proyecto que fuera imbatible y los llevara a superarse a sí mismos.

Para ello, los estudiantes de primero y segundo de Bachillerato empezaron a trabajar desde principios de curso en el nuevo proyecto, centrado esta vez en el análisis de la calidad del aire y, concretamente, en la detección y clasificación de partículas de polen a diferentes altitudes. Se trata de una propuesta especialmente pertinente en un año en el que los niveles de polen en Andalucía se han disparado, llegando a alcanzar el máximo nivel de alerta por pólenes de gramíneas, una de las alergias más comunes en la comunidad.

Además, el objeto de la misión encierra un gran atractivo en el campo de la investigación, ya que “existen muy pocos estudios que analicen el polen por estratificación en altura”, como explica el jefe del proyecto. Mientras que la mayoría de las universidades que se dedican a investigaciones de palinología “cuentan con muestras recogidas a unos 20 metros”, el minisatélite desarrollado por el equipo del Santo Domingo se lanzó dentro de un cohete que alcanzó los 700 metros de altura.

Conscientes de la oportunidad que suponía esta ocasión, el equipo desarrolló un mecanismo de muestreo dentro del satélite, capaz de recoger partículas de polen para ser analizadas tras el aterrizaje, mediante técnicas avanzadas de palinología, apoyadas por inteligencia artificial para mejorar la precisión en la identificación y clasificación de las muestras en tres intervalos de altura. Asimismo, diseñaron un sistema de antena móvil controlada por un joystick, así como varias aplicaciones para visualizar los datos en tiempo real y localizar el satélite después de tocar tierra.

Tras al lanzamiento, comprobaron que “el mecanismo que hemos ideado ha funcionado porque hemos conseguido recoger muestras de polen en los tres intervalos en los que dividimos la altura y la cantidad de partículas que hemos obtenido coinciden con la bibliografía reciente”. Tanto es así que el proyecto ha llamado la atención de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica, que ha mostrado especial interés por los resultados obtenidos, planteándose incluso volcarlos en un artículo científico con la firma de los alumnos.

Un proyecto “redondo” perfeccionado con los años

Por todo ello, el jefe del proyecto ZephySat concluye que el de esta edición ha sido “un proyecto muy redondo”, fruto de un proceso de evolución y mejora continua a lo largo de cinco años. Según su coordinador, la diferencia entre esta edición y las anteriores ha sido notable: “El valor científico de la misión, el desarrollo tecnológico de las aplicaciones y el sistema de montaje con placas de circuito impreso no tienen nada que ver con nuestro primer satélite”, recuerda Juan Diego.

Este avance ha permitido crear un proyecto “muy serio”, que ha combinado innovación científica con una impecable ejecución técnica desarrollada por el alumnado. El resultado les ha valido el pase a la final nacional, así como el primer premio y la oportunidad de visitar el corazón de la Agencia Espacial Europea en los Países Bajos, donde han podido adentrarse en la vanguardia de la tecnología espacial y comprender la importancia del trabajo en equipo en una misión real.

Más allá del objeto de investigación y del desarrollo tecnológico, Rafa Saldaña, el otro profesor de Física y Química que forma parte del equipo como director de operaciones, destaca la “implicación” del alumnado del IES Santo Domingo. “Sin su dedicación no habríamos conseguido estos resultados”, asegura días antes de viajar a Países Bajos. Su compañero de departamento destaca “la complicidad” del grupo que repetía por segundo año. “Ya se conocían entre ellos y eso ha jugado a nuestro favor porque ya existía una confianza que los ha llevado a remar todos a una para sacar el trabajo adelante con la misma misión: llevarnos el premio”, explica Juan Diego.

La estrategia este año ha vuelto a ser la de dividir el proyecto en líneas de trabajo que luego coordinaban entre todos. Desde la interfaz gráfica que ha creado Marcos, pasando por el diseño gráfico y 3D a manos de Candela, la página web impulsada por su tocaya, la creación de la antena y del paracaídas de los que se ha ocupado Pablo como encargado también de la electrónica, junto a José Luis, la creación del logo bajo el criterio de Lucía, la divulgación a través de un cómic que ha realizado Mariana o la puesta a punto de la misión secundaria que ha liderado Manuela. Junto a Rafa y Juan Diego, también han formado parte del equipo los profesores de biolodía Óscar Rodríguez y Victoria García.

El IES Santo Domingo, en racha

Todo el equipo coincide en señalar a Juan Diego como el auténtico “promotor” del proyecto. “Yo estoy aquí por él”, admite su compañero Rafa, contando con el gesto afirmativo del grupo de alumnos. “Él es el que nos contagia su locura y su ambición”, apuntan. Ese espíritu de superación que insufla el docente de Física y Química en sus clases ha llevado al Santo Domingo a conquistar otros tantos concursos este curso 2024/25.

El reciente triunfo en el desafío CanSat se suma a la victoria del grupo de 4º de Diversificación en el proyecto 'Detectives climáticos', otro concurso escolar promovido por la Agencia Espacial Europea, y enfocado en identificar, investigar y proponer soluciones para combatir problemas climáticos locales. El equipo del Santo Domingo logró el premio a la Mejor Comunicación en la fase nacional con su investigación sobre el impacto del alga invasora Rugulopteryx okamurae en las costas del Puerto de Santa María. Para Juan Diego, este proyecto es motivo de especial orgullo: “A los alumnos de Diversificación normalmente no se les valora y llevarlos a un certamen nacional y que encima ganen un premio fue muy emotivo”, confiesa.

Por si fuera poco, el instituto también ha recibido recientemente una mención especial a nivel andaluz por el corto más original y creativo en ‘Reimagina la ciencia’, un certamen audiovisual impulsado por Novartis y Big Van Ciencia. Este proyecto también lo ha realizado junto al grupo de 4º de Diversificación, a quienes dedica una mención especial por haber superado sus propios límites, demostrando lo que pueden lograr con esfuerzo, ganas y un buen capitán que los guíe y motive durante el camino.

De Cádiz al espacio

Aunque participan con la mirada puesta en ganar para dar lo mejor de sí mismos, el profesor subraya que lo más valioso es lo que los alumnos se llevan durante el camino: “El equipo que se forma entre todos, la complicidad, el sentimiento de colaboración, la seguridad que ganan en sí mismos...”, cuenta el profesor de Física y Química desprendiendo emoción en cada palabra.

Detrás de los premios que acumula el IES Santo Domingo, late la pasión de un docente por su profesión: “A mí me hubiera gustado que algún profesor me hubiera planteado un reto de estas características; si me meto en estos fregados, es para darle a ellos la oportunidad que yo no tuve”.

Pese a que el curso está a punto de terminar, Juan Diego ya tiene la mente maquinando en los próximos desafíos: “La idea para el año que viene es o volver al desafío Cansat con otro equipo que empiece de cero y con un proyecto más sencillo para que se vayan introduciendo en este ámbito, o bien presentarnos con el mismo equipo al hackathon del desafío internacional de aplicaciones espaciales de la NASA”, avanza el promotor de los proyectos.

Con esa vocación, creatividad y dedicación, el IES Santo Domingo no solo ha conquistado el desafío Cansat, sino que ha demostrado que, con la guía adecuada, un instituto gaditano puede llegar hasta las puertas del espacio.

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