Apenas un mes después de que CSIF, UGT, CCOO y Satse firmasen con la Consejería de Salud el pacto por la mejora de la atención primaria en Andalucía, el buen entendimiento entre las partes parece haber terminado. Según denuncian secciones sindicales como UGT o Satse, el Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha ocultado el plan de vacaciones, que es la hoja de ruta con la que se gestiona la sanidad pública en el periodo estival para poder determinar qué trabajadores faltan en cada centro hospitalario. Desde Salud argumentan que sí se está informando puntualmente.
El hecho es especialmente relevante porque hace un mes que los representantes de la mesa sectorial habían entablado una relación más fluida con la Junta de Andalucía a cuenta de la reforma de la atención primaria. El colapso asistencial que sufren los centros de salud y el fantasma de la privatización que flotaba sobre los mismos, fueron esenciales para que los sindicatos presionaran para llegar a acuerdos que se materializaron en el mencionado plan de mejora. Pero apenas unas semanas después, el SAS, aseguran, ha vuelto a ignorarles.
Algo que choca frontalmente con el Real Decreto Legislativo 5/2015 de la Ley del Estatuto Básico del Empleado Público. En esta normativa se establece que hay determinadas cuestiones que son objeto de negociación obligatoria con las mesas sectoriales y que algunas de ellas son el calendario laboral y las vacaciones. Asuntos que precisamente forman parte del plan de vacaciones que el Gobierno andaluz ha ocultado a los representantes sindicales.
Para comprender la situación, hay que matizar que cada centro hospitalario sí ha estado negociando con el SAS sus necesidades en cuanto a personal, pero ese no es el procedimiento correcto descrito en el decreto. Cada año, sobre estas fechas, la Consejería de Salud ha de reunirse con los sindicatos para informarles de las necesidades en cuanto a plantilla que tiene la sanidad pública andaluza para poder establecer una hoja de ruta común a nivel regional y no por centros hospitalarios, como ha sucedido en esta ocasión.
Fuentes del SAS afirman que sí se han producido negociaciones entre “sindicatos y juntas de personal” para contar el plan centro a centro, pero desde la mesa sectorial se niega la mayor. Antonio Macías, portavoz de UGT, lamenta que Salud haya “olvidado” convocarles a una negociación porque asegura que a “nivel regional no se ha presentado absolutamente nada y ante los centros se está haciendo de forma confusa”. Los datos que se han aportado este año para organizar sus plantillas están siendo “irregulares”: “Unos los dan por jornadas, otros por porcentajes y en definitiva hay malestar y desinformación por no saber el número de nombramientos reales que se van a producir como consecuencia de las vacaciones estivales”.
“Recortes” que disparan “las listas de espera”
José-Pelayo Galindo, representante del CCOO, va más allá y considera que con la documentación que tienen en su poder se muestra una tendencia “clara” a la “disminución masiva de la actividad” y por lo tanto de “contratos” en el plan de vacaciones. Para este sindicato, la situación se traduce en “recortes” en la sanidad pública porque se aumenta el déficit de profesionales, se genera desigualdad en la población y “dispara las listas de espera”. Un argumento que para José Sánchez, portavoz de Satse, deja claro que la “ocultación” busca que las secciones sindicales no puedan ser “garantes de la realidad”.
En el caso de la enfermería, Sánchez denuncia que “faltan muchos contratos” en diferentes áreas que, si no se remedian, va a suponer “un verano muy duro para los ciudadanos y los profesionales de la sanidad pública”. Por su parte, el Sindicato Médico Andaluz (SMA), que en las últimas fechas ha sido más beligerante, entiende que sí ha habido una comunicación correcta por parte del SAS, pero que la misma no oculta los problemas. Su presidente, Rafael Ojeda, sostiene que “los médicos prácticamente no se están sustituyendo”. Algo que no entienden sobre todo porque en mayo muchos médicos residentes acaban su etapa de formación “y sería la oportunidad ideal para que se quedasen”.
Lo cierto es que la falta de personal es un mal endémico de la sanidad pública andaluza desde hace años. A las dudas sobre el futuro de los contratos de refuerzo Covid que aún deben renovar de forma temporal, se suma que no hay profesionales suficientes para atender camas en muchos centros hospitalarios. El último ejemplo es el Hospital Militar de Sevilla que en este verano tendrá que cerrar “plantas enteras” por falta de personal.
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