La ansiada renovación de Radiotelevisión Española (RTVE) es, por fin, una realidad. No ha sido un camino fácil. Han hecho falta meses de negociaciones fallidas, pero desde que el pasado 27 de julio el Congreso eligiera a Rosa María Mateo como Administradora Única y designara a los 17 miembros del Comité de Expertos, el proceso de renovación del ente público está en marcha y es percibido con optimismo entre profesionales y expertos.
El catedrático de Teoría de la Comunicación de la Universidad de Sevilla (US) Francisco Sierra Caballero es uno de los miembros de este comité, al que se le ha encomendado la evaluación de los aspirantes que conformarán el nuevo Consejo de Administración de RTVE. A Sierra lo respalda una amplia y destacada trayectoria académica y profesional.
Decano de la Facultad de Comunicación de la US durante cinco años (2005-2010) y Fundador de la Asociación Española de Investigación de la Comunicación (AEIC), en la actualidad preside la Unión Latina de Economía Política de la Información, la Comunicación y la Cultura (ULEPICC) y la Asamblea de la Confederación Iberoamericana de Asociaciones Científicas y Académicas en Comunicación (CONFIBERCOM).
El profesor de la US se muestra “muy optimista” con la renovación que acomete RTVE: “el procedimiento de concurso público garantiza que se abra un proceso basado en la meritocracia, para lograr que RTVE recupere el liderazgo que históricamente ha tenido”, asegura a eldiario.es Andalucía.
¿Es la politización un mal de los medios de comunicación públicos?
Históricamente los expertos venimos criticando que uno de los déficits democráticos de la Transición, heredado de franquismo, es el de la autonomía del sistema público de los medios de comunicación. Hubo momentos, como en la administración Zapatero, donde se lograron por primera vez formas de autonomía. Y esa es la dirección en la que vamos a trabajar, para que se acabe imponiendo un derecho básico de todos los ciudadanos, el de la comunicación y la calidad del servicio público.
¿Qué valoración hace de las reuniones que ha tenido hasta ahora el Comité de Expertos? ¿Percibe que haya una voluntad de renovación?
Sin ninguna duda. Es una buena noticia que las formaciones políticas parlamentarias hayan consensuado la fórmula del concurso público para la renovación de RTVE. Por nuestra parte, quienes hemos asumido esta tarea estamos haciendo un trabajo de servicio público y gratuito. Tenemos el compromiso de sentar las mejores bases de un modo de proceder que, de ahora en adelante, sea una garantía para la independencia de Radiotelevisión Española.
¿Supone este compromiso un desafío para el Comité?
Es difícil, porque en España hay un déficit democrático en cuanto a la autonomía de los medios públicos, y también de las políticas activas de comunicación. Por ejemplo, somos de los pocos países que no tiene un consejo estatal de medios audiovisuales. No es justificable que en pleno siglo XXI no haya políticas de Estado que garanticen un mínimo de pluralidad y de calidad de los medios de comunicación de titularidad estatal.
¿Considera, por tanto, que es necesaria una política de Estado en materia de medios públicos?
Hay cuestiones de política de Estado, como la educación, la salud o el servicio público de radiotelevisión, que no deben estar variando en función de los intereses partidarios del gobierno de turno.
Estoy seguro de que con el nombramiento de Rosa María Mateo habrá cambios sustanciales. Los está habiendo ya. Soy muy optimista al respecto, pero la renovación de la radiotelevisión pública dependerá de que las fuerzas políticas la asuman como algo consolidado e indiscutible: RTVE debe gozar de independencia. Y esto se debería trasladar también a los entes autonómicos.
¿Cree que la ciudanía es consciente de la necesidad y la importancia de tener unos medios de comunicación públicos independientes y de calidad?
Hay que reconocer que la ciudadanía, por lo general, no es consciente de la centralidad que tienen los medios públicos en la democracia. Y ahí tenemos una tarea por delante las universidades y el mundo profesional: hacer pedagogía democrática del derecho a la comunicación.
Pongamos por ejemplo Andalucía: no tendríamos una identidad ni sabríamos lo que ocurre en nuestro territorio sin el papel de vertebración de la RTVA y la función de información de proximidad que cumple Canal Sur.
En comparación con otras épocas “oscuras” de RTVE como la de Urdaci, ¿diría que este último periodo ha sido peor?
Diría que ha sido equiparable. En tiempos de Urdaci se condenó a Televisión Española en los tribunales por manipulación informativa, algo muy similar a lo que ha ocurrido en este último periodo, donde hemos recibido críticas de Bruselas por la falta de pluralismo y el tratamiento manipulado de la información.
La diferencia está en que en esta última etapa el contexto político y económico han estado mucho más polarizados. La realidad sufrida por el país ha sido más dura para las mayorías populares, lo que ha hecho sentir la manipulación informativa como más grave.
¿En qué medida considera que esta situación ha podido beneficiar a determinadas cadenas privadas, que han ocupado el espacio de servicio público que RTVE no estaba cubriendo?
Hay dos factores que influyen en este fenómeno. Por un lado, la falta de confianza y credibilidad de Radiotelevisión Española; por otro, la reforma que hizo la anterior administración [la de Zapatero] para retirar la publicidad de la televisión pública. La ausencia de inversión, la falta de un proyecto de modelo de servicio público y el descrédito de sus informativos han ido relegando a RTVE a una posición muy secundaria.
Es necesario un debate a nivel de Bruselas. Hay una contradicción entre la tradición europea de servicio público y la tendencia hacia el libre mercado. Los principales grupos mediáticos presionan para la preeminencia de los operadores privados, al tiempo que se trata de incentivar la propia industria audiovisual.
¿Le va a costar a RTVE recuperar la confianza y la credibilidad perdidas en estos últimos años?
Creo que no. Para bien o para mal, las audiencias son bastante infieles y tienen memoria a corto plazo. En la medida en que el ente empiece a funcionar con calidad y pluralismo, atendiendo a las diferentes sensibilidades y corrientes de opinión de la sociedad española, contará con el respaldo de la audiencia.
Antes ponía como ejemplo la importancia de la Radio y Televisión de Andalucía (RTVA) para la sociedad andaluza. ¿Cuál es su diagnóstico de la situación de la RTVA?
El diagnóstico de la RTVA es grave, por la parálisis de la institución. El modelo con el que nació Canal Sur ya no es sostenible. La ausencia de liderazgo en la dirección, la provisionalidad, la falta de renovación del Consejo de Administración, el envejecimiento de su audiencia media, la obsolescencia, la incapacidad para atender a las demandas de la población… si a esto le añadimos la indefinición del gobierno de Susana Díaz con respecto al modelo de Canal Sur, el escenario es preocupante.
Tendremos una convocatoria de elecciones y esperemos que en ese nuevo periodo –independientemente del gobierno que salga de las urnas– se afronte con seriedad una renovación profunda del modelo de Canal Sur, acometiendo la importancia que tiene para la identidad de Andalucía. Porque seguimos con un modelo de los 90 que va en decadencia y que no se corresponde con las necesidades del pueblo andaluz.
¿Cree que a raíz de movimientos como los #viernesnegros la RTVA tomará el testigo de la RTVE?#viernesnegros
Ya ha habido algunas protestas, pero han sido básicamente de carácter sindical. Considero que el futuro del servicio público pasa por una alianza de los profesionales con la ciudadanía. Ojalá los trabajadores pasen de una visión sindical a una visión política, porque nos jugamos no sólo el futuro de Canal Sur sino la soberanía de Andalucía: recordemos que, a diferencia de Cataluña, Madrid o País Vasco, no tenemos grupos mediáticos regionales autóctonos. Canal Sur es vital para defender nuestra identidad, nuestra cultura. No tomar la iniciativa política en este ámbito es un grave error.